La Primera Junta de Gobierno y el interior
Luego de la reunión del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, y tras el fracaso de la Junta del 24 de mayo, presidida por el Virrey Cisneros, el día 25 de mayo quedó conformada la Primera Junta de gobierno, conocida como el Primer Gobierno Patrio. La integraban, como Presidente: Cornelio Saavedra, como secretarios Juan José Paso y Mariano Moreno y como vocales, Juan Castelli, Manuel Belgrano, Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Juan Larrea y Domingo Matheu.
La nueva autoridad se proclamó como heredera de la administración anterior, y fiel a Fernando VII. Todos los integrantes eran criollos, salvo los comerciantes españoles Domingo Matheu y Juan Larrea.
La Junta debía afrontar grandes problemas: en su mismo seno se oponían distintas ideas sobre el destino a seguir. Uno de ellos era continuar o no, la dependencia con la Metrópoli y otro, el problema con el interior.
El gobierno se había establecido desde Buenos Aires y el escollo que se presentaba era su aceptación por el resto del virreinato. Si bien el interior aplaudía el término del vínculo colonial, rechazaba a Buenos Aires como cabeza y dominadora del nuevo estado.
Se hizo un llamamiento a las provincias para reconocer la autoridad del nuevo gobierno y a la designación de un diputado para ejercer su representación en la junta, y se organizaron expediciones militares para lograr que ciertas provincias aceptaran la nueva autoridad, ya que los focos contrarrevolucionarios se expandían por Córdoba, Paraguay, la Banda Oriental y el Alto Perú.
La expedición que tenía como destino el Alto Perú, sofocó el foco realista de Córdoba, al mando de Santiago de Liniers, quien fue fusilado en Cabeza de Tigre. En el Alto Perú no tuvieron la misma suerte. Se realizaron tres campañas: la primera dirigida por Castelli, la segunda, por Belgrano y la de Rondeau, que fue derrotado en Sipe-Sipe, con la consecuencia de la pérdida de esa región, rica en minas de plata.
En Paraguay, el Cabildo de Asunción, decidió enfrentarse a las tropas revolucionarias de Belgrano, reconociendo la autoridad de España. Belgrano fue derrotado y Paraguay se independizó dejando de ser una amenaza realista. Algo similar ocurrió en la Banda Oriental, que tras declarar su lealtad a la corona española, logró independizarse en julio de 1814, dirigidos por José Gervasio de Artigas.
Dentro de la Junta se distinguían dos grupos principales, con respecto a su postura hacia el interior. La de Moreno, implicaba reunir un congreso provincial en forma separada, pues un congreso general sería demasiado numeroso, y en cuanto a la manera de llevar adelante la revolución, prefería los métodos radicales y violentos, a diferencia de lo que proponía Saavedra, que era jefe de las milicias, de ideas moderadas.
El 8 de diciembre de 1810, se dictó el decreto de supresión de honores, por el cual Saavedra perdía el mando militar, el que se transfería a la Junta. Si bien esto beneficiaba a Moreno, Saavedra se vio compensado al aceptarse su propuesta de integrar a los diputados del interior a la Junta, hecho al que se oponía Moreno.
Éste había publicado en el diario La Gazeta de Buenos Ayres, periódico creado por la Junta, dirigido a la opinión pública, en noviembre de 1810, sus ideas al respecto, donde explicitaba la necesidad del dictado de una Constitución sin la cual ningún estado podría organizarse. Pero esta nueva constitución cuya necesidad remarcaba no podría reconocer la autoridad de Fernando VII, ya que estando cautivo, el pueblo había recuperado sus derechos a establecer su propio gobierno.
La posición de Saavedra se dirigía a no romper tan drásticamente el vínculo colonial.
Ante la incorporación a la Junta de los diputados del interior, Moreno renunció y trató de refugiarse en Europa, pero falleció durante el viaje.
La Junta Grande, denominación que tomó el organismo, al incorporar a los diputados del interior, el 18 de diciembre, albergaba dos tendencias: la del líder cordobés, Gregorio Funes, que representaba los intereses de los nueve diputados del interior, y la de Cornelio Saavedra.
La nueva Junta debió afrontar serios inconvenientes. Las campañas militares, a las que ya hemos aludido, no significaban grandes motivos de optimismo. Belgrano había sufrido una derrota en Paraguarí el 19 de enero y en Tacuarí, el 10 de marzo. Belgrano, aprovechando la existencia de jefes criollos entre los vencedores, inició una serie de conversaciones mediante misivas con el jefe adversario Cavañas, donde le propuso luchar conjuntamente por la liberación de Paraguay. El hecho tuvo punto final con una capitulación por la cual Belgrano se retiró a Corrientes y los criollos paraguayos derrocaron al gobernador Velazco.
Mientras Saavedra estuvo al frente de la Junta, no hubo demasiados enfrentamientos, pero cuando viajó al norte para reorganizar el ejército que había sufrido una importante derrota en Huaqui, la oposición aprovechó, con el liderazgo de Sarratea y Rivadavia, aliándose a los morenistas para organizar un poder ejecutivo menos numeroso, creándose el Triunvirato, por exigencia del Cabildo, que el 22 de septiembre exigió la reforma del gobierno, que ahora estaría integrado por Juan José Paso, Manuel de Sarratea y Feliciano Chiclana, siendo secretarios, Bernardino Rivadavia, Julián Pérez y Vicente López.
La Junta Grande desapareció, convirtiéndose en un poder legislativo, que con el nombre de Junta conservadora de los derechos de Fernando VII, tuvo efímera duración, ya que el Primer Triunvirato, al poco tiempo la disolvió.