La Tercera República Francesa
Con la Guerra Franco-Prusiana, la derrota en la batalla de Sedán, y el cautiverio de Napoleón III, que se había convertido en emperador, terminando con la Segunda República en 1852, comenzó la Tercera República Francesa, 4 de septiembre de 1870, que tuvo como objetivo en un principio, establecer un gobierno protector contra un nuevo ataque de Prusia, que se había aliado a los estados alemanes, con los que deseaba unificarse. Fue un sistema débil, sin base legal, hasta 1875.
Los franceses cedieron ante los prusianos el día 26 del mes de febrero del año 1871, con el tratado de Versalles, firmado por Otto von Bismarck, por Prusia, y por Adolphe Thiers, el nuevo jefe provisional del estado francés, de corte republicano. El 10 de mayo del mismo año, se firmó otro tratado que ratificaba el anterior, entre Francia y el imperio alemán ya unificado, bajo el liderazgo de Prusia, por el cual Francia perdió en favor de los alemanes la región norte de Lorena y Alsacia, debiendo pagar una gran indemnización y permitir la ocupación alemana que se prolongó hasta el año 1873.
La Guardia Nacional, integrada principalmente por obreros, apoyados por republicanos y socialistas, se sublevó contra Thiers, que les había solicitado desarmarse, y contra sus ideales burgueses, y todo lo que representaba los resabios de la antigua aristocracia, incluyendo la iglesia católica. Lograron tomar el poder popular, estableciendo en el mando la Comuna de París, que en mayo de 1871, tras duros combates fue derrotada y 20.000 de sus integrantes fueron ejecutados.
En 1873, Francia se liberó de las tropas prusianas, que abandonaron el territorio. La Asamblea le quitó a Thiers su voto de confianza, y éste renunció.
La forma de gobierno definitiva para el estado francés, en ese momento a cargo del conservador Thiers, fue objeto de disputas, pues se pretendía instaurar una monarquía constitucional a cargo de Enrique V, nieto de Carlos X, apoyado por el bando de los legitimistas, aunque los Orleanistas, pretendían que el trono fuera ocupado por Luis Felipe, Conde de París. El acuerdo al que se arribó que consistía en que ocupara el trono el primero, y a su muerte, el segundo, no pudo realizarse pues Enrique V, quería establecer una monarquía absoluta y no constitucional, rechazando la bandera tricolor, y exigiendo la blanca de Enrique IV.
En el mes de febrero de 1875, luego de una serie de acuerdos legales, se consolidó la Tercera República, creándose los cargos de Presidente de la República, Presidente del Consejo y un Poder Legislativo, a cargo de un Parlamento bicameral.
El gobierno republicano no pudo zanjar definitivamente las diferencias internas, que se reflejaban el seno mismo del gobierno. Así, dos años más tarde, el duque de Magenta, Patrice MacMahon, presidente de la república, de ideas monárquicas, desplazó de su cargo al Presidente del Consejo, Jules Simon, de ideas republicanas, disolviendo también el Parlamento, para intentar restaurar la monarquía, pero su intento fracasó debiendo renunciar en enero del año siguiente.
En 1880, creció la fama del general Georges Boulanger, que contaba con el apoyo de todos los sectores, y era el candidato favorito a ganar las elecciones del mes de julio de 1889, pero desde el gobierno republicano se temió que su ascenso significara la extinción de ese régimen para establecer una dictadura, disponiéndose su arresto bajo el cargo de traición. El candidato huyó, y dos años más tarde se suicidó.
En 1894 ocurrió el denominado “Caso Dreyfus”, que reveló las divisiones ideológicas internas, mostrando un gran sector conservador, ultra-monárquico y antisemita, uno de cuyos grandes exponentes fue el periodista Charles Maurras, y la corrupción del sistema de justicia militar de la república francesa. El capitán Dreyfus, era alsaciano y judío, y fue condenado al destierro, por espionaje hacia el gobierno alemán. Comprobada su inocencia y hallado el verdadero culpable, que no fue sindicado como tal y enviado al norte de África, para luego absolverlo, no se levantaron los cargos contra Dreyfus, que fue defendido por el escritor Émile Zola, en su obra “Yo acuso”.
La Tercera República Francesa, debió afrontar ambas guerras mundiales, saliendo airosa de la Primera Guerra Mundial, pero sin poder resistir en la Segunda Guerra, la invasión nazi de 1940, que estableció la república de Vichy, por medio de un acuerdo entre el mariscal Philippe Pétain, con los alemanes, que consistió en el establecimiento de un gobierno títere, presidido por Pétain, que respondía a las órdenes alemanas.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, la Tercera República estaba aniquilada, estableciéndose la Cuarta República, en virtud de una nueva constitución de fines de 1946.