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Por qué se produjo la Revolución Rusa

Publicado por Hilda

Por qué se produjo la Revolución RusaEste acontecimiento revolucionario tuvo lugar en 1917, y fue un hito en la historia mundial contemporánea, por sus repercusiones tanto a nivel político, como económico social; símbolo de la lucha del proletariado contra la explotación burguesa.

Fue un movimiento que alzó al pueblo liderado por el grupo de los bolcheviques, inspirado en la ideología marxista, contra un gobierno tiránico, el de los zares.

Concentrándonos específicamente en las causas de esta revolución, podemos agruparlas en factores políticos, sociales, económicos e ideológicos.

Los motivos políticos que inspiraron la Revolución Rusa fueron básicamente liberarse de un gobierno opresivo, donde el zar concentraba todo el poder en su persona y lo ejercía en forma discrecional, sin importarle el sufrimiento de sus súbditos. La nobleza, la burocracia y la iglesia apoyaban al zar. El poder del zar se veía amenazado por las ideas de cambio que a pesar de la falta de libertades políticas existían y que habían llevado a levantarse a millares de obreros aunque infructuosamente, en 1905. Ante esta oposición creciente se creó un parlamento (Duma) pero que era totalmente adicto al soberano. Otro gran motivo de pérdida de legitimación fueron los altos costos militares de sus fracasos en la Primera Guerra Mundial. Además, la corrupción y la ineficacia del gobierno zarista se hicieron cada vez más evidentes, lo que aumentó el descontento popular y la percepción de que el cambio era necesario.

La explicación social de la necesidad de cambio fue la desigualdad extrema que se registraba entre los componentes del cuerpo social: mientras la nobleza encabezada por el zar y el resto de los aristócratas vivían con enormes privilegios y riquezas, el resto de los ciudadanos (empleados, profesionales, campesinos, obreros y desempleados) vivían oprimidos y sin tener cubiertas sus necesidades más elementales, las que no podían denunciar por la falta de derechos, sobre todo la libre expresión, reprimida por la censura. Los altos costos de las derrotas en la Primera Guerra Mundial movilizaron a los obreros que se concentraron en soviets o comités y dispusieron una huelga general. La situación se agravó con la llegada del invierno, que trajo consigo una escasez aún mayor de alimentos y combustible, intensificando las penurias de la población.

Económicamente, los nobles y la aristocracia concentraban las tierras, los medios productivos y el dinero, lo que atesoraban e incrementaban, valiéndose de la mano de obra barata, esforzada y poco valorada de empleados, campesinos y obreros. La población dejó de tener los recursos más básicos como el alimento; en una economía que distaba de ser moderna, siendo básicamente rural y con muy pocas industrias, salvo en algunas ciudades, como San Petesburgo o Moscú, que habían recibido inversiones de Francia y Gran Bretaña desde fines del siglo XIX. La falta de modernización y diversificación económica también contribuyó a la inestabilidad, ya que la dependencia de la agricultura significaba que cualquier problema en este sector tenía repercusiones desastrosas para el país entero.

Ideológicamente, ya Nikolái Gavrílovich Chernishevski (1928-1889) denunció el sistema de servidumbres feudales e impulsó su erradicación, exigiendo la confiscación de las tierras a los grandes terratenientes para ser entregadas a los campesinos en usufructo. Este pensamiento fue precursor de las ideas marxistas, bajo cuya inspiración, en 1870, se fundó en Suiza el primer grupo marxista ruso, del cual nació el Partido Socialdemócrata del Trabajo en 1898, de donde surgieron los líderes de la Revolución Rusa, Lenín, Stalin y Trotski. A medida que las ideas marxistas se difundían, se fortalecía la convicción de que un cambio radical era no solo posible, sino inevitable. La influencia de pensadores como Karl Marx y Friedrich Engels proporcionó un marco teórico que justificaba la revolución como un paso necesario hacia una sociedad más justa y equitativa.

La Revolución Rusa no solo fue un evento de cambio político, sino también un catalizador para movimientos similares en otras partes del mundo. Inspiró a generaciones de revolucionarios y dejó un legado que continuaría influyendo en la política global durante el siglo XX y más allá. La combinación de factores políticos, sociales, económicos e ideológicos creó un ambiente propicio para el cambio, que culminó en uno de los eventos más significativos de la historia moderna.