Los dorados años 20
La Primera Guerra Mundial dejó consecuencias terribles. Por supuesto lo peor fue el saldo de millones de muertes, pero además, social y económicamente Europa estaba arruinada. El hambre, la miseria, las viviendas arrasadas, los caminos y puentes destruidos; la producción agrícola e industrial arruinadas, en medio del caos y la confusión por la masacre. Los países más afectados fueron los situados en el este y centro de Europa, especialmente, Rusia, en donde desde 1917 había estallado la revolución contra los zares.
Sin embargo, hubo un país fuera del continente europeo que emergió con mucha fuerza tras el conflicto bélico: Estados Unidos en cuyo territorio no se había combatido, y sin embargo ganó mucho dinero exportando productos a los países combatientes, inclusive armamentos. Así Estados Unidos desde 1923 se constituyó en paradigma de la economía del mundo. La mitad de las reservas de oro del mundo eran suyas; el dólar fue la moneda que comenzó a usarse en las transacciones internacionales reemplazando a la libra esterlina; y fue por su aporte crediticio, que Europa occidental comenzó a ver la posibilidad de lograr estabilidad, aunque la deuda generó inflación y deterioro salarial. Estados Unidos fue el motor de la esperanza pero bajo su liderazgo económico (industrial, comercial y financiero). Estados Unidos producía materias primas y manufacturas por lo cual su balanza de pagos arrojaba increíbles ganancias al importar poco y exportar mucho, acumulando con ello divisas (monedas extranjeras).
La riqueza le hizo generar aún más ganancias desarrollando una poderosa industria especialmente en el rubro automotriz y electrodoméstico. También creció el sector servicios y la industria de la construcción. La explotación de nuevos recursos como la electricidad y el petróleo contribuyeron al auge industrial. En Europa occidental la prosperidad llegó hacia 1925, e hizo confiar a los burgueses plenamente en el capitalismo, mientras se robustecían los sindicatos en defensa de la clase obrera, que especialmente en Italia estaba muy castigada
La crisis de 1929 demostró que la estabilidad y la grandeza eran solo momentáneas. En 1929 las inversiones europeas decrecieron, faltaban compradores para la amplia producción hasta que sucumbió el sistema bancario y se produjo el crac de la bolsa de Nueva York.