Clement Attlee
Clement Richard Attlee, politico británico y Primer Ministro de su país desde 1945 hasta 1951, será siempre recordado por liderar el gobierno que creó el “Estado de Bienestar”, al menos en Inglaterra.
Nacido en Londres, en 1833, en el seno de una familia con una larga tradición de abogados, Attlee se convirtió en socialista en 1907, influenciado por sus lecturas y tras conocer directamente la extrema pobreza que reinaba en algunas partes del este de Londres (London’s East End). Estudió, con brillante expediente, en el London School of Economics, y desempeñó una brillante carrera militar que le llevó a luchar, en la Primera Guerra mundial, en Gallipoli y en Francia. Sus actuaciones en el campo de batalla le ganaron el sobrenombre de Mayor Attlee, y una vez de vuelta en Inglaterra, se convirtió en parlamentario laborista en 1922.
En 1927, Attlee fue nombrado Secretario de Estado para el Dominio de los Asuntos, y en 1930, se convirtió en el Secretario de Estado para la Guerra. Durante su tiempo en estos roles, Attlee demostró una habilidad notable para la administración y la gestión, lo que le ganó el respeto de sus colegas y superiores.
Su escalada en el Partido Laborista fue meteórica. Después de desempeñar todos los cargos posibles en las juventudes del partido, fue elegido líder del mismo en 1935. Logró aglutinar en torno a su liderazgo a un amplio espectro político, obtuvo el apoyo de los sindicatos y, en la espinosa cuestión de las relaciones con la Alemania de Hitler, fue tajante: ofreció siempre todo su apoyo, de forma incondicional, a los enemigos del fascismo.
Durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en uno de los mayores aliados políticos del presidente Churchill. Convencido de que la imperiosa necesidad de resistir la ofensiva alemana era más importante que las divisiones políticas internas, desempeñó diferentes cargos en el gobierno de concentración nacional liderado por Churchill. Desde 1942, y hasta el final de conflicto, fue Vicepresidente.
En 1945, Attlee jugó un papel crucial en la creación de las Naciones Unidas, y fue uno de los primeros líderes mundiales en reconocer la necesidad de una organización internacional que promoviera la paz y la cooperación entre las naciones.
Cuando acabó la guerra, Attlee abandonó el gobierno y se presentó a las elecciones por el Partido Laborista. Su victoria le convirtió en el primer laborista en tener una mayoría absoluto en la Cámara de los Comunes. Con ese apoyo, ejecutando una política firme pero sin precipitaciones, se enfrentó a las graves dificultades económicas con un ambicioso paquete de medidas de todo rango que darían como resultado la instauración del conocido como “Estado de Bienestar”. Nacionalizó el Banco de Inglaterra, así como la industria del carbón, la del acero, el gas y la aviación civil; más adelante, el programa prosiguió nacionalizando la electricidad, las comunicaciones y la producción de hierro.
En 1946 implementó un sistema de seguridad social basado en las recomendaciones del Informe Beveridge, el cual implicaba tanto un servicio universal de salud, como un programa de ayudas a los desempleados, enfermos y jubilados.
La política exterior de Attlee estuvo en manos de Ernest Bevin, cuyo posicionamiento claramente favorable a los Estados Unidos en sus controversias –precursoras de la Guerra Fría- con la URSS causó más de una disputa en el seno de la izquierda.
Attlee permitió la independencia de la India, y apoyó la creación del estado de Pakistán. Como cuenta pendiente, quedó la definitiva solución del problema de Palestina, territorio británico hasta 1948, que entonces pasó a la ONU y dio como resultado la creación del estado de Israel y la primera guerra árabe-israelí.
En 1950, Attlee ganó las elecciones generales por un margen muy estrecho, y su gobierno se enfrentó a numerosos desafíos, incluyendo una economía debilitada, la Guerra de Corea y las crecientes tensiones con la Unión Soviética. A pesar de estos desafíos, Attlee continuó implementando reformas sociales y económicas en el Reino Unido.
Todas esas políticas quedaron, en cualquier caso, interrumpidas en 1951, cuando los conservadores volvieron a ganar de la mano, de nuevo, de Winston Churchill.
Después de dejar el cargo de Primer Ministro, Attlee continuó sirviendo en la Cámara de los Comunes hasta 1955, y luego fue elevado a la Cámara de los Lores. Murió en 1967, pero su legado de reformas sociales y económicas sigue siendo una parte fundamental de la historia británica.