Manuel Azaña
Nació en Alcalá de Henares, el 10 de enero de 1880. Perteneció a un hogar de la clase alta, pero sus padres murieron cuando era niño, su madre en 1889, y su padre en 1890. Se hizo cargo de su cuidado, su abuela paterna, e ingresó a cursar sus estudios en el monasterio de El Escorial, perteneciente a los padres agustinos en 1893.
En 1897, obtuvo la Licenciatura en Derecho en la Universidad de Zaragoza, doctorándose en 1900, en la Universidad Central de Madrid. Su tema de tesis “La responsabilidad de las multitudes”. En 1909 se desempeñó como funcionario de la Dirección General de los Registros y del Notariado. Obtuvo una beca de perfeccionamiento en París en 1911.
En 1912 se fundó el Partido Reformista de ideología republicana bajo el liderazgo de Melquíades Álvarez. Manuel Azaña ingresó a esa agrupación dos años más tarde, siendo casi simultáneamente, designado Secretario del Ateneo de Madrid, cargo que desempeñó hasta 1920, siendo enviado por esta entidad a Francia e Italia durante 1916, para visitar los escenarios de la Primera Guerra Mundial.
No tuvo, sin embargo, éxito en su postulación por ese partido, como candidato a Diputado a Cortes por El Puente del Arzobispo (Toledo).
Sus dotes de escritor las reveló siendo, durante 1919 y 1920, corresponsal en París y al co-fundar con Cipriano Rivas Cherif, la revista “La Pluma” cuya actividad se desplegó desde 1920 a 1922. En 1922 y hasta 1924, fue director del semanario “España”.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera, ejerció una férrea oposición, publicando en 1924 sus ideas tanto contra Primo Rivera, como contra el monarca Alfonso XIII, en un manifiesto.
En 1925 fundó junto con José Giral la agrupación política Acción Republicana, que bregaba por la autonomía, y la reforma, en el ámbito militar y agrario. Esta agrupación alcanzó, cinco años después, el carácter de partido político.
De esta época son, la novela “El jardín de los frailes” y “Vida de Juan Valera”.En 1926 fue galardonado con el premio Nacional de Literatura, por esta última obra. En 1928, escribió una obra de teatro titulada “La Corona”. En 1930 fue nombrado Presidente del Ateneo, y ese año publicó el ensayo “Plumas y palabras”.
Fue miembro del grupo de republicanos que se unieron contra la Monarquía en el Pacto de San Sebastián, que aunque fracasó, logró que los candidatos republicanos vencieran el 12 de abril de 1931, y que Alfonso XIII se exiliara en Cartagena. Por lo tanto, sentar las bases para la constitución de la Segunda República, en cuyo gobierno se desempeñó como Ministro de Guerra (14 de abril de 1931) siendo Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, con quien discrepaba en cuestiones religiosas. Alcalá Zamora era un republicano conservador, y demoró bastante tiempo en aceptar ciertas leyes, como la que promovía la secularización de la enseñanza, y la ley del Tribunal de Garantías Constitucionales, dictadas siguiendo la ideología de la Constitución de 1931.
Tras renunciar a raíz de estas divergencias, en octubre, asumió en sustitución de Alcalá-Zamora, como Presidente del Consejo de Ministros, llevando adelante la ideología liberal republicana, en toda su expresión. Realizó reformas militares y agrarias, privilegió la educación pública, logró sancionar el Estatuto de Autonomía de Cataluña, legalizó el matrimonio civil y el divorcio. Ante la gran oposición, de la iglesia y los conservadores, cesó en su cargo, el 8 de septiembre de 1933.
Durante el gobierno de derecha de CEDA, que triunfó electoralmente el 19 de noviembre de 1833, se retiró de la vida política, dedicándose a su tarea de escritor. De esta época datan “Una política” y “En el Poder y en la Oposición”.
Su partido, Acción Republicana, se fusionó en 1934 con el Radical-Socialista y ORGA (Organización Republicana Gallega Autónoma). Ese año estalló en Asturias y Barcelona una revolución, siendo acusado de instigador, aunque finalmente fue absuelto. Este tema sirvió de argumento a su libro “Mi Rebelión en Barcelona”. También ese año publicó «La invención del Quijote y otros ensayos».
En 1935 se formó el Frente Popular, para unir fuerzas entre los partidos de izquierda. Por esta alianza asumió Azaña el 16 de febrero de 1836, como Jefe de Gobierno, ocupando el cargo de Presidente de la República el 10 de mayo de 1936, cuando fue destituido Alcalá-Zamora.
Fueron días oscuros los que vivió frente al gobierno republicano durante los días de la guerra civil, estallada en julio de 1936, viendo caer lentamente en manos de los nacionales, las distintas regiones de España, y no sintiendo el respaldo de sus propios camaradas, especialmente de Juan negrín, quien se negaba a terminar la guerra, cuando para Azaña debía pactarse una rendición, ante los irremediables resultados.
En 1937, publicó “La velada en Benicarló” donde resumió su ideología política liberal que chocaba con la realidad histórica, presente en ese momento, pero que decidió preservar, como ideal deseable a alcanzar.
Viendo perdida a Barcelona el 26 de enero de 1839, y el 5 de febrero a Gerona, se exilió en Francia, cuyo gobierno al igual que el de Gran bretaña reconocieron al de Franco como gobierno legítimo. Ante tales circunstancias, el 27 de febrero de 1839 renunció a la Presidencia de la República, siendo reemplazado por Diego Martínez Barrio.
En Francia, asolada por los nazis, fue detenido por la gestapo, pudiendo huir, con la ayuda del embajador de México.
Falleció en Montauban (Francia) el 3 de noviembre de 1940, durante el régimen de Vichy, colaborador de la Alemania nazi, dirigido por el mariscal Pétain, que impidió que en su funeral se le rindieran homenajes. Fue cubierto por una bandera mexicana, al impedirse que lo fuera con la bandera de la República Española.
En 1978, se publicaron sus «Memorias políticas y de guerra», en dos tomos, En ellas estaban originalmente incluidos los Diarios, llamados “Cuadernos robados” pues le fueran sustraídos en Ginebra, y quedaron en poder del general Franco, por espacio de 60 años. Finalmente pudieron ser publicados en 1997. En su honor fue constituida la Asociación Manuel Azaña.