El motín del té
Antecedentes
La colonización de América del Norte estuvo en manos de ingleses, franceses, y, en menor medida, de holandeses, siendo su preferencia Canadá, ya que en estados Unidos no se advertía la presencia de metales preciosos, razón por la cual, en el siglo XVI, la zona no tuvo prácticamente asentamientos significativos.
Sin embargo, en el siglo XVII, emigraron hacia América, desde Inglaterra, a causa de guerras civiles y religiosas, puritanos y calvinistas perseguidos, por la política religiosa de Enrique VIII. Muchos hombres de negocios también encontraron en ese lugar, el sitio adecuado, para crear compañías mineras, llegando a contar, el actual territorio estadounidense, con alrededor de un millón de habitantes, especialmente procedente de Inglaterra. Así se fueron formando las trece colonias, con diferencias significativas entre las del norte, llamadas la Nueva Inglaterra, integrada por pequeños propietarios rurales y comerciantes, en su mayoría puritanos; y las del sur, conformada por una rica oligarquía de terratenientes.
Esta oleada migratoria cesó en el siglo XVIII, y las colonias adquirieron una idiosincrasia propia, con mucha oposición entre los estados del norte y los del sur, los primeros mucho más hostiles hacia la Corona, siendo Boston, su epicentro.
Las colonias estaban favorecidas por las compañías comerciales británicas. Cada colonia contaba con una asamblea representativa, que se encargaba de negociar los impuestos que se establecían desde Londres, a pesar de que la autoridad real era indiscutible y nombraba a los gobernadores, pero las presiones tributarias eran cada vez más fuertes, sobre diversos artículos, como cuero, papel y azúcar, para tratar de amortiguar las erogaciones, que la Guerra de los Siete Años le había hecho padecer.
En 1765, se promulgó, por parte del Parlamento británico, donde no estaban representadas las colonias, la Ley del Timbre, que gravaba, con una nueva carga impositiva, a la prensa, la imprenta y los documentos oficiales. Los colonos se sublevaron y quemaron documentos notariales, consiguiendo su derogación. Sin embargo, dos años más tarde se sancionaron las Leyes Townsend, que establecían impuestos sobre los productos que importaban las colonias. Todas estas arbitrariedades por parte de la Corona inglesa, motivó el estallido de un motín, el 5 de marzo de 1770, en Boston, comenzando a destacarse líderes liberales, como Thomas Jefferson.
El motín
En este marco, el motín o la rebelión del té, sucedió el 16 de diciembre de 1773, y la protagonizó la población de Boston contra la metrópoli inglesa, por la concesión del monopolio de la venta de té, en las colonias americanas, a la Compañía de las Indias Orientales, con el objetivo de evitar el comercio ilegal, que los vendía más baratos, quitando los aranceles al té que venía de Inglaterra, lo que se aplicaba desde 1767; para ser vendido a un precio inferior, y competir con el que provenía del contrabando, lo que perjudicaba a los colonos que se dedicaban a ese comercio.
Ante esta situación, un grupo de colonos se disfrazaron de indígenas mohawk, y atacaron, en el puerto de Boston, a busques ingleses, tirando al mar un cargamento de té valuado en 18.000 libras. Como respuesta, el primer Ministro Británico, Lord Noth, ordenó el cierre de la bahía de Boston e instauró las Actas Punitivas. Los colonos, como protesta, decidieron evitar el consumo de té. Además, ante este hecho, las 13 colonias convocaron al primer Congreso general de los Estados Americanos, que se reunió en Filadelfia en 1774. Este hecho es considerado, antecedente de la independencia de Estados Unidos, que se produciría en 1776.