La Batalla de San Juan
La batalla de San Juan o San Juan y Chorrillos, según los historiadores, se encuadró dentro de la Guerra del Pacífico.
Tras el triunfo en el Alto de la Alianza y Arica, Chile se propuso la estocada final mediante la campaña de Lima. Pese a las especulaciones peruanas, orientadas a que el ataque sería realizado por Ancón (el norte) , el enemigo decidió atacar por el sur de Lima. Cabe mencionar, que el sur del país ya había sido dominado.
Pese a las intervenciones de Estados Unidos para frenar el conflicto, el 19 de noviembre de 1880 una parte del ejército chileno compuesto por 13.000 soldados al mando de Villagrán invadió Pisco, mientras que la otra parte, 26.000 soldados más, desembarcó en las playas de Lurín.
El 12 de enero fue capturado un soldado chileno que informó la cercanía del ejército invasor, al día siguiente se llevó a cabo la batalla de San Juan y , en paralelo, se libraron combates en Santa Teresa, el cerro Marcavilca, Morro Solar y el pueblo de Chorrillos; pueblos conformados en la línea de San Juan, a doce kilómetros de Lima.
El Presidente de facto , Nicolás de Piérola, había dividido las tropas en cuatro grupos. Abiertos diferentes frentes y tras horas de lucha, el ejército chileno, superior en número de soldados y armamento respecto a las fuerzas peruanas, resultó vencedor, incurriendo en incendios y saqueos en la localidad de Barranco y Chorrillos e inaugurando una tregua que finalizó con el enfrentamiento en Miraflores y posterior toma de Lima.
Si bien la superioridad chilena fue rotunda, las pérdidas sumaron entre ambos ejércitos, 10.000 bajas más 2.000 heridos.
El 14 de enero y con el objetivo de impedir más derramamiento de sangre, se inició una tregua con el acuerdo de Piérola. Cabe mencionar que en los descalabros también fueron saqueadas y dañadas propiedades de extranjeros, principales interesados en lograr el establecimiento de un alto el fuego. Al día siguiente, diplomáticos foráneos y chilenos se reunieron para dar forma al inicio de una paz transitoria; de la misma manera, el General Manuel Baquedano, al mando del ejército chileno, exigió la rendición peruana del Callao.
El mismo 15 de enero de 1881 y con el presidente de Chile en Miraflores, se inició nuevamente la batalla: un tiro cruzado en circunstancias de pacificación aún no establecidas, dio lugar al reinicio de las hostilidades en medio de un clima de confusión, así comenzó la batalla de Miraflores.