Catalina I de Rusia
En Rusia, los zares gobernaron un imperio entre los años 1721 y 1917, cuando se produjo la Revolución Bolchevique, que terminó con este régimen.
Al primer zar, Pedro I, que extendió ampliamente el territorio ruso y lo enriqueció, le sucedió su esposa la emperatriz Catalina I.
Catalina I nació en febrero del año 1684 en lo que hoy es Letonia y en ese entonces, Jakobstadt y habría tenido un humilde origen campesino, quedado huérfana apenas nacida. De su formación se ocupó escasamente un pastor luterano de Marienburg en lo que en la actualidad es Malbork, en Polonia. Los rusos invadieron el lugar en el año 1702 y ella fue hecha prisionera y vendida a un consejero de Pedro I, el príncipe Aleksandr Ménshikov, trasladándose así a San Petesburgo.
Su nombre originario era Marta Skavronska. Se conoció con el zar Pedro I en San Petesburgo, casándose en secreto con él en el año 1707. De los once hijos del matrimonio solo sobrevivieron tras la juventud, la cuarta hija, Ana, e Isabel, la quinta hija.
Catalina se casó oficialmente con pedro I luego de que le salvara la vida al incitarlo a rendirse la campaña de Prut que llevó a cabo contra Turquía y con ello le salvó la vida. Sin embrago le fue infiel a Pedro con Willian Mons, que por este hecho fue ejecutado.
Fue nombrada corregente de Pedro I en el año 1724, y designada para sucederle en el cargo, lo que aconteció en 1725 cuando Pedro falleció.
Durante su mandato, Catalina tuvo la colaboración del estadista y gobernador de San Petesburgo, Aleksandr Danílovich Ménshikov, que tomó las más importantes decisiones.
Tuvo que lidiar con la oposición de la nobleza, lo que trató de evitar nombrando al príncipe Pedro, candidato de la nobleza, que asumiría como Pedro II, nieto de Pedro el Grande, pero que hasta entonces tanto el zar como la zarina habían ignorado, y estaba recluido en prisión, como su sucesor.
Traspasó muy buena parte de las funciones del Senado al Alto Consejo Secreto que creó en 1726.
Luchó contra los ingleses, apoyando a la Liga austro-húngara y conformando la Liga de los Neutrales con los países escandinavos, en el transcurso de la independencia estadounidense, que tenía por objetivo que el transporte marítimo en el Océano Atlántico estuviera garantizado, pero que indirectamente aisló a Inglaterra internacionalmente.
A los 43 años de edad, Catalina murió en San Petesburgo.