El Virreinato del Perú
CREACIÓN
Durante el reinado de Carlos I de España, por Real Cédula del 20 de noviembre de 1542, fue creado el Virreinato del Perú, que comprendía las gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva Toledo.
Era un inmenso territorio desde el Istmo de Panamá hacia el sur de América, salvo, Brasil, que pertenecía a Portugal, las Guayanas y las costas de Venezuela. El otro virreinato español era el de Nueva España, al norte de éste, de reducidas dimensiones en comparación al del Perú.
Sin embargo, Panamá, Chile y el Rio de La Plata, tenían bastante independencia dentro del virreinato, pues contaban con reales Audiencias y por lo tanto Presidentes-gobernadores con funciones de Capitanes Generales.
La capital era la ciudad de Lima, llamada originariamente Ciudad de los Reyes. Era una ciudad próspera gracias a sus riquezas mineras. El puerto del callao, amurallado, para evitar los ataques de piratas, monopolizaba el comercio regional de las mercaderías que arribaban desde Panamá. El resto de la población se dedicaba fundamentalmente a actividades agrícolas y textiles.
El 1 de marzo de 1543, se nombró el primer Virrey, en el Virreinato del Perú, que reemplazaba a la Gobernación de Castilla, adjudicada a Francisco Pizarro. Este primer virrey, tuvo un trágico final, sin llegar a ocupar su cargo, ya que pereció en manos de Gonzalo Pizarro, contrariado por las Leyes Nuevas que establecían limitaciones al dominio de los primeros conquistadores y al sistema de encomiendas: Se trataba de Blasco Núñez Vela, quien fue sucedido por 39 virreyes, a partir de que fue sofocada la guerra interna, en 1545.
LAS AUTORIDADES DEL VIRREINATO
La máxima autoridad era el Virrey, nombrado por el Rey de España. Sus funciones eran muy amplias, ya que era, además, el Presidente de la Real Audiencia de Lima. En el año 1571, fue creado en España el Consejo de Indias, que limitaba a las autoridades locales, ya que debían pedir autorización a ese organismo, ubicado tan distante para la resolución de cuestiones trascendentes.
Las Audiencias eran organismos con funciones judiciales, existiendo en el Perú, dos audiencias: la de Lima y la del Cusco. La audiencia estaba integrada por un Presidente, varios oidores y otros funcionarios menores. Luego se ampliaron en número quedando las siguientes: la de Panamá, la de Lima, la de Santa Fe de Bogotá, la de La Plata, la de Charcas, la de Quito, la de Chile, la de Buenos Aires, y la de Cusco. A fines del siglo XVIII, las Audiencias fueron sustituidas por el sistema de Intendencias.
En orden de importancia seguían luego los Corregidores, que buscaban la pacífica convivencia entre nativos y españoles, aunque en la práctica se ocuparon de transformar el trabajo de los indios en una carga pesada que los enfermaba y hasta los conducía a la muerte. Estos organismos fueron fundados por el virrey Lope García de Castro, en 1569. Con la aparición de los Corregidores el sistema de encomiendas declina su importancia, ya que los corregidores habían sustituido a los encomenderos en la recaudación de los tributos, que era su principal función.
Una institución muy importante fueron los Cabildos, autoridad de las ciudades, que defendían estos ámbitos locales.
Por últimos, los curacas, en defensa de los aborígenes, eran el puente de diálogo entre la población y los corregidores.
LOS VIRREYES
En 1551, asumió como Virrey, Don Antonio de Mendoza, quien fue sucedido cinco años después por Andrés Hurtado de Mendoza, durante cuya gestión se descubrió la mina de azogue en Huancavelica, y se reorganizó el sistema de encomiendas.
El Virrey Francisco Toledo, fue quien gobernó entre 1569 y 1581, siendo uno de los más reformadores. Sirven de ejemplo de su tarea organizadora, sus Ordenanzas, cuya redacción estuvo a cargo de los juristas, Juan de Matienzo y Juan Polo de Ondegardo. Creó un registro poblacional, y las reducciones aborígenes, estableciendo los tributos que éstos deberían abonar. Los aborígenes, debemos tener en cuenta que constituían la mayoría de la población. Instituyó la mita, donde los aborígenes entre 18 y 50 años prestaban servicios personales en las minas u obras públicas, con un gran abuso por parte de los españoles.
EL VIRREINATO EN EL SIGLO XVIII
Con las reformas borbónicas del siglo XVIII, el Virreinato del Perú quedó reducido, ya que de él surgieron el de Nueva Granada, en 1739, que comprendió las Audiencias de Panamá, Santa Fe de Bogotá y Quito y el del Río de la Plata, en 1768, que separó la Audiencia de Charcas.
En 1740, la ciudad de Valdivia, que dependía del virreinato del Perú pasó a pertenecer a la Capitanía General de Chile. Perú la recuperó en 1812, pero en 1820, los revolucionarios chilenos la tomaron.
El Virreinato ya estaba en crisis. En 1780 se produjo la rebelión de Túpac Amaru, un descendiente inca que se convirtió en líder de los aborígenes oprimidos, que bregaban por la instalación de una Audiencia en Cusco, para imponer justicia a tanto abuso de poder por parte de los Corregidores. La rebelión terminó con la inhumana matanza del caudillo aborigen y de toda su familia.
La ciudad de Osorno, originariamente chilena perteneció al Perú entre 1798 y 1802.
Por Real Cédula del 15 de julio de 1802, se adicionaron a este Virreinato del Perú, los territorios amazónicos creándose la Comandancia General de Maynas y Quixos.
En el año 1803 se separó de la jurisdicción de Quito, para sumarse al Perú la Gobernación Militar de Guayaquil. En julio de 1810, en plena revolución, el territorio de la Audiencia de Charcas fue sumado al virreinato del Perú, por decisión de su Virrey.
A partir del siglo XIX surgen los movimientos independentistas, y el Virreinato termina su existencia, en el año 1824, luego de que Simón Bolívar venciera a las tropas realistas y se rindiera el último virrey, José de la Serna e Hinojosa.