La invasión a Afganistán
Los orígenes del conflicto en Afganistán tienen sus raíces en el conflicto bélico de 1979, cuando la invasión soviética a territorio afgano desató la primera guerra afgana. Estados Unidos, sin participar abiertamente, subvencionó la preparación de guerrilleros y la adquisición de armamento por parte de la resistencia musulmana, dentro de los líderes de esta guerra que finalizó en 1989, estaba el líder árabe Osama Bin Laden.
Tras el fin de la guerra y su expulsión de Arabia saudita por promover rebeliones en contra de la casa real, Bin Laden se estableció en Afganistán en 1996, gobernado por fundamentalistas musulmanes, Bin Laden recibió apoyo y tierras, es ahí en donde se cree ideó y orquestó los atentados sufridos por Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
El gobierno norteamericano, con George Bush a la cabeza, estaba convencido que el líder fundamentalista era el responsable de dichos ataques, acusó al régimen talibán que gobernaba Afganistán de avalar los ataques. La guerra de EE.UU. contra Afganistán, inició el 7 de octubre de 2001.
La llamada «Operación Libertad Duradera», originalmente sólo buscaba la captura de Osama Bin Laden para ser enjuiciado en suelo norteamericano y la desintegración de la célula madre de Al Qaeda, pero pronto sumó a estos objetivos el derrocamiento del régimen fundamentalista talibán.
Norteamérica logró ser apoyado por la ONU y de manera directa por países como Inglaterra, Países Bajos, Francia, España e Italia, aunque Francia finalmente se retiró. Las tropas entraron a Afganistán desde el norte del país buscando encontrar células de la Alianza del Norte, conformada por guerrilleros rebeldes al régimen talibán para sumarlos a sus filas. Los bombardeos comenzaron ese mismo día por la tarde.
Estados Unidos argüía tener pruebas de la presencia de arsenales de armas nucleares y bioquímicas en territorio afgano, incluyendo misiles Stinger, proporcionados por Estados Unidos durante la guerra contra los soviéticos.
Hacia el quinto día de iniciada la guerra, buena parte de la defensa antiaérea y las pistas de aterrizaje afganas habían sido destruidas; la comunicación se vio afectada y el ejército afgano era incapaz de organizar y concretar operaciones militares.
A los quince días de iniciada la guerra, la Alianza del Norte se veía imposibilitada para llegar a la capital. Las tropas norteamericanas bombardearon puntos talibanes. Tras el ataque a las fuerzas terrestres talibanas, los rebeldes de la Alianza pudieron avanzar sobre Kabul.
El nueve de noviembre tuvo lugar la batalla de Mazar-e-Sharif, Kabul fue tomada por la Alianza del norte el 13 de noviembre, con lo que se marcó el final del gobierno talibán, subiendo al poder Hamid Karzai, nuevo gobernante de Afganistán. Sin embargo el objetivo de la intervención norteamericana no se cumplió: Osama Bin Laden no fue capturado; se cree que el líder de Al Qaeda huyo a través de la montañosa frontera pakistaní.
Durante los siguientes años de la guerra, posiciones de la Alianza del Norte fueron recuperadas por los talibanes y otras en manos de talibanes capturadas por el gobierno afgano.
En los meses junio, julio y agosto de 2008, la situación para las tropas aliadas era tensa: habían tenido 120 bajas, contra los 190 muertos que hubo en sus filas entre el 2001 y el 2003. La guerra se agudizó y hacia finales de año, los afganos se manifestaban descontentos con el gobierno de Karzai, sin que hasta ahora haya señales de finalización del conflicto.