La Campana, yacimiento arqueológico en Colima
La campana es un yacimiento arqueológico que se localiza en la zona norte de la ciudad de Colima, en el municipio de Villa Álvarez, muy cerca de los estados de Jalisco y Michoacán.
Es este a día de hoy uno de los yacimientos más importantes con los que cuenta México, y esto es debido a que fue un centro urbano muy importante, que tuvo su época de máximo esplendor entre los años 700 y 900 d de C.
Y el gran desarrollo alcanzado por este territorio no fue fruto de la casualidad. En el influyó su situación geográfica, la que convirtió al centro de la Campana en el centro de intercambio de mercancías, y por lo tanto de culturas, más importantes de México.
Se cree que la Campana no es más que una parte de lo que fue un importante asentamiento conocido por el nombre de Almoloya. Fue un centro de gran tamaño hasta que en el siglo XVI los franciscanos utilizaron material arqueológico para la realización de nuevas construcciones. Esto que hoy en día nos puede resultar aberrante, hay que entenderlo en su justa medida, enmarcándolo en el contexto del siglo XVI y dado el interés de los franciscanos de ayudar a los más necesitados.
Los primeros registros sobre el centro arqueológico datan del año 1917, con lo cual se puede decir que a partir de esa fecha pertenece al patrimonio arqueológico americano.
La extensión a día de hoy de la zona arqueológica es de 134 hectáreas. Sin embargo lo que más llama la atención es que a día de hoy está explorado solamente el 1% de lo que se supone es el total del área. La zona tiene un centro ceremonial administrativo, con importantes edificios monumentales destinados la mayor parte de ellos a la realización de ritos ceremoniales; plataformas superpuestas y restos de pirámides escalonadas tan típicas de la cultura mesoamericana; grandes avenidas con abundancia de restos escultóricos y petroglifos a lo largo de todas las avenidas y sobre todo en las plazas.
En el medio justo del complejo arqueológico, se encuentran los restos de una poderosa avenida (casi 4 metros de ancho no son cualquier cosa) flanqueada por anchos muros laterales de piedra, y que se conforma como un elemento de comunicación con otras poblaciones probablemente del norte dada su orientación.
También se aprecian en todo el conjunto restos de unidades habitacionales, en formas rectangulares y circulares separadas entre ellas por casas empedradas, así como juegos de pelota, de tamaño no muy grande.
Es importante destacar que el trazado de La campana, se corresponde con un planeamiento urbano, en toda su dimensión, donde parece que no se dejó nada al azar. Además las construcciones se corresponden con el estilo típico de la región de Colima de “piedra bola” unida con argamasa de barro y recubierta con lodo quemado para que ofreciera una coexistencia férrea al paso del tiempo y a las inclemencias meteorológicas.
Los restos de cerámica de esta zona no son muy abundantes dado los saqueos sufridos a lo largo del tiempo y el poco cuidado que se puso en la conservación. Esto mismo pasa con los restos humano: se han encontrado diversos enterramientos, en tumbas de tiro, en la zona que documentan las costumbres de estos pueblos prehispánicos. Llama la atención que los difuntos aparecen sin pies, sin manos y sin caja torácica, lo que los rodea de un especial simbolismo.
Toda la zona está dividida en estructuras que engloban a los diversos edificios explorados hasta el momento.
Las visitas a esta importante zona arqueológica son de martes a domingo de 9:00 a 17:00.