Venancio Flores
Venancio Flores Barrios nació en el territorio de la actual Trinidad, la antigua Porongos, Uruguay, el 18 de mayo de 1803 y murió en Montevideo en 1868. Fue militar además de quinto presidente constitucional de la República de Uruguay e importante miembro del Partido Colorado.
En 1825 se unió a la denominada Cruzada Libertadora iniciada tras el desembarco en Playa de la Agraciada de los “Treinta y Tres Orientales”, expedición liderada por Juan Antonio Lavalleja para conseguir la independencia de la Provincia Oriental que estaba bajo dominio del Imperio Brasileño. Pese a lograr Uruguay su independencia en 1828 mediante la Convención Preliminar de Paz, el país estuvo sometido a la influencia de Brasil y Argentina en su política interior provocando períodos de inestabilidad.
En 1836 Venancio Flores se adhiere al pronunciamiento de José Fructuoso Rivera para derrocar el gobierno de Manuel Oribe. Será el preámbulo de la Guerra Grande o Guerra Civil que se prolongará desde 1839 a 1852.
La llamada Guerra Grande o Guerra Civil fue un conflicto de carácter internacional que enfrentó a los federales argentinos liderados por Juan Manuel de Rosas y sus aliados del Partido Blanco de Uruguay dirigido por Manuel Oribe, contra los Unitarios Argentinos y los miembros del Partido Colorado de Uruguay. Los contendientes del bando unitario y del Partido Colorado se vieron respaldados militarmente por el Imperio de Brasil, el Imperio Británico y por Francia. Esta guerra significó la división política del país hasta el punto de establecerse dos capitales. Montevideo y el Cerrito, promontorio cercano a la capital uruguaya.
Durante este periodo, Venancio Flores se destacó no solo por su habilidad militar, sino también por su capacidad para negociar alianzas estratégicas que le permitieron consolidar su posición dentro del Partido Colorado. Su liderazgo fue crucial en la defensa de Montevideo, que resistió un prolongado asedio gracias al apoyo de las potencias extranjeras, lo que le otorgó un prestigio significativo en la política uruguaya.
Al finalizar la guerra, accede a la presidencia Francisco José Giró y Zufriategui (1791-1863) miembro del Partido Blanco. En un intento de conciliar a las diferentes fuerzas del país nombra como Ministro de Guerra y Marina a Venancio Flores. Pero al año siguiente, 1853, Giró dimite por las presiones de Flores y sus partidarios. Se crea un triunvirato formado por Venancio Flores, Fructuoso Rivera y Juan Antonio Lavalleja.
Tras la renuncia del presidente Francisco José Giró, Venancio Flores fue escogido presidente de la República en marzo de 1854 una vez fallecidos, casi simultáneamente, los dos miembros del triunvirato: Juan Antonio Lavalleja y Fructuoso Rivera.
En agosto de 1855 se produce una revuelta de carácter conservador y se exilia a Argentina. Venancio Flores se instaló en la provincia argentina de Entre Ríos. Durante su exilio, Flores mantuvo contactos con líderes políticos y militares, lo que le permitió planificar su regreso al poder en Uruguay. Su estancia en Argentina no solo fue un periodo de espera, sino también de preparación y consolidación de apoyos.
Años más tarde desde Argentina iniciará la invasión de Uruguay en la primavera de 1863 respaldado por otras potencias de la zona como su país de acogida y Brasil. Gracias a esta invasión y posterior revolución volvió a obtener la presidencia de la República de Uruguay en 1865. En ese mismo año Uruguay se unió con Brasil y Argentina en la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) que devastó a Paraguay diezmando a más de la mitad de su población.
Durante su segundo mandato Venancio Flores implementó medidas que sirvieron para modernizar el país. Al fomento de la inmigración de mano de obra que procedía principalmente de Europa le siguió el interés por desarrollar las comunicaciones de su patria. De este modo se estableció la primera conexión telegráfica con Buenos Aires en el año 1867. Además se otorgaron las primeras concesiones para la construcción de líneas de ferrocarril.
En 1867 ganó las elecciones a las que se presentaba como candidato pero un año más tarde fue asesinado en la capital del país por un grupo de desconocidos. Su muerte dejó un vacío de poder y generó un periodo de incertidumbre política en Uruguay. A pesar de su trágico final, el legado de Venancio Flores perdura en la historia uruguaya como un líder que, a pesar de las controversias, contribuyó significativamente al desarrollo y modernización del país. Su vida y obra continúan siendo objeto de estudio y debate entre historiadores y políticos, quienes analizan su impacto en la construcción del Uruguay moderno.