La Revolución Azul
Asociado al gobierno liberal de Monagas (1847-1851 y 1855-1858), con el que colabora militarmente, Juan Crisóstomo Falcón, sufre la persecución del conservador Julián Castro, quien asume tras la revolución, y es expulsado de Venezuela junto a otros liberales. Al frente de ellos, planea entonces, la revolución federal.
Triunfante la revolución federal, luego del Pacto de Coche de abril de 1863, Juan Crisóstomo Falcón, fue designado Mariscal de la República y Gran Ciudadano de Venezuela, y casi de inmediato debió sofocar rebeliones internas, dentro de su propio partido, como La Genuina, liderada por Luciano y Natividad Mendoza, a cuyo frente colocó a Antonio Guzmán Blanco. Estos levantamientos se fueron intensificando a medida que el gobierno se tornaba cada vez más, anárquico y desordenado. Los liberales encontraron apoyo en los grupos conservadores que también se oponían a la política estatal, y en 1867, se produjo en Caracas una reunión de los grupos opositores, entre los que se contaban el general Luciano Mendoza, Elías Rodríguez, Guillermo Tell Villegas, José Antonio Mosquera, el general Pedro Ezequiel Rojas y Martín Sanabria, quienes se constituyeron en comité, con el fin de destituir al ejecutivo nacional.
Este comité buscó la ayuda del general José Tadeo Monagas, convertido ya en un anciano octogenario, exiliado en 1858, tras renunciar a la presidencia cuando fue objeto del alzamiento promovido por Julián Castro, y que fuera en ese entonces, aliado de Falcón en la revolución federal.
El 12 de diciembre de 1867, en Villa de Cura, el general Miguel Rojas encabezó el alzamiento conocido como Reconquistador, que uso como emblema una bandera de tono azul. El año siguiente la actividad guerrillera continuó sobre todo en los Valles del Tuy, que se extendió en marzo a Barcelona y luego a Cumaná. Ese pabellón azul enarbolado por Rojas, daría el nombre a este movimiento revolucionario.
El 25 de marzo de 1868, el general José Tadeo Monagas se pronunció contra las autoridades. En un manifiesto desde El Roble, dirigido a sus amigos personales y políticos, expresó su preocupación por el angustioso estado de Venezuela a la que calificó como “el más desgraciado entre todos los combatidos países de Sudamérica” que sólo conservaba la virtud de sus habitantes y el territorio sobre el que el que ellos vivían. Criticó la desaparición de la moral, de la obediencia, pues quien mandaba no lo hacía con respecto hacia la ley. Eso traía como consecuencia el deterioro económico. Sin embargo, no infirió culpas, sino que propuso olvidar el pasado, restaurando la paz. Puso su confianza en la obra del Congreso de la Nación.
El día 28, Falcón abandonó transitoriamente la presidencia, para asumir el mando del ejército, aunque se dirigió a Coro, designándose como presidente-encargado, al general Manuel Ezequiel Bruzual, quien ocupó el cargo el día 30. También renovó su gabinete de ministros.
En la zona occidental de Caracas, el 5 de mayo, Miguel Antonio Rodríguez, al frente de los opositores se trabó en lucha con las fuerzas oficiales, mientras al día siguiente se registraban nuevos ataques por el este. El 11 de mayo se llegó a un acuerdo, suscribiéndose el Tratado de Antímano, por el cual el general Rojas accedía al reconocimiento del gobierno vigente pasando a ocupar el cargo de Comandante en Jefe de los ejércitos venezolanos.
Sin embargo, no habían participado en el tratado los orientales al mando de Monagas, quien decidió marchar hacia Caracas. Al llegar a Guatire entró en negociaciones que no arrojaron resultados satisfactorios. El 22 de junio entraron en Chacaíto, y el día 25 en Caracas. Al día siguiente, José Tadeo Monagas ingresó triunfante en la capital.
Designó un gabinete que eligió entre sus miembros al que se desempeñaría como presidente provisional, cargo que le correspondió a Guillermo Tell Villegas, mientras Monagas quedó a cargo del comando general del ejército.
Cuando Antonio Guzmán Blanco, colaborador incondicional de Falcón, durante su gobierno, obtuvo la victoria tras la revolución federal de abril de 1870, asumió el gobierno que con algunos intervalos conservó hasta 1888.