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Jacques René Hébert

Publicado por Hilda

HèbertNació en Alençon, ciudad de Normandía (Francia) el 15 de noviembre de 1757. Fueron sus padres, el joyero Jacques Hébert y Marguerite Beunaiche de La Houdrie. Cuando tenía 9 años falleció su padre. En 1790, fundó el diario “Le Pére Duchesne”, que traducido al castellano significa “El Padre Duchesne”, nombre con el que también se conoció a su creador, cuyas publicaciones se mantuvieron hasta 1794, y donde se expusieron las ideas más extremistas de la Revolución Francesa.

Ingresó en 1791 a “La Sociedad de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, o “Club de los Cordeliers”, donde también militaban Danton y Marat, creada por los revolucionarios más fanáticos, el 27 de abril de 1790.

Sus ideas eran contrarias al régimen monárquico, a la nobleza, y al catolicismo, aunque consideró que Jesús, como hombre, fue también un revolucionario, pues compartía sus ideales de luchar contra los más favorecidos, a favor del pueblo, para lograr la libertad y la igualdad. Era contrario al capitalismo, y se inclinaba por la socialización de la actividad comercial.

Con la caída de los girondinos a quienes se oponía enérgicamente, pues los consideraba traidores de la población, adquirió gran prestigio.

El 7 de febrero de 1792 se casó con una ex religiosa, Marie Marguerite Françoise Hébert, y fue padre de una niña.

Ese año la revolución se tornó más violenta, ya que las potencias extranjeras, temiendo que sus monarquías se vieran en peligro, por extenderse las ideas revolucionarias, decidieron atacar Francia, con el beneplácito del rey Luis XVI que veía una manera de aplastar la insurrección y recuperar su poder.

La guerra a Austria se declaró en abril de 1792, y el Palacio de las Tullerías, residencia real, fue atacado en el mes de agosto, por los jacobinos y hebertistas, también llamados sans-culottes. Se creó un nuevo gobierno, llamado la Comuna y el día 20 de septiembre se instituyó la Convención Nacional, que cambió el gobierno monárquico por el republicano.

En la Convención las ideas se dividían entre los girondinos, de ideas moderadas, burgueses ricos que deseaban una monarquía limitada, y voto restringido a los que pagaran impuestos, y los montañeses, conformado por los jacobinos, liderados por Robespierre, y apoyados por la clase media burguesa y los más pobres, bajo el poder de Hèbert y sus sans-culottes.

En la Convención, entonces, junto a las jacobinos, liderados por Robespierre, integró el sector de La Montaña, y fue uno de los impulsores más fervientes del gobierno del terror, que no solo atacó a los partidarios de la monarquía sino a los girondinos, que murieron decapitados en la guillotina. de acuerdo a la ley de los sospechosos, apoyada por Hèbert, que rigió desde el 17 de septiembre de 1793, hasta octubre de 1795, y lo contó como victimario y como víctima. El Comité de Vigilancia se encargaba de las detenciones de todas aquellas personas que se consideraran enemigas del proceso revolucionario.

Votó no solo la condena a muerte de Luis XVI, sino la de su esposa, María Antonieta, y de tantos otros, que fueron juzgados, aún sin pruebas, en procesos sumarísimos. Fue uno de los que hizo firmar al hijo de María Antonieta, Luis XVII, un niño de apenas 8 años, declaraciones que convertían en incestuosas sus relaciones con su madre. Su crueldad llegó a tal extremo, que Robespierre, que como dijimos era otro líder violento, comenzó a temer de sus reacciones. El distanciamiento definitivo con Robespierre fue cuando éste proclamó la libertad de cultos, cuando Hèbert quería constituir una República atea.

Robespierre, se propuso depurar de adversarios a la República, y ordenó su arresto el 14 de marzo de 1794. Fue ejecutado en la guillotina, acusado de intentar un golpe de estado, el 24 de ese mes y año, en París. Veinticuatro días más tarde, fue ejecutada su esposa.

En abril de 1795, el Club de los Cordeliers fue declarado ilegal.