El ataque a Pearl Harbor
Pearl Harbor se halla ubicada en Hawai, más precisamente en la isla Ohau. Allí se encontraban con fines defensivos, miembros de la marina y de la fuerza aérea estadounidense, cuando fueron atacados por fuerzas japonesas, en un operativo ideado por el almirante Yamamoto. Al mando del vicealmirante Chuichi Nagumo, el 7 de diciembre de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, se inició el bombardeo, acabando con la resistencia norteamericana en escasos 90 minutos.
Los japoneses comenzaron el ataque dotados de seis portaaviones, dos acorazados, dos cruceros pesados y uno liviano, dieciséis destructores y un submarino. Precedían a estas fuerzas, con fines de patrullaje, veintisiete submarinos.
La situación de tensión era notoria, en ese año, entre Estados Unidos y Japón, ya que el primero había desistido del otorgamiento de créditos y del abastecimiento de petróleo al segundo y además se oponía a la política expansionista de Japón sobre el Pacífico.
Todo comenzó con la ocupación de Japón a China, que motivó que los países sajones impusieran a Japón embargos de metales, petróleo y la imposibilidad de navegación por el Canal de Panamá. Japón decidió que su salida era atacar a Estados Unidos, para poder realizar más tranquilo su política expansionista, sacando del medio, por lo menos sobre el pacífico, al país que se interponía en sus planes.
Estados Unidos conoció a través de sus servicios de inteligencia la posibilidad concreta del ataque, pero la información no llegó a destino de manera adecuada, para prevenir las terribles consecuencias. La falta de comunicación efectiva y la subestimación del potencial militar japonés por parte de los altos mandos estadounidenses, contribuyeron a la magnitud del desastre.
El saldo fue más de dos mil militares e inclusive muchos civiles estadounidenses muertos o con graves secuelas, y pérdidas cuantiosas de buques, cinco acorazados y otros trece navíos, más 188 aeronaves destrozadas y casi otras tantas con considerables daños. Entre los buques hundidos, el USS Arizona se convirtió en un símbolo del ataque, ya que su hundimiento causó la muerte de 1,177 de sus tripulantes.
Como las aguas que rodean Pearl Harbor son de escasa profundidad, debieron idear torpedos que tuvieran la posibilidad de ser efectivos, en tales circunstancias. Esta innovación táctica permitió a los japoneses infligir daños devastadores a la flota anclada.
El aviso de la ruptura de las negociaciones fue enviado por Japón a Estados Unidos, luego de producida la invasión. Este mensaje, conocido como la «Nota de 14 partes», fue entregado a la Secretaría de Estado de los Estados Unidos a las 2:20 p.m., Washington D.C. tiempo, justo cuando el ataque estaba en marcha.
El ataque se realizó, cuando los relojes de Hawai marcaban 7.50 hs. del día 7 de diciembre, con torpedos, y lanzando bombas desde el aire, con 353 aviones, desde distintos puntos, siendo la primera base aérea atacada, la de Hickam Field.
Las alertas informadas por los radares fueron confusas, y aunque muchos marinos estadounidenses combatieron heroicamente, como el Contraalmirante Isaac Kidd y el Capitán Franklin Van Valkenburgh, que recibieron póstumamente sendas Medallas de Honor, junto a otros doce combatientes, nada pudieron hacer ante lo sorpresivo del ataque.
El hundimiento del Arizona, que explotó, ante la detonación de un proyectil lanzado desde el aire, fue una de las pérdidas principales para Estados Unidos, ya que allí se perdieron casi la mitad de sus hombres.
El Nevada que permaneció amarrado, el California, el West Virginia, el Utah, el Oklahoma, el Maryland y el crucero Helena, entre otros, también debieron soportar los bombardeos japoneses.
Sin embargo, los depósitos de combustible no fueron destruidos, y varios de sus mejores portaaviones lograron salvarse ya que por obra de la casualidad no se hallaban en la isla.
Un caso particular fue el del cocinero Doris Miller que se armó de una ametralladora, sin tener entrenamiento, y combatió con gran valor, siendo premiado con la Cruz de la Marina.
Los japoneses también debieron lamentar pérdidas pero no tan significativas como los americanos. Sus muertos no llegaron a cien, y de sus 441 aeronaves, 100 fueron destruidas o dañadas, pero pudieron lograr transitoriamente lo que anhelaban, lanzarse hacia la conquista del suroeste asiático y del Pacífico y extender su influencia hacia el océano Índico. Sólo habían transcurrido tres días del brutal ataque a Pearl Harbor, cuando los nipones, se dirigieron a la conquista de las Islas Filipinas.
Al otro día, 8 de diciembre los Estados Unidos declararon la guerra a Japón, y Alemania a Estados Unidos el 11 del mismo mes. Así entró Estados Unidos al conflicto bélico mundial, sellando la suerte de los nazis y del mismo Japón, quien sucumbiría ante la represalia norteamericana al ver desvastado su territorio con las bombas atómicas que pusieron fin a la más terrible guerra de la historia. Este evento marcó un punto de inflexión en la historia de la humanidad, cambiando para siempre el curso de la geopolítica mundial.