Los Emiratos Árabes Unidos
Se le da el nombre de Emiratos Árabes Unidos a una federación compuesta por siete emiratos. Sus componentes son Abu Dhabi, Dubai, Sharjah, Ajman, Ras Al Khaimah, Umm al Qaywayn y Fujayrah.
Aunque cada uno de ellos posee una gran autonomía, con competencias exclusivas de cada gobierno, se rigen por una misma Constitución, la de 1971.
En un principio la zona estaba habitada por varias tribus, todas de origen árabe. Su principal dedicación era la piratería, asaltando los barcos mercantes que osaban acercarse. De ahí, el nombre por el que era conocida: la Costa de los Piratas.
Aparte de esto, era un territorio bastante rico en perlas, lo que enseguida provocó el interés de las potencias coloniales. Así, Gran Bretaña es la que decide intentar hacerse con el gobierno de este territorio. En 1820, firma un acuerdo con los jeques que gobernaban las tribus, con la excusa de acabar con la piratería. Y, años más tarde, en 1853, consigue rubricar otro acuerdo, el de la Tregua Marítima Perpetua, que de hecho la convierte en la potencia dominante, quedando esta zona como protectorado británico. Como era de esperar, también se hace con el control exclusivo de todos los recursos.
Durante este tiempo, los Emiratos son conocidos como los Estados de la Tregua y no se produce ningún cambio de envergadura hasta principios del Siglo XX. En esa época el estado de Arabia Saudí renace con fuerzas, amenazando la influencia británica. Además, otras potencias coloniales como Alemania, Francia y Rusia comienzan a interesarse por la zona. Esto lleva a los británicos a consolidar sus relaciones y que estas sean un poco más estrechas, hasta el punto que los Estados de la Tregua, junto a Bahrein, Kuwait y Omán, dejan todas sus relaciones exteriores en manos de Londres.
No fue hasta terminada la Segunda Guerra Mundial cuando los países árabes, con la aparición de la Liga que los engloba a todos, empiezan a dar muestra de alguna independencia.
Aún así, el cambio fundamental se produce en los ’60. En esos momentos empiezan a aparecer pozos de petróleo que, aunque no se utilizarán a gran escala todavía, empezaron a cambiar la relación de fuerzas. Aunque Gran Bretaña se resistía a marcharse, sí tuvo que compartir su influencia con otra potencia: los Estados Unidos.
Los británicos, preocupados por esto y por la fuerte aparición de la ideología panárabe de Nasser, intentaron conservar su hegemonía en estos pequeños estados. La vía que utilizaron fue la misma que han usado los británicos en tantas colonias: por una parte, retirando la fuerza militar y, por otra, patrocinando la aparición de un nuevo gobierno, en este caso, la aparición formal de los Emiratos Árabes Unidos, pero conservando sus intereses económicos.
Desde entonces su presidente fue el Jeque Záyed bin Sultán Al Nahyán, hasta su fallecimiento en Noviembre de 2004, siendo sustituido por su hijo, Jalifa bin Zayed al Nahyan.
Este nuevo Estado sufrió una pelea con Irán, cuando éste ocupó 3 islas ubicadas sobre el estrecho de Ormuz.
Esto llevó a que, años después, los Emiratos apoyaran a Irak en la guerra que le enfrentó a su vecino persa. Apoyó que repitió tras la invasión iraquí de Kuwait.
Obviamente, esto le lleva a cierta tensión con los Estados Unidos, pero su condición de tercer máximo exportador de petróleo le abre las puertas a un acuerdo con los norteamericano, con el que se comprometen a mantener una estrategia militar común.
En cuanto a su contencioso con Irán, Siria consigue en 1992 que Teherán disminuya sus exigencias sobre las islas ocupadas y que esta cuestión quedara bajo arbitraje internacional.
Junto con otros estados de la zona, el fundamentalismo religiosp ha hecho su aparición en los Emiratos, aunque el gobierno ha intentado mantenerlo a raya, a menos en su vertiente política. En la social, la Sharia (ley islámica) es la base de su legislación, tratándose de uno de los estados más conservadores.
Esto no le ha quitado atractivo para los inversores. De hecho, se han convertido en una especie de Hong Kong del Golfo Pérsico que, a fuerza de gastar los petrodólares, han pasado a ser importantes centros de negocio. De hecho, Dubai, es llamada la “Nueva York del Pérsico” por sus impresionantes construcciones.
En los últimos años, los Emiratos Árabes Unidos han experimentado un crecimiento exponencial en términos de desarrollo y modernización. Han invertido fuertemente en infraestructuras, educación y tecnología, lo que ha atraído a una gran cantidad de expatriados de todo el mundo. Este crecimiento ha sido impulsado en gran medida por la visión y el liderazgo de su gobierno, que ha buscado diversificar la economía más allá del petróleo y el gas.
Además, los Emiratos Árabes Unidos han estado a la vanguardia en la promoción de la sostenibilidad y la energía renovable en la región. Han lanzado varias iniciativas y proyectos, como la ciudad de Masdar, una ciudad completamente sostenible alimentada por energía solar y otras fuentes renovables. También han invertido en la investigación y desarrollo de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono para reducir su huella de carbono.
En el ámbito cultural, los Emiratos Árabes Unidos han hecho esfuerzos significativos para promover el arte y la cultura árabe. Han construido varios museos y centros culturales, como el Louvre Abu Dhabi y el Centro Cultural Sheikh Zayed, que han atraído a visitantes de todo el mundo.
En términos de política exterior, los Emiratos Árabes Unidos han desempeñado un papel activo en la región y han establecido relaciones diplomáticas con varios países. Recientemente, han firmado acuerdos de normalización con Israel, un paso significativo hacia la paz y la estabilidad en la región.
A pesar de los desafíos que enfrentan, como la tensión con Irán y el conflicto en Yemen, los Emiratos Árabes Unidos han demostrado una notable resiliencia y han mantenido un crecimiento constante en su economía y desarrollo. Su compromiso con la modernización, la sostenibilidad y la promoción de la paz en la región los coloca como un actor clave en el Medio Oriente y más allá.