Hezbollah y su influencia en El Líbano
Hezbollah (Partido de Dios) es un grupo militar y político radicado con fuerza en El Líbano, sobre todo en el sur del país. Musulmanes de creencia chii, el grupo está considera como terrorista por los Estados Unidos.
Hezbollah nació en El Líbano apoyado por los clérigos chiitas a finales de la década de los 70. En la compleja sociedad libanesa, donde existen un gran número de creencias religiosas y sociales, los chiitas ya tenían un partido político propio, Amal, que los representaba en el extraño sistema político del país, con un sistema de cuotas para los representantes. Sin embargo, dos hechos cambiaron las mayorías dentro de esta rama del Islam.
El primero de ellos, fue la invasión israelí de El Líbano acaecida en 1978. Esto radicalizó las posiciones de los musulmanes libaneses, ya muy influidos por la cuestión palestina y con numerosos refugiados de esta nacionalidad. Por otra parte, la revolución que triunfa en Irán en el 79, hace que los grupos chiitas tengan un apoyo externo muy importante y que sus planteamientos se asemejen a los que han conseguido hacerse con el poder en la antigua Persia. Incluso, existen historiadores que afirman que un grupo del primigenio Hezbollah participó en la Revolución de Jomeni, más concretamente actuando contra los sectores más laicos e izquierdistas que, en un primer momento, apoyaron la sublevación como modo de deshacerse del Sha.
Sin embargo, no fue hasta 1982 cuando Hezbollah crea su rama militar. En ese año los israelíes vuelven a atacar El Líbano, esta vez de forma devastadora y apoyado por la Falange maronita de Gemayel, otra de las facciones que conviven (más o menos) en el país de los cedros. Fue en ese escenario cuando se produce la matanza de los campos de refugiados de Sabra y Chatila y todo esto enciende aún más los ya caldeados ánimos de la población musulmana.
Así, el caldo de cultivo para que Hezbollah comenzara su acciones armadas estaba formado. En un principio actúa como resistencia frente a los invasores, con el propósito de expulsarlos del país.
Políticamente, Hezbollah nunca reconoció al Estado de Israel y siempre declaró su propósito de destruirlo y, claro está, recuperar Jerusalem, otra de las obsesiones del grupo. En el ámbito interno, sus pretensiones no se quedaban solo en expulsar a los israelíes. Como seguidores de la República Islámica de Irán, recién creada, pretendían reproducirla en su territorio.
En lo social, como ha ocurrido con otros movimientos de este tipo, Hezbollah se fue convirtiendo en un estado en las áreas donde el Estado fallaba. Esto es, eran los únicos que creaban hospitales para los más pobres, escuelas donde podían estudiar los niños más desfavorecidos, ofrecían ayudas económicas….Todo esto les fue haciendo cada vez más populares entre la población que seguían su mismo credo y fueron consiguiendo un apoyo cada vez mayor.
Durante los primeros años desde su creación, los milicianos del grupo se encontraron con otro enemigo. Tropas francesas y norteamericanas se desplazaron a Beirut después de que los líderes palestinos fueran expulsados del país y como intento de parar la guerra eterna entre facciones. Como era de esperar, al igual que habían luchado contra los israelíes, Hezbollah también se opuso a esta presencia, llevando a cabo varios atentados suicidas. Uno de ellos, provocó la muerte de 300 soldados estadounidenses y obtuvo una feroz respuesta: barcos norteamericanos bombardearon la capital durante semanas, pero finalmente la falta de resultados hizo que retirara sus tropas y las francesas.
La terca resistencia de los chiies frente al ejército de Israel y las facciones libanesas que lo apoyaban, consiguió su propósito en 1985. Cansado de una guerra sin fin, en la que había sufrido numerosísimas bajas, Israel retira sus tropas, aunque conservan una Franja de Seguridad en el sur del país.
Pese a esa Franja, de la que Israel salió hace pocos años, Hezbollah presume de haber sido los únicos en conseguir derrotar al todopoderoso ejército israelí, lo que le da un prestigio que les hace aún más popular.
Ya en 1989, Hezbollah comienza a entrar en la vida política de su desgarrado país. Todos los partidos (que representan a las distintas facciones), firmaron un acuerdo para poner fin a la guerra civil que sufría El Líbano, en ocasiones de manera soterrada y otras veces de forma totalmente abierta.
Esto hizo que el Partido de Dios se presentará a las elecciones. El resultado ha sido que su número de representantes ha ido creciendo de manera exponencial, hasta ser el más votado.
Ideológicamente, las posiciones de Hezbollah han sufrido cierto cambio. Sí en un principio, su proyecto final era la creación de un gran estado islámico, que abarcará un buen número de los países de su entorno, hoy, poco a poco, va aceptando la propio existencia de El Líbano como nación.
En 1992, tras el asesinato por parte de Israel de su líder, Mussawi, este fue sustituido por Sheikh Nasrallah. Este ha intentado conseguir aliados entre otras facciones de la vida libanesas. De hecho, ha habido momentos en que se ha aliado con sus viejos enemigos de la Falange, al igual que con drusos, cristianos y sunnitas.
Igualmente, ha declarado repetidamente que respetará las creencias de todos los habitantes del país, sin intentar forzar su islamización, aunque un buen número de personas no acaban de creer esta buena voluntad.
En lo que no ha cambiado es en su postura ante Israel. De hecho, si bien intenta no enfrentarse con los Estados Unidos y condenó sin paliativos el 11 S, sigue atacando al Estado hebreo y apoyando a grupos como Hamas que luchan dentro de la Autoridad Nacional Palestina.
El último ejemplo de su lucha contra Israel lo tuvimos hace unos meses, cuando el secuestro de varios soldados judíos fue contestado por los israelíes con un nuevo ataque a EL Líbano, con bombardeos a la capital y luchas en la zona controlada por Hezbollah.
Sin embargo, a pesar de haber sido debilitada por estos ataques, lo cierto es que su resistencia y sus continuados lanzamientos de misiles a territorio hebreo, así como la retirada final de los israelíes, ha hecho que, de nuevo, Hezbollah pueda presentarse como ganador del conflicto. Lo que vuelve a traerle más apoyo entre la población.