Sir Francis Drake
Navegante y bucanero inglés, cuya infancia es sumamente difícil de reconstruir por la ausencia de documentación, se sabe que Sir Francis Drake (1540 – 1596) no nació en una familia de alta posición, aunque sí tenía algunos interesantes contactos. Se cuenta que aprendió el oficio de marinero sirviendo en un barco mercante que operaba en el Mar del Norte, aunque no fue sino en el año 1570 cuando se produjo el gran giro de su vida. Ese año conoció a la familia Hawkins, quienes eran propietarios de varios navíos que conformaban toda una flota comercial en África y el Caribe.
Al servicio de los Hawkins pudo Drake aprender todos los secretos de los océanos, la navegación en alta mar y las principales rutas marítimas. Sobre todo, porque aunque la función principal de estos viajes de Drake al servicio de sus nuevos jefes era el comercio, la piratería no era asunto menor. Pronto, Drake percibió lo mucho que podía conseguir navegando por su cuenta, y fue sustituyendo las expediciones al servicio de los Hawkings por otras que corrían a su propia cuenta. Pronto alcanzó su primer gran éxito: lanzó una emboscada a un barco español –el Nombre de Dios- que, para su fortuna, navegaba cargado de plata. Drake retornó a Inglaterra como un hombre rico y se ganó, además, el favor de una Corona deseosa de competir con España por el dominio de los mares.
En 1577 recibió una pequeña flota de tres barcos con los que explorar las costas de Suramérica, expedición que se convertiría en la mayor y más gloriosa aventura de su vida. A la entrada del Estrecho de Magallanes, Drake hubo de enfrentarse al botón del aristócrata Thomas Doughty, a quien terminó ejecutando. Pasó el estrecho en tiempo récord, pero sólo le sirvió para encontrarse una tempestuosa tormenta que redujo su flota a un solo barco, el Pelican, que entonces renombró Golden Hind.
A bordo de su único barco, Drake navegó hacia el norte por la costa del Pacífico asaltando y saqueando todos los asentamientos españoles que encontró a su paso. Aún discuten hoy los historiadores hasta dónde llegó en su travesía hacia el norte, pero sea como fuere, Drake comprendió pronto que volver por el mismo camino iba a ser tarea harto difícil, cargado el barco de mercancías y reducida su maniobrabilidad.
En este punto de su viaje, Drake se encontró con una serie de desafíos que pusieron a prueba su ingenio y habilidades de liderazgo. Con su tripulación agotada y su barco cargado de tesoros, tuvo que tomar decisiones difíciles para garantizar su supervivencia y la de su tripulación. A pesar de las adversidades, Drake demostró una notable resiliencia y determinación, lo que le permitió superar los obstáculos y continuar su viaje.
Genio aventurero, ideó la solución más imprevista: volver a Inglaterra por la ruta del oeste, es decir, cruzando dos océanos más, el Pacífico y el Índico. Preparó su barco para la travesía en Nova Albion, y cruzó el Océano Pacífico hasta atracar en las islas Célebes, hoy en la actual Indonesia.
Desde allí, donde aprovisionó de nuevo su navío, retornó a Inglaterra siguiendo el Índico y las costas de África, hasta llegar a Plymouth en 1780, tres años después de haber partido y convirtiéndose, con esta hazaña, en el primer hombre de nacionalidad inglesa en dar una vuelta al mundo completa. Además, marcó el inicio del fin del monopolio español sobre el comercio con las Indias, y obtuvo de la Reina Isabel el prestigioso título de Sir, que le fue otorgado a bordo de su Golden Hind.
No fueron pocos los que trataron de imitar después el ejemplo de Drake; entre ellos, el más exitoso fue Thomas Cavendish. Pero el destino aún le reservaba a Sir Francis otro lugar en el panteón de los héroes. España, airada por los continuos ataques a sus buques comerciales, ideó una campaña naval para acabar para siempre con la amenaza británica. Fue la conocida “Armada Invencible”, que sólo una terrible tempestad y, una vez más, el liderazgo de Drake pudieron vencer, salvando a Inglaterra de una temida invasión.
Convertido para siempre en héroe nacional, Drake murió finalmente en acto de servicio cerca de Puerto Bello, cuando le había sido encargado un asalto a Panamá que fracasó estrepitosamente. La historiografía actual considera que el gran talento de este irrepetible personaje no fue su capacidad de innovación, sino su brillantez como capitán y sus innumerables recursos a bordo.
Además de su notable carrera como navegante y pirata, Sir Francis Drake también es recordado por su contribución a la expansión del Imperio Británico. Su audacia y habilidad para explorar nuevas rutas y territorios, así como su éxito en el saqueo de barcos españoles, contribuyeron en gran medida a la creciente influencia y poder de Inglaterra en el mundo. A pesar de las controversias que rodearon su vida y su carrera, la figura de Drake sigue siendo una de las más emblemáticas y celebradas de la historia marítima británica.