Luis XVIII
Nació en el Palacio de Versalles, con el título de Conde de Provenza, y le fue asignado el nombre de Luis Estanislao Javier, el día 17 de noviembre del año 1755. Era nieto de Luis XV e hijo del Delfín de Francia, que no llegó a gobernar por haber muerto muy joven, y de María Josefina de Sajonia. A su nacimiento ya tenía tres hermanos mayores, que fueron ocupando sucesivamente el trono, hasta que asumió en 1774, Luis XVI, el anterior a él en la línea sucesoria, quien le dio dos hijos al trono de Francia, desplazando al futuro Luis XVIII. En 1771 contrajo enlace con María Josefa Luisa de Saboya.
Al sobrevenir la Revolución Francesa, no compartió con su hermano, Luis XVI, las ideas de oposición radical a las ideas liberales, aunque igual debió exiliarse en Westfalia en 1791, junto a su otro hermano, dos años menor, el Conde de Artois (que luego le sucedería como Carlos X) desde donde se enteró en 1793, que el rey había sido ejecutado en la guillotina.
Ese año asumió el trono el segundo hijo varón de Luis XVI, de solo 10 años, ya que su hermano mayor había fallecido, siendo su Regente el Conde de Provenza que se encontraba aún en el exilio. El nuevo Rey se hallaba en prisión, de la que nunca fue liberado, y donde falleció el 8 de junio de 1795.
Tras la muerte de su sobrino, el Conde de Provenza se autoproclamó Rey, asumiendo como Luis XVIII, e intentando restaurar la Monarquía en su estado anterior a la Revolución Francesa de 1789, aunque los éxitos de Napoleón, que lo coronaron como emperador del estado francés en 1804, con el apoyo popular, manifestado en un plebiscito, atrasaron esa idea, obligándolo a establecerse en Inglaterra, hasta que con la ayuda de las potencias monárquicas europeas, a quienes les cedió tierras, pudo recuperar el trono, luego de que Napoleón fuera derrotado en 1814.
Asumido el poder real Luis XVIII, reinstaló la dinastía borbónica. Este rey simpático, obeso, culto, con problemas de movilidad, y de vestir cuidado y majestuoso, y que pretendía ejercer el trono de manera moderada, conciliando los intereses de los distintos sectores de Francia, algunos partidarios de las ideas liberales (burgueses e intelectuales) y otros, los nobles ultramonárquicos, que habían regresado a Francia, luego de su exilio durante la Revolución Francesa. El que fuera ministro de Napoleón Bonaparte, y en 1809 acusado por éste de traición, Charles Talleyrand, y sus allegados, impusieron al nuevo Rey como condición para aceptarlo que dictara la Carta de 1814, por la cual se reconocía la creación de un Poder Legislativo compuesto por dos Cámaras, una electiva, con escaso poder, denominada Cámara de Diputados, y otra hereditaria en parte, y en otra parte nominativa, llamada, Cámara de los Pares, que limitarían el poder real, dando nacimiento a una Monarquía Constitucional.
Napoleón escapó de la isla de Elba donde se hallaba detenido, regresó a Francia, y Luis XVIII, debió exiliarse en Gante (Bélgica) abandonando París.
Luego de que Napoleón fuera derrotado en Waterloo, tras el gobierno de los Cien Días, por los ejércitos del Reino Unido, Prusia y los Países Bajos, en el año 1815, Luis XVIII volvió a ocupar el trono francés, comenzando una Segunda Restauración Monárquica, que tuvo un carácter extremista, sobre todo en el sur de Francia, donde a pesar de la oposición real, que quería establecer un gobierno moderado al igual que los ministros Talleyrand, Richelieu y Decazes, los partidarios de la monarquía asesinaron a los que habían sido aliados del gobierno napoleónico.
Estos partidarios de la monarquía a ultranza ganaron las elecciones parlamentarias en 1815, pero Richelieu, ante la intransigencia de los mismos, decidió disolver el Parlamento, y lograr que los liberales integraran ese cuerpo legislativo en 1816.
En 1820 fue asesinado el duque de Berry, hijo del Conde de Artois, sobrino de Luis XVIII, y los conservadores monárquicos accedieron otra vez al Parlamento, impidiendo que el pueblo recobrara los derechos por los que había bregado la Revolución Francesa.
En 1823, Luis XVIII, apodado «El Deseado» envió a los Cien Mil Hijos de San Luis, a España, para reinstalar en el trono a Fernando VII.
Tras la muerte del monarca, Luis XVIII, acaecida el 16 de septiembre de 1824, le sucedió bajo el nombre de Carlos X, su hermano, el Conde de Artois, quien ejerció un reinado conservador y antipopular, que desencadenó la revolución de 1830, que terminó con la dinastía borbónica en Francia, naciendo como forma de gobierno una Monarquía Constitucional moderada.