Mahmud Ahmadineyad
Mahmud Ahmadineyad nació en Garmsar, Irán, en 1956. Político y actual Presidente de Irán, su ideología se encuadra dentro del conservadurismo islámico. También se desempeñó como Alcalde de Teherán, función que despertó controversias en determinados sectores de la sociedad de corte más progresista.
Estudió en la Facultad de Ciencias e Industria. Ya ingeniero, hizo el doctorado en Ingeniería de Transporte. Si bien se mantuvo ligado a su profesión por medio de la Universidad, desde joven ejerció la política. Conocido por ser uno de los fundadores de Asamblea Islámica de Estudiantes, siguió las directrices del líder espiritual iraní, el Ayatolá Jomeini. Esta agrupación fue la que se autoadjudicó el atentado a la Embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979 que mantuvo a 52 rehenes por más de un año.
Desde entonces, las relaciones con el país del norte quedaron resentidas. Recién ahora, parecería que podría llegar a existir la posibilidad de una concordia, con la nueva asunción de Obama Barack.
Involucrado en diferentes grupos revolucionarios, en 1986, durante el conflicto bélico con Irán, fue voluntario del cuerpo de los Guardianes de la Revolución, agrupación que ideológicamente persigue los principios y la imposición de costumbres islámicas.
En el 2003 fue electo Alcalde de Teherán, triunfo que alcanzó sólo con la votación del 12% del electorado, el resto en edad de votar no concurrió a las urnas y otro porcentaje se volcó a favor de los reformistas, hecho que determinó el resultado final.
Su gestión fue controvertida y rechazada por los sectores partidarios de una mayor apertura. Aplicando políticas tendientes a instaurar el rigor islámico (cierre de locales de comida rápida, separación estricta en los ascensores entre hombres y mujeres, cierre de centros culturales, etc.) consiguió el apoyo de las clases más necesitadas. Por otro lado, el entonces Presidente Jatami, no había cumplido con las promesas tras años de gestión, estado de situación que propició su triunfo posterior en las elecciones generales.
Los pobres se vieron seriamente afectados por las clases opulentas, beneficiadas por el costo alto del barril en épocas de petróleo caro (60 Dólares). La perseguida igualdad nunca se cumplió y el descontento social fue aprovechado por los integristas.
En las elecciones presidenciales se enfrentó a Akbar Hashemi Rafsanjani (Presidente iraní entre el 1989 y el 1997), un conservador pragmático depositario de las mayores fortunas del país. Ambos candidatos sacaron un porcentaje similar, pero tras algunos días del sufragio, resultó que del 30% pasó a tener el 61% de los votos a favor de Ahmadineyad, inclinándose la balanza definitivamente.
Cabe mencionar que las sospechas se hicieron eco hasta los Estados Unidos, hecho que no logró la revisión de los resultados. Apoyada por el Ayatolá Jomeini, el nuevo presidente fue puesto en gestión.
Una de sus primeras acciones fue volver al programa de combustible nuclear (cuyos recursos, inicialmente, se desviarían hacia el incentivo económico), desoyendo los consejos de la Unión Europea.
De la misma manera nombró a Alí Larijan, conservador, como el responsable para mantener las relaciones con la Unión Europea y Washington, nombramiento que alejaría aún más las posiciones.
Expreso enemigo de Israel, se pronunció a favor de su destrucción, alegando públicamente, no con poca ironía, que si Occidente los apoyaba que les diera un territorio propio para que dejaran de ocupar uno que no lo era. Asimismo, en otras ocasiones, se ocupó de manifestar cuánto de exageración había habido en la concepción del Holocausto.
Es sospechado de integrar la secta mesiánica, “Grupo Jamkaran”, que espera el retorno del Imán Oculto y, en consecuencia, la venida que anunciará el día del Juicio Final y el Apocalipsis.