Pedro Carmona Estanga
Tras un golpe de estado del 11 de abril de 2002 contra el gobierno de Hugo Chávez, el político y empresario Pedro Francisco Carmona Estanga fue nombrado presidente de facto, estando en labores por solamente un día.
Nacido en Barquisimeto en 1941, realizó estudios en Economía en la Universidad Católica Andrés Bello cursando un postgrado en la Universidad Libre de Bruselas. En 2001 fue elegido como presidente de Fedecámaras , el principal gremio empresarial de Venezuela; esta asociación era una de las más férreas oponentes al gobierno de Hugo Chávez.
Carmona tuvo cargos directivos en diversas empresas petroquímicas como Aditivos Orinoco e Industrias Venoco en las que ejerció entre 1989 y el 2001. Este empresario cuenta con diferentes reconocimientos y condecoraciones internacionales como la Orden del Sol del Perú, la Orden Nacional del Mérito de la República de Colombia y la Orden Bernardo O’Higgins de Chile.
Tuvo cargos públicos como el de presidente del Consejo Consultivo Empresarial Andino y miembro del Consejo Directivo del Instituto de Estudios Superiores de la Administración de Empresas (IESA).
Además de haber sido director del Instituto de Comercio Exterior (ICE) y el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), desempeñó cargos en la Dirección de Política Económica del Ministerio de Relaciones Exteriores y ha sido delegado negociador en foros internacionales de comercio exterior.
El año de su elección como director de Fedecámaras, la asociación convocó el paro nacional del 10 de diciembre , primera huelga general en Venezuela desde hace más de 50 años. Carmona declaró la medida «un paro cívico de los líderes empresariales.
Apoyado por un grupo de generales y civiles, Carmona participará el 11 de abril de 2002 en un golpe de estado contra el gobierno de Chávez; el golpe de estado,conocido como el “Carmonazo” llevaría al empresario, al día siguiente, al cargo de Presidente de Venezuela, declarando la transición hacia la unidad nacional y la democracia.
Carmona derogó la Constitución de 1999, disolvió los poderes públicos, cambió el nombre del país a «República de Venezuela», revocó un convenio de cooperación con Cuba, de petróleo a cambio de envío de especialistas cubanos a Venezuela.
Entre los países que reconocieron su gobierno mediante comunicados están España, Estados Unidos, El Salvador, Colombia, Ecuador, Costa Rica y Nicaragua. En cambio, los países miembros del Grupo de Río, condenaron el golpe de estado en Venezuela y pidieron al secretario general de la OEA, convocar a una reunión urgente para tomar posiciones. Entre los países que no reconocieron el nuevo gobierno estuvieron Argentina, Belice y Brasil. Tampoco Cuba reconoció a Carmona como presidente.
El 13 de abril, un día después de su toma de posesión, una insurrección militar lo depuso. Fue hecho prisionero y puesto en arresto domiciliario, del cual escapó, asilándose como perseguido político en la embajada de Colombia, partiendo a este país como refugiado. La presencia de Carmona en Colombia ha generado tensiones políticas entre ambos países.
El golpe de estado de Carmona ocasionó opiniones divididas en el terreno internacional, mientras sus detractores lo acusaron de violación a derechos humanos, de censurar la actividad de la prensa y de gestar el golpe para favorecer los intereses de la clase empresarial venezolana, sus seguidores lo defienden acusando a Chávez de usar fuerzas paramilitares para controlar el país y de diversas violaciones a los derechos humanos.
Además de su breve paso por la presidencia, Carmona es recordado por su papel en la economía venezolana. Como presidente de Fedecámaras, impulsó políticas que buscaban fortalecer la industria nacional y promover la inversión extranjera. Sin embargo, sus críticos argumentan que estas medidas favorecían a la élite empresarial en detrimento de los sectores más pobres de la sociedad.
Durante su breve gobierno, Carmona intentó implementar una serie de reformas económicas y políticas. Entre ellas, la eliminación de algunas de las políticas más polémicas de Chávez, como la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, que buscaba redistribuir la tierra a los campesinos pobres. Sin embargo, estas medidas fueron vistas por muchos como un intento de revertir las políticas sociales de Chávez y consolidar el poder de la élite empresarial.
En el ámbito internacional, Carmona buscó mejorar las relaciones de Venezuela con los Estados Unidos y otros países occidentales. Sin embargo, su gobierno fue condenado por la mayoría de los países latinoamericanos y por organismos internacionales como la OEA y la ONU, que consideraron su ascenso al poder como un golpe de estado.
Desde su exilio en Colombia, Carmona ha mantenido un perfil bajo, aunque ha hecho algunas apariciones públicas para denunciar lo que considera la erosión de la democracia en Venezuela. A pesar de las críticas y controversias que rodearon su breve gobierno, Carmona sigue siendo una figura relevante en la historia reciente de Venezuela.