La Perestroika y La Glásnot
Procesos que formaron parte de las reformas implementadas en la URSS por Mijaíl Gorbachov para movilizar la economía y acelerar el tránsito de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas hacia la democracia y las economías de libre mercado.
La perestroika , que en ruso significa reestructuración, consistió en reformar las estructuras económicas soviéticas, para lo cual Gorbachov recibió la asesoría del presidente japonés Seiichiro Nishi. La perestroika buscaba abrir las posibilidades a empresarios sin atentar contra el sistema socialista, pero si reformando y democratizando algunos procesos. Se atribuyen a la perestroika varias consecuencias, entre ellas, el colapso final del sistema socialista en la URSS, el fin del gobierno de Gorbachov y, finalmente, la desintegración de la URSS en repúblicas independientes.
Al iniciar su gestión en 1985, Gorbachov no hizo cambios significativos en la estructura económica soviética, pero en 1987, la perestroika fue implementada, en un intento por salvar a la URSS de una grave crisis económica e intentando impulsar el desarrollo de un país sumido en la burocracia y la corrupción.
El primer objetivo de la perestroika fue descentralizar el sistema de gestión y darle mayor autonomía a las comunidades, también se buscó modernizar la ingeniería, combatir la corrupción, bajar los índices de alcoholismo y, con ello, abatir el absentismo de los trabajadores. Las empresas tuvieron el privilegio de tomar decisiones sin tener que esperan la autorización gubernamental, también se permitió, con la asesoría del estado, que empresas soviéticas tuvieran acuerdos con algunas sociedades empresariales extranjeras, dando paso a la inversión.
Uno de los consejeros de Gorbachov, Abel Aganbegyan, consideró que esas medidas no eran suficientes, así que propuso nuevas reformas para mejorar el rendimiento de los trabajadores y la calidad de lo producido. No se tomaron en cuenta posibles alianzas con otros países socialistas y en cambio, se permitió la entrada de inversiones extranjeras, hecho que acercó a la URSS al camino del capitalismo.
Las actividades económicas privadas se hicieron presentes, así como muchas de las formas de producción de países capitalistas: contratos individuales, venta de empresas del estado, nuevo sistema monetario y bancario. A inicio de los noventa, la URSS ya estaba posicionada dentro de los países del mundo con alto nivel de desarrollo.
La perestroika, sin embargo, trajo consecuencias: el incremento de los sueldos y la necesidad de subvención provocó inflación y escasez, por lo que el erario disminuyó. La Ley de Empresa, además, anuló el control sobre los recursos, hecho que provocó la reducción de inversiones. La URSS además, se dividió en pequeñas repúblicas con bancos propios. Los créditos ilimitados terminaron por poner en crisis los cambios.
Los precios se liberaron en1992 , haciendo que el nivel de vida se redujera y los salarios variaran radicalmente de una región a otra, una nueva clase social hizo su aparición: ricos cuyos ingresos no provenían del trabajo sino de otras fuentes, no todas ellas legales. Para 1993, un tercio de la población no tenía suficientes recursos como para subsistir.
La Glásnot
Junto con la perestroika, se implementó la Glásnot o apertura, que permitia, entre otras cosas, mayor libertad a los medios de comunicación, el descenso de la censura y mayor libertad de expresión, contrastando con el régimen anterior de represión hacia quienes no comulgaran con los principios del sistema soviético.
La Glásnot permitió que el gobierno adoptara una postura autocrítica, reconociendo sus errores e implementando instrumentos para resolverlos. La Glásnot permitió, entre otras cosas, la confrontación política que se dio en la URSS en 1987, con las agrias críticas de Boris Yeltsin al sistema, sin embargo, a pesar de los avances en materia de Glásnot, Yeltsin sufrió represalias al ser apartado del gobierno. Gracias a la Glásnot fueron puestos en libertad prisioneros políticos, la mayor parte de los cuales eran “presos de conciencia” por sus críticas al gobierno soviético y al sistema político.
Las elecciones de 1988, pusieron de manifiesto el sentir popular: el partido comunista soviético no obtuvo todos los puestos del gobierno, al que pudieron tener acceso reformadores de minoría (como Yeltsin) y otros 18 partidos. La perestroika comenzó a recibir ataques de conservadores y alas progresistas, los primeros veían en ella una amenaza al socialismo y los segundos pensaban que las reformas avanzaban muy lentamente.
En 1991, tras el fallido golpe de estado por parte de los conservadores comunistas, Gorbachov dimitió y varias repúblicas soviéticas declararon su independencia, disolviéndose la URSS ese mismo año, abandonando el modelo económico marxista socialista que había imperado por casi un siglo.