Boris Yeltsin
Se considera a Boris Nicolaiévich Yeltsin, el último mandatario del régimen socialista de la URSS, pues sería justamente él quien terminaría de implementar las reformas que llevarían a su fin al régimen comunista socialista de la URSS, misma que también desaparecería para dar lugar a la Comunidad de Estados Independientes. Al desintegrarse la URSS, Yeltsin fue electo primer Presidente de Rusia en 1990, primero en ser elegido en votación directa y popular.
Yeltsin nació en Sverdlovsk, Rusia en 1931. Sus orígenes son humildes y su padre sufrió exilio y cárcel durante el gobierno de Stalin en 1934 por su oposición al régimen soviético. Cuando Yeltsin tenía 12 años, perdió parte de la mano izquierda en un accidente con una granada. Hizo estudios en el Instituto Politécnico de los Urales, donde se graduó en construcción en 1955.
Ya graduado y dedicado a la construcción en su lugar de origen, se afilió al Partido Comunista, llegando a ser funcionario del mismo en 1961. En 1976 fue nombrado secretario general del PCUS en su provincia. Será ahí donde llamaría la atención de Gorbachov por su actitud reformista dentro del partido; cuando Gorbachov llegó a la secretaría general del partido en 1985, llamó a Yeltsin para que lo ayudara en las tareas de organización en Moscú, luchando contra la corrupción.
Un año después, Yeltsin pertenecía ya al Politburó, máxima institución del partido único que existía en la URSS. Cuando Gorbachov implementó sus reformas conocidas como Perestroika y Glásnot, Yeltsin fue uno de sus más duros críticos por la tardanza con que avanzaban dichas reformas. Gorbachov lo apartó de partido en 1987 y un año después promovió su salida del Politburó.
En este periodo de su vida, Yeltsin se encontraba en una posición política inestable, pero su determinación y su firme creencia en la necesidad de reformas radicales para su país lo mantuvieron en la lucha política. A pesar de ser apartado del partido y del Politburó, Yeltsin no se rindió y continuó su lucha por la reforma y la democratización de Rusia.
Yeltsin se convirtió en un opositor encarnizado del comunismo, considerando inútiles e inoperantes las reformas de Gorbachov, sin embargo, seria gracias a estas que Yeltsin pudo participar en los comicios pluripartidistas con las que ganó su puesto en el Congreso de Comisarios del Pueblo en 1989. En 1990 se convirtió en presidente de la República Socialista Federativa Soviética Rusa.
Tras la elección rompió con el Partido Comunista, declarando la apertura a la economía de mercado y la autonomía de las repúblicas respecto al poder del centro. Organizó las primeras elecciones presidenciales de voto directo en Rusia, que le otorgaron el triunfo, fortaleciendo su posición política. Dos meses después de su elección estalló un golpe de estado contra Gorbachov por parte del ejército y promovido por el ala conservadora comunista. Gorbachov fue arraigado en la costa del mar Negro mientras que Yeltsin hacia frente al ejército golpista llamando a las fuerzas populares a defender los avances de la democracia.
Fracasado el golpe, la posición de Yeltsin se afianzó. Apartó a Gorbachov del poder y convino con los presidentes de Ucrania y Bielorrusia, terminar con la URSS y declarar la soberanía de sus estados.
Gorbachov, que en teoría era el presidente de un país inexistente, dimitió ese año. Rusia se quedó con la mayor parte del arsenal de guerra y la representación ante las Naciones Unidas.
En su gobierno, Yeltsin imitó el modelo económico norteamericano, fortaleció el presidencialismo, incluso protagonizó capítulos que cuestionaron su gobierno como el encarcelamiento de diputados comunistas en 1994 y la represión violenta en Chechenia de nacionalistas separatistas, movimiento que paradójicamente él había propiciado con sus reformas.
Privatizó empresas, se opuso a la apertura del tratado del Atlántico Norte a nuevas naciones, permitió la economía de mercado acentuando las diferencias sociales y la desigualdad económica. A pesar de todo ello, Yeltsin consiguió reelegirse en 1996, sin embargo, sus problemas de salud hicieron que se convocara a elecciones legislativas, ganándolas Vladímir Putin, su primer ministro. Yeltsin presentó su dimisión en diciembre de 1999.
Durante su retiro, Yeltsin mantuvo un perfil bajo, evitando la vida pública y política. Sin embargo, su legado y su impacto en la historia de Rusia y del mundo son innegables. Su papel en la desintegración de la URSS y la transición de Rusia hacia una economía de mercado y una democracia representativa son aspectos fundamentales de su presidencia.
Yeltsin murió a los 76 años en Moscú el 23 de abril de 2007. Su muerte marcó el fin de una era en la historia de Rusia, pero su legado y su impacto en la transformación de su país continúan siendo un tema de debate y análisis en la actualidad.