Guerra de Yom Kipur
Tras la Guerra de los Seis días en 1967 habían quedado abiertos numerosos frentes que presagiaban que nuevos conflictos podían estallar en cualquier momento. La ocupación israelí de la Península del Sinaí, de la Franja de Gaza, de los Altos del Golán, así como de la parte árabe de Jerusalén hacía casi inevitable el estallido de otra guerra.
En 1968, una resolución de la ONU, instaba a Israel a regresar a sus fronteras anteriores a la guerra y pedía a los países árabes que pusieran fin a su negativa a reconocer al Estado hebreo. Sin embargo, ninguna de las dos partes atendió la votación de la ONU y las escaramuzas en las fronteras siguieron siendo algo cotidiano.
El presidente egipcio, Anwar el-Sadat intentó también realizar movimientos en el campo de la diplomacia para lograr la retirada del ejercito hebreo, pero sin obtener tampoco resultados.
A todo esto, en plena Guerra Fría, cada potencia había elegido a quien apoyar. Los Soviéticos aprovisionaban de manera constante a los países árabes, mientras que Estados Unidos se encargaba de apoyar a Israel, vetando cada resolución de la ONU que pudiera ser propuesta. Cabe destacar, de todas maneras, que Egipto tuvo alguna rencilla con sus aliados soviéticos, ya que Breznev pretendía que apoyase una política más moderada, a lo que el rais egipcio hizo caso omiso.
Siria en cambio, si continuaba recibiendo el moderno armamento soviético y pretendía llevar a cabo una ofensiva a gran escala, sin tener ninguna intención de iniciar ningún tipo de acercamiento diplomático y, mucho menos, de reconocer al Estado de Israel.
Así, El 12 de junio de 1973, los gobernantes de los dos países árabes acordaron el inicio de la Operación Badr (Luna llena) que daría comienzo a la guerra.
Como suele pasar, hubo que buscar una excusa, no se sabe si real o no. El caso es que el 13 de septiembre, Israel derribó, sin que este muy claro aún el motivo, unos aviones de combate sirios. Esto hizo que Assad, presidente del país, desencadenará las hostilidades.
El día elegido para el inicio de la guerra fue el que los israelíes llaman Yom Kipur, una festividad durante la que los judíos ayunan y rezan en la sinagogas. Los países árabes pensaron que atacando ese 6 de octubre, el elemento sorpresa estaría de su parte.
Si bien es cierto que los israelíes se vieron sorprendidos, según algunas fuentes también porque, dada su superioridad militar, no esperaban que los estados árabes se atreviesen a atacarla a gran escala, sus defensas aguantaron el golpe. Hay que tener en cuenta que las conquistas del 67 le habían proporcionado unas tierras que hicieron de barrera defensiva y que no permitieron que el ataque tuviera la efectividad esperada por los estrategas egipcios y sirios.
La ofensiva en los Altos del Golán comenzó con ataques aéreos sirios sobre el Cuartel General israelí y varias ciudades. Este primer ataque tomó de sorpresa al efectivo ejercito de Israel y las unidades sirias pudieron penetrar con sus fuerzas acorazadas.
Lo mismo pasó con la ofensiva egipcia que cruzó el canal de Suez y logró superar las primeras defensas dispuestas por Israel.
Ambos países árabes intentaban lograr sus objetivos con la máxima rapidez posible, sabiendo que la superioridad aérea y militar hebrea no les permitiría un enfrentamiento directo.
Israel pronto se organizó, pero la orografía de los Altos del Golán no permitían una fácil defensa. Por primera vez, el ejercito israelí se veía superado en la zona sur de los Altos y su fuerza aérea perdía hasta 40 cazas en manos de la batería anti-aérea siria
Tanto era así, que cuando finalizó el primer día de guerra, Siria había logrado que los tanques israelíes se retiraran de una buena franja y la tendencia seguiría durante la segunda jornada.
Sin embargo, el día 8 de octubre cambiaron las tornas. Israel dejó de utilizar la aviación y aprovecho la superioridad de sus unidades blindadas. Pronto recuperó el terreno perdido y provocó enormes perdidas materiales al ejército sirio
En el norte, a pesar de la insistencia del ejercito árabe, que causo numerosos problemas a los hebreos los primero días del conflicto, poco a poco la aviación israelí fue ganando terreno, incluso bombardeando Damasco.
Así, los israelíes contratacaron y penetraron en territorio sirio, hacia la capital. A pesar de la ayuda prestada por los jordanos e iraquíes, los sirios, con la moral muy baja, no pudieron contener el ataque y el ejercito judío se quedó a tan solo 40 kilómetros de Damasco.
La historia en el Sinaí estaba siendo muy parecida. El inicio de la guerra fue favorable para las fuerzas egipcias, que consiguieron ocupar diversas posiciones.
El día 8 de octubre, Israel intentó montar su contraofensiva. Tres frentes diferentes se abrieron para intentar llegar al Canal y mantener su dominio. Sin embargo, no consiguieron su propósito.
Siria, que en esos momentos sufría enormes perdidas, solicito a Sadat que los egipcios redoblaran su presión en el Sinaí, para conseguir desplazar las tropas israelíes. Eso ocurrió el 11 de octubre, cuando unidades árabes avanzan hacía el interior de la península.
Sin embargo, este movimiento resultó ser demasiado arriesgado, ya que obligó a los egipcios a desguarnecer parte de su línea defensiva. Finalmente, fue un fracaso y los egipcios perdieron más de doscientos tanques.
Esto permitió la contraofensiva israelí a manos de Ariel Sharon. Tras diversos ataques los hebreos logran cruzar el Canal el día 17, aunque no sin dificultad
Esta situación obligó al presidente soviético, Breznev a acudir en auxilio de sus aliados. Solicitó a Nixon que intervinieran para declarar un alto el fuego. Fueron ambas superpotencias las que negociaron los términos en Moscú el día 20 de Octubre.
Al día siguiente, la ONU aprobó la resolución de ambos países, que obligaba a cesar las operaciones militares y a negociar un acuerdo de paz.
Sin embargo, en Suez no se acabaron los enfrentamientos, ya que Israel no accedió a parar la ofensiva, Esto consiguió que la tensión subiese varios grados y la Unión Soviética movilizó parte de su flota en la zona.
Estados Unidos respondió declarando la alerta nuclear, a pesar de las protestas de sus socios europeos.
Pese a todo egipcios (con apoyo de Siria y permiso de los soviéticos) e israelíes no cesaban en las hostilidades, con diversos enfrentamientos que subían de nivel.
Realmente no se sabe como hubiera acabado si Estados Unidos no hubiera puesto firme a su aliado israelí. Así, Washington ordenó el cese de los ataques, aunque les prometió que podrían permanecer en las posiciones ganadas hasta ese mismo día y no hasta el día de la resolución de la ONU.
Por fin, el 27 de octubre Israel y Egipto dejaron la lucha. EL resultado, el ejercito de Israel se encontraba a tan solo 100 kilómetros de Damasco y a 80 de El Cairo.
A partir de ahí solo quedaba sentarse a negociar, lo que en el caso de Egipto desembocó en los Acuerdos de Ginebra de 1975 y, más tarde, en los de Camp Davis.