Richard Hakluyt, el primer geopolítico
Richard Hakluyt fue, sin ninguna duda, el más importante geógrafo e historiador británico del siglo XVI. Fue, además, un excelente compilador de expediciones y documentos marítimos, y un infatigable defensor de la expansión ultramarina inglesa, de su asentamiento en América, y del comercio colonial posterior.
Nacido en Londres, estudió geografía con un primo suyo –de igual nombre-, que acostumbraba actuar de consejero para la comunidad mercantil de la floreciente Londres. Richard pasó posteriormente al Colegio de Westminster, desde donde entró en la Iglesia, en Oxford, y donde, con inusitada avidez, empezó a devorar todo cuanto llegaba a sus manos referente a descubrimientos, viajes y avances en la geografía.
El alcance, la visión internacional de sus actividades empezaron a vislumbrarse en los años posteriores a su estancia en Oxford. Mantuvo una prolija correspondencia con los famosos cartógrafos Abraham Ortelius y Gerard Mercator; estuvo en París como secretario del embajador inglés, donde conoció al pretendiente al trono portugués Dom Antonío, y donde adquirió numerosos manuscritos del cosmógrafo real de los franceses, André Thevet. Asimismo, impulsó la traducción de una ingente cantidad de materiales geográficos de excepcional interés. Con todo ello, se convirtió en uno de los mayores expertos del momento en geografía marítima, expediciones y descubrimientos.
Esa erudición pronto dio sus frutos. En 1580 publicaba su primer libro, aconsejando sobre las ventajas de tomar el Estrecho de Magallanes en las rutas marítimas. Seis años más tarde publicaba su famoso “Discourse of Western Planting”, para Walter Ralegh, y en 1582, “Drivers Voyages Touching the Discovery of America”.
Su objetivo no era sino informar a sus compatriotas ingleses, así como inspirar el deseo de emulación de los éxitos cosechados por los vecinos europeos: españoles, portugueses y franceses. El paso del tiempo le hizo ahondar en esta cuestión, y ver de una forma cada vez más clara la imperiosa necesidad que acuciaba a Inglaterra de tener su propio imperio colonial, a la manera de España.
Los entonces recientes descubrimientos de John Hawkings, Francis Drake, o Thomas Cavendish, añadieron la evidencia práctica y pusieron el ambiente social favorable a las teorías de Hakluyt. Sin embargo, y a pesar de su cada vez mayor actividad política, no dejó de publicar libros de compilaciones de viajes y descubrimientos, tratando de dar en ellos una visión aproximadamente pareja en cuanto a la importancia que nobles y comerciantes han de tener en la colonización de nuevas tierras. Su apoyo a los comerciantes, de hecho, le granjeó la amistad de muchos de ellos.
En los últimos años de su vida, Hakluyt aconsejó a las expediciones de colonos de Virginia, y siguió, como en toda su vida, coleccionando y publicando relatos de viajes hasta su muerte, en 1616. Como ha dicho el prestigioso historiador Paul Johnson, Hakluyt representó el empeño individual más grande a favor de la colonización del nuevo mundo, y fue, además, el primer verdadero geopolítico en lengua inglesa. Su visión acerca de la necesidad de un Imperio Británico, marítimo, comerciante y colonial, no hizo sino anticipar lo que más adelante sería una auténtica realidad. Y toda una época dorada para Inglaterra.