Pacto de San Sebastián
Bajo la presidencia del representante de Unión Republicana, Fernando Sasiaín, en San Sebastián, ciudad costera del norte español, capital de la provincia de Guipúzcoa, se realizó esta reunión impulsada por Niceto Alcalá-Zamora y Miguel Maura, concurriendo a ella casi todos los defensores de la República, el 17 de agosto de 1930. El objetivo: derrocar a la monarquía, encarnada en la figura de Alfonso XIII, sistema que se consideraba causante de la crisis que vivía el país, a pesar de haber sido derrocada la dictadura de Primo de Rivera, el 29 de enero de 1930.
El nuevo Jefe de Gobierno y también Ministro de guerra elegido por el Rey, fue Dámaso Berenguer, a partir del 30 de enero de 1930. Si bien comenzó su gobierno otorgando una amplia amnistía política, pronto se convirtió en un nuevo dictador, en lo que se conoció como “dictablanda”. Su convocatoria a elecciones inmediatas fue resistida por los partidos, desarticulados durante la dictadura de Primo de Rivera.
Por ello, y ante la situación sin salida que vivía el país, el pacto de San Sebastián significaba una esperanza de que la República cambiara el destino de los oprimidos y la libertad fuera algo más que una utopía.
El partido Republicano Radical, estuvo representado por Alejandro Lerroux, que junto a Manuel Azaña, por Acción Republicana, habían conformado la Alianza Republicana.
Manuel Carrasco Formiguera, lo hacía por Acción Catalana, mientras que el Partido Radical-Socialista envió a tres figuras representativas: Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz y Ángel Galarza.
Fueron dos los enviados por la Derecha Liberal Republicana: Niceto Alcalá-Zamora y Miguel Maura, como ya dijimos, promotores del encuentro. La Acción Republicana de Cataluña envió a Matías Mallol Bosch, Estat Català a Jaume Aiguader y la Federación Republicana Gallega, a Santiago Casares Quiroga.
El Partido socialista, no envió representación. Concurrieron a título personal: Eduardo Ortega y Gasset, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos y Felipe Sánchez Román. Gregorio Marañón no pudo estar presente, por hallarse en Francia, pero adhirió por carta.
Luego de almorzar en el Hotel de Londres, estos 15 republicanos se dirigieron a los Salones de Casino de Unión Republicana. Luego de una hora y media de deliberaciones (desde las 16 hasta las 17.30) de sucedieron varios encuentros más, y aunque los acuerdos fueron secretos y no quedó constancia escrita, trascendieron los siguientes puntos tratados.
Con relación a la autonomía de Cataluña, y otras regiones que reclamaban este derecho, se acordó la presentación por esta región, y en su caso, las demás, de un estatuto propio y particular, ante unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal.
Se formó un Comité Revolucionario, con contacto con organizadores militares, cuyo presidente fue Alcalá-Zamora. El objetivo era establecer la República por medio de un pronunciamiento militar, cuya fecha fue establecida para el 15 de diciembre de 1930. Tres días antes de la fecha prevista se produjo la sublevación de Jaca, al mando del capitán Fermín Galán, que al adelantar la sublevación, la condujo al fracaso. Galán y el capitán Ángel García Hernández fueron fusilados.
Los firmantes del Pacto de San Sebastián fueron perseguidos. Manuel Azaña y Lerroux permanecieron en Madrid, sin ser vistos, y evitaron la represalia. La prisión fue el castigo para Maura, Alcalá Zamora, Fernando de los Ríos, Largo Caballero, Casares Quiroga y Albornoz, mientras que Marcelino Domingo, Indalecio Prieto, Nicoláu d’Olwer y Martínez Barrio, lograron huir a Francia.
La jefatura de gobierno, al dimitir Berenguer, fue ejercida por el almirante Aznar en febrero de 1931.En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, vencieron los republicanos. Alfonso XIII reconoció su derrota, y se exilió voluntariamente. El Comité Revolucionario se convirtió el 14 de abril de 1931, en gobierno provisional, dando nacimiento a la Segunda República. el fervor popular vitoreó el acontecimiento entonando el Himno de Riego y enarbolando la bandera tricolor.