Martín Alonso Pinzón
El navegante Martín Alonso Pinzón nació en Palos de la Frontera , Provincia de Huelva en 1441. Él y sus hermanos menores, Vicente Yáñez y Francisco Martín Pinzón, pertenecieron a una reconocida familia de marinos y los tres estarían entre la tripulación del primer viaje de Cristóbal Colón. A Martín Pinzón se le considera codescubridor de América .
Entrenado en la navegación desde niño, trabajando como grumete, llegó a tener una buena posición económica gracias a los viajes comerciales de cabotaje que realizaba, haciéndose de algunas embarcaciones en las que daba trabajo a otros marinos. También participó en las guerras entre Castilla y León contra Portugal.
Se casó con María Álvarez con quien tuvo cinco hijos: Arias Pérez, Juan, Mayor, Catalina y Leonor. Sus hijos varones también fueron marinos y participaron en diversas expediciones por los territorios del nuevo continente.
La Real Provisión publicada el 23 de mayo de 1492, en la que se obligaba a los vecinos de Palos a proporcionar dos naves a Colón e integrarse como tripulantes de las mismas, fue recibida fríamente entre los marinos de la región. La aventura implicaba riesgo, tiempo y no prometía beneficios económicos sustanciales.
Martín Pinzón, quien regresaba de Roma, y dado su carácter de marino de prestigio con gran influencia entre sus compañeros, los frailes franciscanos que apoyaban el viaje de Colón entraron en contacto con él para convencerlo de participar en la aventura. Su amigo, Pero Vázquez de la frontera, un marino muy respetado de la villa de Palos, influiría decisivamente en la decisión de Pinzón.
Una vez incorporado a la expedición, inició una campaña de apoyo al viaje, animando a los marinos de la zona a enrolarse. Entre los que se anotaron estaban los hermanos Niño, naturales de Moguer y dueños de una de las tres carabelas de la expedición: La Niña, La Pinta y la Santa María.
Pinzón, con ojo conocedor, rechazó los barcos que Colón había embargado para el vieje y se hizo de navíos más adecuados para el viaje. También dotó de medio millón de maravedíes de su propia bolsa para gastos de la expedición.
Finalmente, el 3 de agosto de 1492, capitaneando él mismo la Pinta, la expedición parte del puerto de Palos. Martín Pinzón es un hábil navegante que va resolviendo los problemas que se presentan con notable eficacia: pudo seguir navegando a pesar de que el timón de la Pinta se rompió durante la travesía.
Entre el 6 y 7 de octubre hubo un motín entre los tripulantes de la Santa María, que fastidiados de navegar querían regresar a España; Colón, incapaz de controlar la situación, pide consejo a Martín Pinzón sobre cómo resolverlo y este le sugiere mano dura: ahorcar a media docena de rebeldes o lanzar a las naves leales contra los insurrectos de la Santa María.
Ante la amenaza, la tripulación volvió al orden. Cuando estalló otro motín más fuerte entre el 9 y 10 de octubre, los hermanos Pinzón volvieron a solucionar el problema: prometieron a las tripulaciones de las naves que sólo navegarían tres días , en caso de no encontrar tierra en ese tiempo, regresarían a España.
Según Fray Bartolomé de Las Casas, el 11 de octubre aparecieron flotando una caña y un palo, lo que les indicó la cercanía de tierra, provocando la alegría de la tripulación.
La Pinta iba al frente de la expedición y Rodrigo de Triana, marinero de esta nave, fue el primero en avistar tierra a las dos de la madrugada del 12 de octubre de 1492. La primera isla avistada fue Guanahani, perteneciente a las islas lucayas (ahora Bahamas).
Martín Pinzón y Colón habían tenido buenas relaciones hasta ese momento, sin embargo, tras el avistamiento del islote , Pinzón se separa de la expedición adelantándose en la exploración. Colón hará graves acusaciones en su contra por este hecho.
Enemistados hasta el regreso a España, Pinzón se reunió por última vez con Colón el 6 de enero de 1493. En el viaje de regreso una tormenta volvió a separar las naves, la comandada por Pinzón llegó a Bayona ante de que Colón llegara a Lisboa. Pinzón llegó al puerto de Palos el 15 de marzo del mismo año, en muy mal estado de salud, por lo que quiso que se le trasladara a una propiedad suya en Moguer, aunque se le llevó al Monasterio franciscano de La Rábida, donde muere y es sepultado el 31 de marzo de 1493.
A pesar de las tensiones con Colón, Martín Alonso Pinzón fue fundamental en el éxito del primer viaje a América. Su experiencia y liderazgo fueron cruciales para mantener la moral y la disciplina entre la tripulación. Además, su habilidad para navegar y resolver problemas técnicos en alta mar demostró ser invaluable.
Después de su muerte, la familia Pinzón continuó su legado en la exploración y navegación. Vicente Yáñez Pinzón, su hermano menor, realizó importantes viajes de exploración por la costa de Brasil y el río Amazonas, contribuyendo significativamente al conocimiento europeo del Nuevo Mundo. Francisco Martín Pinzón también participó en varias expediciones, aunque su papel fue menos destacado que el de sus hermanos.
El papel de Martín Alonso Pinzón en la historia de la exploración ha sido objeto de numerosos estudios y debates. Algunos historiadores consideran que su contribución ha sido subestimada en comparación con la de Colón. Sin embargo, su liderazgo y experiencia fueron indiscutiblemente esenciales para el éxito de la expedición de 1492.
En reconocimiento a su contribución, varias localidades en España y América han erigido monumentos en su honor. En Palos de la Frontera, su ciudad natal, se encuentra un monumento que celebra su papel en el descubrimiento de América. Además, su legado perdura en la memoria colectiva como uno de los grandes navegantes de la era de la exploración.
La relación entre Colón y los hermanos Pinzón ha sido objeto de especulación y análisis. Aunque las tensiones entre ellos fueron evidentes, es innegable que su colaboración fue crucial para el éxito del viaje. Sin la participación de Martín Alonso Pinzón y su capacidad para motivar y liderar a la tripulación, el resultado de la expedición podría haber sido muy diferente.
La vida y logros de Martín Alonso Pinzón son un testimonio de la valentía y determinación de los exploradores de su época. Su legado continúa inspirando a generaciones de navegantes y aventureros, recordándonos la importancia de la colaboración y el liderazgo en la búsqueda de nuevos horizontes.