El Partido Whig de los Estados Unidos
Cuando el Presidente Andrew Jackson ganó la reelección en el año 1832, derrotando de forma clara un cuerpo de opositores demasiado divididos, los líderes de esa oposición se dieron cuenta de que era necesario un nuevo impulso para que la oposición a los demócratas tuviera éxito.
El Partido Republicano Nacional, representado por Henry Clay, de Kentucky, y por Daniel Webster, de Massachusetts, había perdido ya toda posibilidad de contar con un apoyo que pudiera denominarse extenso. Por su parte, el por entonces reciente Partido Anti-Masónico, liderado Thurlow Weed y William Seward en Nueva York, y por Thaddeus Stevens en Pensilvania, era un grupo mejor organizado y representado, pero con un enfoque demasiado reducido como para alcanzar las más altas cotas del círculo político.
De esta manera, algunos de los líderes de ambos partidos, así como varios representantes del espectro político opositor, decidieron unirse para la formación de un nuevo partido. Ocurría esto en 1834, y al nuevo partido lo bautizaron como el Partido Whig, por la similitud que según ellos evidenciaban con el Partido Whig Británico: si aquellos se habían opuesto al rey James III durante la Gloriosa Revolución, estos se opondrían al que ya calificaban, despectivamente, como el rey Andrew [Jackson].
Nacido, pues, de la oposición a Jackson, los primeros objetivos del Partido Whig tuvieron que ver con definirse a sí mismo de una manera más positiva. La victoria del demócrata Martin Van Buren en 1836 les dio más tiempo para consolidar sus ideas como partido, y mostró a su vez una fuerte reducción de la ventaja que les sacaban los demócratas. Así, poco a poco fueron generando un programa en el que defendían los subsidios internos a los sectores económicos en peligro, las tarifas aduaneras proteccionistas, y la creación de un banco nacional. A pesar de que fueron pronto acusados de formar un partido para la élite de los hombres de negocios, los candidatos del Partido Whig consiguieron, de hecho, el apoyo de todos los grupos económicos, granjeándose de esta manera una base electoral suficiente para disputarle el poder al Partido Demócrata.
Los Whig criticaban el crecimiento del poder ejecutivo, del que ellos culpaban a Jackson y su paternalismo. La mayoría de los miembros del partido se opusieron a su vez a la expansión territorial después de la Guerra de México. La crisis económica de 1837 causó estragos en el gobierno demócrata, y los Whig consiguieron acceder a la presidencia en 1840. Sin embargo, no puede decirse que su desempeño en ella fuera muy afortunado, pues sus dos presidentes, William Henry Harrison y Zachary Taylor murieron al poco tiempo de tomar posesión del cargo. La recuperación económica dejó en entredicho la necesidad de su programa económico intervencionistas, de forma que perdieron poco después el poder en manos de los demócratas.
A partir de 1850, las divisiones internas del partido parecía ya irresolubles, y poco después éste se disolvía. No obstante, muchas de sus ideas quedaron en un trasfondo histórico que sería después aprovechado por el nuevo Partido Republicano. De hecho, muchos del los miembros que llevaron a éste al éxito, como el propio Abraham Lincoln, provenían del Partido Whig de los Estados Unidos.
El legado del Partido Whig no se limitó únicamente a la influencia en el Partido Republicano. Su énfasis en las mejoras internas y el desarrollo de infraestructuras sentó las bases para políticas futuras que buscaban modernizar la economía estadounidense. Además, su postura en contra de la expansión territorial y la esclavitud influyó en el debate político de la época, preparando el terreno para las tensiones que eventualmente llevarían a la Guerra Civil.
El Partido Whig también jugó un papel crucial en la promoción de la educación pública y el desarrollo de instituciones que fomentaran el conocimiento y la cultura. Muchos de sus miembros abogaron por la creación de escuelas públicas y universidades, entendiendo que una población educada era esencial para el progreso del país.
A pesar de su desaparición, el impacto del Partido Whig se sintió durante décadas. Su enfoque en el equilibrio de poderes y la limitación del poder ejecutivo resonó en las políticas de gobiernos posteriores. Además, su capacidad para atraer a diversos grupos económicos y sociales sirvió como modelo para futuras coaliciones políticas.
En el ámbito internacional, los Whig promovieron una política exterior basada en el comercio y la diplomacia, en lugar de la expansión territorial agresiva. Esta visión contribuyó a establecer relaciones más estables con otras naciones y a fomentar el crecimiento económico a través del comercio internacional.
El Partido Whig, aunque efímero, dejó una marca indeleble en la historia política de Estados Unidos, demostrando que las ideas y principios pueden perdurar más allá de la existencia de un partido político.