León Trotsky
Nacido en Yanovka, Ucrania en 1879, Lev Davídovich Bronstein más conocido como León Trotsky llegaría a ser una de las figuras más señeras de la revolución rusa de 1917.
Teórico y político, tuvo a su cargo las negociaciones para el retiro de Rusia de la Primera guerra mundial así como la formación del ejército rojo que daría el triunfo a la revolución bolchevique y sería el primer paso para instaurar los soviets en toda Rusia.
Trotsky, de una familia de terratenientes de origen judío, estudió matemáticas en Nikolayev lugar donde conocería las teorías marxistas y organizaría la Liga Obrera del Sur de Rusia, cuyo activismo contra el régimen zarista le acarrearía persecuciones y encarcelamientos, incluso en Siberia.
Logra escapar de la cárcel y llega a Londres, en donde se pone en contacto con Lenin, Julius Martov y a Georgi Plejánov, dirigentes del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). El partido editaba el periódico Iskra («Chispa»), y él comenzó a colaborar adoptando como seudónimo el apellido de uno de los guardias de la prisión siberiana: Trostsky.
En 1903, Trotsky rompe con Lenin al no coincidir en algunas de las propuestas del líder bolchevique y se alinea al ala menchevique. Tras esto, regresa a Rusia en 1905 y se da a la tarea de organizar el primer soviet (célula revolucionaria) en San Petersburgo. La revolución de 1905 fracasó y Trotsky fue enviado prisionero a Siberia.
Tras la salida de la cárcel, viaja a Estados Unidos y en Nueva York, donde se desempeñaba como periodista, se entera del estallido de la revolución. Regresa a Rusia y asume la dirigencia de la Organización Socialdemócrata Interdistrital, además se integra al soviet de Petrogrado. Se aparta de los postulados mencheviques y se involucra con los bolcheviques en la lucha revolucionaria. Su capacidad oratoria le abre las puertas del Comité Central del partido bolchevique.
Una vez dentro del partido bolchevique, Trotsky apoyará a Lenin convirtiéndose en su hombre de confianza. Un gobierno provisional es instaurado dejando a cargo a Alexander Kerensky. Entre las misiones de Trotsky estuvo la de firmar con los alemanes el tratado de paz de Brest-Litovsk, con el que Rusia perderá buena parte de sus territorios occidentales.
Ese mismo año es nombrado comisario de guerra, cargo bajo el cual se dará a la tarea de crear y dirigir el Ejército Rojo, gracias al cual no se perdió la revolución cuando sobrevino la guerra civil de 1918.
Fue uno de los miembros más importantes del Politburó y desde ahí apoyó a Lenin, hasta que después de un atentado que sufriera el líder y que minaría su salud, lo obliga a apartarse de la política.
Con la salida de Lenin del partido, Trotsky tuvo que enfrentarse a sus enemigos políticos: Grigori Zinóviev, Liev Kámenev y Stalin que poco a poco, se apoderaron del partido. Una vez tomado el control, acusaron a Trotsky de indisciplina por lo que es destituido del comisariado de guerra, después suspendido de la dirigencia del partido y por último, expulsado. Se le deportó a Kazajistán y en 1929,sus enemigos políticos lo expulsan de la URSS.
En el exilio, Trotsky viajó de país en país, expresando públicamente los peligros que entrañaba para la revolución el estalinismo. En la URSS se orquestó una campaña difamatoria contra el antes influyente político, llegando a borrarse su firma de documentos históricos y a trucarse fotos para desaparecer la evidencia de la cercanía política y de amistad que mantuvo con Lenin.
En 1938, Trotsky llega a México tras que el presidente Lázaro Cárdenas, le concediese el asilo político por mediación del pintor mexicano Diego Rivera, simpatizante del socialismo. Trotsky fue recibido con honores de huésped distinguido, dándole hospedaje el pintor y su esposa, la también pintora Frida Kahlo, en su casa de Coyoacán. Sin embargo, en 1939, al tener malentendidos políticos con Diego Rivera, abandona la casa y se muda a otra en el mismo barrio.
Tras un atentado fallido encabezado por el pintor Daniel Alfaro Siqueiros, el 20 de Agosto de 1940, Trotsky es atacado por Ramón Mercader, alias Jacques Mornard. Trotsky murió al día siguiente, víctima de un ataque, a todas luces, orquestado por Stalin. Al sepelio acudieron más de 300 mil personas, el siete por ciento de la población de la Ciudad de México.