Antonio de Oliveira Salazar
Antonio de Oliveira Salazar, gobernó Portugal como Presidente del Consejo de Ministros desde 1932 hasta 1968, aplicando una política dictatorial. Nació en Santa Comba Dao , Portugal, el 28 de abril de 1889.
Realizó sus estudios en la Universidad de Coímbra, desempeñándose primero como ayudante de Cátedra desde 1914 y como profesor titular de Economía Política a partir de 1918.
Cuando el general António Óscar de Fragoso Carmona tomó el control del gobierno en 1926, Salazar pasó a ocupar el Ministerio de Hacienda a partir de 1928 (había tenido un ofrecimiento dos años antes, oferta que rechazó debido a que no le concedían los poderes extraordinarios que había puesto como condición) . Cabe mencionar que la situación financiera de Portugal era caótica, tanto por su economía interna como por la deuda externa; circunstancias que el reciente ministro logró revertir en un año.
En 1932 fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros, cargo que ejerció hasta 1968. Su política estuvo delineada por una dictadura. Tras su primer año en el ejercicio de su función, 1933, promulgó una nueva constitución, denominada “Estado Novo” (Nuevo Estado), mediante el que implantó un régimen corporativo a través de un partido único, “Acción Nacional Popular”.
Su autoridad se caracterizó por la aniquilación de la libertad de prensa, la anulación de la oposición política y la supresión del derecho de huelga, neutralizando el surgimiento de la clase trabajadora como movimiento de cohesión política.
Colaboró en la represión de los grupos nacionalistas en África, enviando soldados dentro del marco de conflictos en Guinea, Mozambique y Angola, colonias portuguesas. Esta postura lo condicionó a un aislacionismo producto del rechazo internacional.
Aliado con Francisco Franco, dictador español, tras finalizada la Guerra Civil firmó el Pacto Ibérico (1942); un tratado por el cual ambos países se comprometían a declarar su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, puso las islas Azores a disposición de los aliados.
Aun así, durante la ocupación alemana en Francia, ordenó a sus embajadores que acotaran los visados que permitían el ingreso de refugiados en Portugal. Arístides de Sousa Mendes, Cónsul en Burdeos, desobedeció sus órdenes, hecho que ocasionó su destitución, siendo marginado de la vida pública. La acción emprendida por Mendes permitió que miles de personas se libraran del Holocausto.
Ferviente católico y ex – seminarista, devolvió al Vaticano las propiedades eclesiásticas que habían sido confiscadas por el gobierno que lo antecedió.
Producto de una apoplejía, fue destituido de su cargo en 1968 y reemplazado por Marcelo Caetano. Dos años más tarde, el 27 de julio de 1970, falleció en Lisboa.