La batalla de Midway
La batalla de Midway –librada entre el 4 y el 7 de Junio de 1943- representa el inicio de la recuperación norteamericana ante el imperio japonés tras el ataque a Pearl Harbor, durante la Segunda Guerra Mundial.
El Almirante Yamamoto, Comandante en Jefe de la marina combinada nipona, reunió 145 barcos de guerra en mayo de 1942 con el único objetivo de tomar la isla de Midway, por entonces la avanzadilla norteamericana más occidental del Pacífico, para destruir gran parte de la flota americana y tener camino libre para dirigirse a Hawaii. Esperaban así obligar a Estados Unidos a negociar una paz sumamente ventajosa.
Sin embargo, Yamamoto cometió algunos errores. El más grave fue dispersar su flota en un plan de ataque tan complicado que incluso sus propios hombres requirieron una preparación excepcional; el segundo fue considerar que algún barco americano, como el Yorkstown, se había hundido, y que otros, como el Enterprise y el Hornet, no estaban cerca de Midway. La inteligencia americana logró confundir al almirante japonés en más de una ocasión.
El almirante americano Nimitz, por su parte, puso todo su empeño en defender la isla sin que ésta pareciera amenazada, puesto ya sobre aviso, por sus asesores de inteligencia, de que Midway era el principal objetivo de Yamamoto.
Las fuerzas niponas se dividieron en varios grupos. El primero de ellos atacó la isla el 3 de Junio, siendo repelido, aunque no del todo ineficazmente, por bombarderos estadounidenses. Al final del día siguiente, el vice-almirante Naguno –responsable del segundo grupo de ataque- lanzó un potente ataque aéreo desde sus portaaviones, que causó importantes daños. Entonces, confiado en una próxima victoria, Naguno decidió recurrir a otra tropa de aviones que había dejado en reserva, ante la posible aparación de refuerzos en el bando contrario, y lanzar con ellos un segundo ataque a Midway. El error fue monumental, pues los japoneses aún no sabían de la existencia de las fuerzas ocultas del almirante Spruance, que lograron repeler el ataque de forma contundente y tomar la iniciativa en la lucha.
Las fuerzas de Spruance hundieron hasta tres transportes japoneses, y sólo hubieron de lamentar la pérdida del Yorktown, hundido por un submarino nipón el 7 de Junio. Naguno quiso retirarse tras el rechazo, pero Yamamoto le ordenó esperar para una última acción, mientras él se aproximaba a Midway con su tercer grupo de ataque. Sin embargo, Spruance volvió a hacer gala de su prudencia y optó por esperar en su posición y no perseguir a las fuerzas de Naguno, decisión que le habría llevado a encontrarse de frente con un Yamamoto claramente superior. Cuando el almirante japonés se dio cuenta de que Spruance no iba a caer en su trama, decidió dar media vuelta.
Gracias al éxito de su inteligencia, en suma, y a su acierto táctico, Estados Unidos consiguió infligir una severa derrota a Japón, derrota que inclinó la balanza de la guerra naval en el Pacífico por primera vez a su favor. Provocó también que Japón empezara a producir más barcos de transporte que de guerra y que abandonara su explícito deseo de avanzar hacia Nueva Caledonia, Fiji, Samoa y Nueva Guinea; y fortaleció, a su vez. la moral de una nación que había sido golpeada meses atrás con el desastre de Pearl Harbor.