Louis Auguste Blanqui
Nació en los Alpes Marítimos de Francia, al sur de Piamonte (Italia), el 8 de febrero del año 1805, cuando Napoleón dirigía los destinos de su patria como emperador, aunque solo diez años más tarde, la dinastía borbónica se reinstalaría en el trono francés, y contra ella encaminó su ardua y violenta lucha, en defensa de las clases más humildes, a pesar de su origen burgués. Era delgado, de apariencia frágil y enfermiza, pero de carácter obstinado y violento.
Sus ideas republicanas, masónicas y socialistas, lo llevaron a integrar la logia secreta de los Carbonarios, iniciada en Italia, que consiguió adeptos en Francia y España, siendo líder estudiantil, mientras cursaba en la ciudad de París las carreras de abogacía y medicina, logrando gran cantidad de aliados, en las aulas, más que en los centros obreros. Su formación intelectual lo llevó a concluir que las masas obreras, necesitaban de un grupo culto que las dirigiera.
En 1824 el liberal Pierre Leroux fundó el periódico “El Globo” del que fue redactor en el año 1829.
En 1830 fue uno de los grandes militantes de la Revolución de Julio contra el monarca absoluto Carlos X, que terminaría con la llegada al trono de Luis Felipe de Orleáns.
Su actuación revolucionaria, lo llevó a la cárcel en 1831 y en 1836, y continuó en este nuevo período por lo que fue detenido y condenado a muerte el 14 de enero de 1840.
Consiguió que se le conmutara la pena, a condena perpetua, y logró su libertad antes de la revolución de 1848, que dio origen a la Segunda República. El 22 de marzo de 1848 en su carta titulada “A los clubes democráticos de París” expuso sus ideas de que el cambio de una monarquía por un sistema republicano no remediría ninguna injusticia, si no terminaba con la explotación obrera por parte de sus patrones. Fundó la Sociedad Central Republicana de ideas ultra revolucionarias, lo que lo llevó una década a prisión en Belle-Ile-en-Mer, a partir de 1849.
En 1851, Napoleón III, organizó el Segundo Imperio. Gozó de su estado de libertad entre 1859 y 1861, para retornar nuevamente a la cárcel. Logró huir en 1865 de una nueva condena, al exilio en Bruselas, desde donde regresó cuatro años después, al decretarse una amnistía generalizada, instalándose en París, donde siguió organizando rebeliones, que terminaron en fracaso.
Con la caída de Napoleón III, tras la batalla de Sedán, al término de la guerra con Prusia, el 4 de septiembre de 1870, se instauró la Tercera República, asumiendo como Presidente provisional Louis Jules Trochu. En este período fundó un periódico denominado “La patria en peligro” y se mantuvo cercano al gobierno, hasta que el desastre de la guerra contra Alemania terminó con el gobierno de Trochu, llevando al poder a Louis Adolphe Thiers, y a Blanqui a prisión perpetua.
La guerra había terminado de forjar la decadencia de las clases humildes francesas, que se unieron formando la Comuna de París, contra el presidente Thiers, logrando su exilio y tomando el poder la Comuna, de ideología socialista, seguidores de Blanqui, llamados por eso, blanquistas, a partir del 28 de marzo de 1871, reivindicando los derechos de los más oprimidos.
El 28 de mayo de ese mismo año, terminó el efímero gobierno de la Comuna de París, y Blanqui considerado su ideólogo, junto a otros compañeros de ideas, fue trasladado para el cumplimiento efectivo de su condena a perpetuidad, en 1872, fuera de Francia, período en el cual fue electo por Bourdeux, como diputado, pero no pudo asumir al ser impugnado por su condición de recluso.
Marx, apoyó al principio con gran ímpetu a la Comuna de París, pero luego relativizó sus logros y tildó a Blanqui de revolucionario infantilista, y de comunista utópico (irrealizable) a diferencia de sus ideas de comunismo científico.
A pesar de ello, pudo regresar a Francia y a su actividad revolucionaria al conmutarse su condena a solo un año de prisión.
En 1872 publicó “La eternidad de las estrellas”, un libro sobre astronomía.
Falleció víctima de un ataque cerebro vascular, luego de pronunciar un discurso en París, el 1 de enero de 1881.
En 1885, apareció una compilación de sus escritos, bajo el nombre de “Crítica social”.
Fue un personaje controvertido, de fuertes ideales, de oposición tajante al capitalismo, deseoso de lograr una sociedad perfecta a través del comunismo, logrado violentamente. Pasó en prisión 37 años de su vida, lo que lo hizo conocido como “El encarcelado” (Él mismo denunció ante el juez que lo procesó en 1832, que su domicilio era la cárcel) en homenaje a una causa, cuyos propios compañeros, no supieron comprender.