Francia en el siglo XIX: Las nuevas revoluciones
La Revolución Francesa no había logrado el éxito esperado en el plano político. Era cada vez más evidente la reinstalación del régimen monárquico, pero en las ideas, la Revolución había sembrado sus principios.
Entre 1829 y 1834, los parisinos obligaron a huir al último rey Borbón, Carlos X, en la llamada Revolución de Julio, mediante un levantamiento popular. Sin embargo, la instalación de una República, era todavía un sueño lejano.
Los sectores liberales moderados, lograron coronar a Luis Felipe de Orleáns, quien gobernó como monarca constitucional. Sus poderes estaban limitados por una asamblea, cuyos miembros eran elegidos por voto restringido. De ideas discretamente liberales, el nuevo gobierno buscó en el plano exterior una aproximación con Gran Bretaña y continuó la expansión imperialista sobre Argelia. A pesar de que en un principio la política económica fue eficaz, en el último tiempo debió soportar una grave crisis, sumado a la corrupción administrativa.
En 1848, una nueva rebelión armada, encabezada por grupos liberales radicales, apoyados por los obreros de París, con ideas socialistas, puso fin a la monarquía, constituyéndose la II República, donde se estableció el voto universal masculino. Estos grupos revolucionarios fueron derrotados en las elecciones, por parte de los grupos moderados y por las armas, cuando en las Jornadas de Junio se enfrentaron a la Guardia Nacional, cuyas tropas, dirigidas por el general Cavaignac, realizaron una despiadada represión hacia los 100.000 obreros, amotinados con motivo de la disolución de los Talleres Nacionales. Muchos de ellos fueron ejecutados, otros detenidos y otros expulsados de Francia.
En las elecciones presidenciales de diciembre de 1848 resultó triunfante Carlos Luis Napoleón, sobrino del emperador Napoleón Bonaparte y en la Asamblea Legislativa, resultaron mayoría los miembros pertenecientes al grupo conservador.
El último levantamiento revolucionario se produjo en julio de 1849, otra vez por parte del pueblo de París, que no compartía las ideas del resto de la población de Francia, pero fue sofocado.
En 1851 terminaba el mandato constitucional de Luis Napoleón y no había legalmente posibilidad de reelección. Con la intención de no abandonar su cargo, y con apoyo del ejército, produjo un golpe de estado, proclamándose emperador con el nombre de Napoleón III. Este Segundo Imperio, que eliminó la II República, se extendió hasta 1870, donde se gobernó en forma autoritaria, con tintes populares y oportunistas.
Internamente, remodeló la ciudad y, en cuanto a la política exterior, en la guerra de Crimea, Francia junto a Inglaterra, venció a Rusia; coronó en México a Maximiliano I, luego de intervenir a ese país, pero sin embargo, sufrió la derrota entre 1870 y 1871, frente al ejército prusiano. El 4 de septiembre de 1870, se proclamó la III República, siendo Adolfo Thiers quien asumió como presidente el 31 de agosto de 1871, luego de derrocar a la Comuna de París. Luego de la guerra, franco-prusiana, las tropas enemigas dominaron París, cuya población reclamó un gobierno autónomo como el que poseían varias ciudades del resto de Francia. El pueblo parisino se resistía a la entrada de los prusianos en su ciudad, y la Guardia Nacional, milicia compuesta por ciudadanos, se apropió de los cañones para resistir. El gobierno nacional intentó recapturar esas armas, pero sus propios hombres se opusieron a disparar a una multitud desarmada.
La Comuna de París de 1871 se hizo cargo del gobierno de París durante dos meses, desde el 18 de marzo hasta el 28 de mayo. Estaba formada por 92 miembros, entre trabajadores calificados, profesionales y políticos. Tomó medidas importantes, como la abolición de la guillotina, del trabajo nocturno, de los intereses de las deudas, el otorgamiento de pensiones a las viudas y huérfanos de los miembros de la Guardia Nacional, muertos en ejercicio de sus funciones, entre otras medidas populares.
Todos los ciudadanos capaces de portar armas, conformarían la Guardia Nacional, la iglesia perdía la propiedad de sus bienes que pasaban a monos del estado y la religión era excluida de su enseñanza en los colegios. Las iglesias fueron utilizadas además de su tradicional función religiosa, como sitio de reunión política y adoptó la bandera roja en reemplazo de la tricolor.
Desde el 2 de abril, la Comuna debió soportar el asalto del ejército de Versalles, y el 21 de mayo, lograron forzar un acceso y reconquistar la ciudad en una despiadada matanza de ciudadanos. Los miembros de la Comuna fueron juzgados como criminales y fusilados.
La III República, recuperó su poder, bajo la presidencia de Thiers, manteniéndose hasta 1940.
A fines del Siglo XIX, comienza la colonización de Áfica y Asia, la sociedad entró en la revolución industrial, se desarrollaron fábricas, ferrocarriles, grandes empresas y establecimientos de crédito. La Tercera República a partir de 1870 fue el régimen más duradero de Francia en casi un siglo y medio.