El rey Humberto I de Italia
Con el nombre de Umberto Rainerio Carlo Emanuele Giovanni Maria Ferdinando Eugenio (Humberto de Saboya) nació en la ciudad de Turín (Italia) el 14 de marzo de 1844, el futuro monarca Humberto I. Fueron sus padres Manuel de Saboya que se convertiría en el primer rey de Italia tras su unificación, y de la archiduquesa de Austria, María Adelaida de Habsburgo-Lorena. La madre del futuro rey Humberto I era prima de su padre, y él repitió la historia, casándose con Margarita Teresa de Saboya que también era su prima, y con quien tuvo a Víctor Manuel, que sería luego el rey italiano Víctor Manuel III.
El futuro rey Humberto realizó la carrera militar y ocupó el trono una vez falleció su padre el 9 de enero de 1878. Durante su formación militar, Humberto demostró ser un líder nato y un estratega competente. Su educación fue rigurosa, con un fuerte énfasis en la disciplina y el deber, lo que más tarde se reflejaría en su estilo de gobierno.
Ya como Humberto I, ejerció un gobierno de tinte conservador, oponiéndose fuertemente a las nuevas ideas socialistas. Por ese motivo, su vida corrió peligro el 17 de noviembre de 1878, al sufrir un atentado durante una visita a Nápoles, aunque solo fue herido en un brazo, y conmutó al autor del atentado, Giovanni Passannante de ideas anarquistas, el castigo al que había sido sentenciado, de pena de muerte a prisión perpetua. En 1898 aumentó el precio del trigo y la fuerte presión tributaria originaron levantamientos en Milán, los que fueron reprimidos con violencia (masacre de Bava-Beccaris).
Durante su reinado, Humberto I también se esforzó por modernizar el ejército italiano y mejorar las infraestructuras del país. A pesar de su conservadurismo, reconoció la necesidad de adaptarse a los tiempos modernos y promovió la industrialización y la modernización de la economía italiana. Sin embargo, estas reformas a menudo se veían obstaculizadas por su resistencia a las ideas socialistas y liberales, lo que generó tensiones con la creciente clase trabajadora italiana.
El 1 de marzo de 1896, la derrota sufrida en Adua, impidió la conquista de Abisinia, frenando las aspiraciones coloniales de Italia sobre África (ya tenían Eritrea y Somalia). Esta derrota fue un golpe duro para el orgullo nacional italiano y marcó un punto de inflexión en la política exterior de Humberto I.
Su gobierno se tornó además impopular a raíz de haberse incorporado Italia a la Triple Alianza junto a Alemania y al Imperio austrohúngaro, reemplazando a Rusia que se había integrado a la Triple Entente. Humberto I compartía con sus asociados el rechazo hacia Francia por sus aspiraciones coloniales sobre el Cuerno africano y Túnez; y además veía en esta alianza un modo de convertirse en potencia mundial. La idea originaria de esta alianza era protegerse ante un posible ataque por parte de Rusia o de Francia.
Estas acciones, especialmente su conservadurismo extremo, lo conducirían a sufrir una muerte violenta, en manos del anarquista Gaetano Bresci, quien con cinco disparos terminó con la vida del rey durante una competencia deportiva que se desarrollaba en Monza (Lombardía) el 28 de julio de 1900. La muerte de Humberto I marcó el fin de una era en la historia italiana, y su legado sigue siendo objeto de debate hasta el día de hoy.