La Falange Española
En un mitin celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933, José Antonio Primo de Rivera (hijo mayor del dictador, general Miguel Primo de Rivera, que gobernó España entre 1923 y 1930) el aviador, Julio Ruiz de Alda, a quien Benito Mussolini galardonó con la Encomienda de San Gregorio el Magno, y Alfonso García Valdecasas, profesor de derecho y discípulo de Ortega y Gasset, dieron origen a este movimiento nacionalsocialista, que sus propios fundadores no consideraron como partido, ya que tendía la unificación. No era comunismo, ni capitalismo y contrario al individualismo liberal, propugnando la solidaridad y la hermandad hispanoamericanas para el bien de la patria, con un sentimiento católico, por ser la religión verdadera y la históricamente española.
No se necesitaban la existencia de partidos políticos, ya que los individuos actuarían en la esfera pública a través de la familia, el municipio y el sindicato El saludo era con la palma de la mano derecha abierta y el brazo en alto, gritando: “Arriba España”, expresando su deseo de la preeminencia del sentimiento nacional.
Reivindicaban el uso de la violencia, si ésta era necesaria y usada primero por sus adversarios, reclamando a sus miembros espíritu de sacrificio. Así lo hicieron con respecto a los movimientos de izquierda, que comenzaron los ataques contra los falangistas.
Valdecasas, en el acto fundacional pronunció un discurso donde si bien reconoció ciertas similitudes con el fascismo, afirmó que se trataba de un movimiento auténticamente español, sin adopción de fórmulas extranjeras. Si bien el grupo era parecido al fascismo, no tenían una idea imperialista. Ya había en España un partido fascista, creado en 1931, la Confederación Española de Derechas Autónomas, liderado por José María Gil Robles.
A su vez, en octubre de 1931, se había constituido otro movimiento político cuyas siglas, JONS, significaban Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista, basado en el sindicalismo revolucionario, contra la burguesía, cuyo fin era el engrandecimiento de la patria, dando principal rol a los trabajadores. Sus líderes fueron Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo Ortega, que había sido miembro de Acción Católica.
Estas dos organizaciones antes descriptas, se fusionaron, el 15 de febrero de 1934, dando nacimiento a la Falange Española de las JONS (FE de las JONS).
Bajo el lema “Patria, pan y justicia”, los falangistas, mostraban su orgullo por la historia hispánica, sobre todo la de los Reyes Católicos, aunque no eran partidarios de la monarquía sino del sistema republicano. Respetaban el derecho a la propiedad privada de los bienes, aunque con reforma agraria y nacionalización de la banca, y sindicalización de los medios de producción. Los conflictos sindicales serían superados con la creación del “Sindicato Vertical”, donde confluirían patrones y obreros, por ramo de actividad. El estado debía ser laico, sin intervención de la iglesia en las cuestiones políticas, pero aceptando como religión, la católica apostólica romana.
Tenían los falangistas su propio himno compuesto, por varios miembros del partido, pero fundamentalmente por José Antonio Primo de Rivera. La música era de autoría de Juan Tellería (1935). La bandera estaba formada por tres franjas verticales, la central de color negra y las de ambos lados, rojas.
Los partidarios, que entre sí se denominaban camaradas, usaban una camisa azul, que representaba a los obreros. Tomaron como símbolo un escudo que mostraba el yugo y las flechas, cuyo origen se remontaba a Virgilio, que vivió en los últimos años de la era pre-cristiana. En su obra “La Eneida” las flechas eran símbolo de la guerra y en las “Geórgicas” el yugo era representativo de las tareas del campo. Isabel de Castilla usó el yugo como la imagen representativa de su reino al unirlo con el de Fernando de Aragón, que utilizó las flechas. El reinado de los Reyes católicos, ejemplo para los falangistas les aportó su simbolismo.
Al principio el mando de la Fe de las JONS, estuvo a cargo de un triunvirato integrado por José Antonio Primo de Rivera y Julio Ruíz de Alda, por la falange, y por Ramiro Ledesma, de la Jons. En octubre de 1934 el mando nacional fue unificado en Primo de Rivera, formándose un órgano asesor, la Junta Política, a cargo de Ramiro Ledesma. Sin embargo, Ramiro Ledesma, supuestamente por conflictos por el mando, fue expulsado de la Falange cuando intentó separar a las Jons de los falangistas.
En las elecciones de 1936, la victoria le correspondió al Frente Popular, alianza de partidos democráticos, de izquierda, y antifascistas, pero la Falange no se resignó tan fácilmente a su derrota, e inició una lucha armada contra sus adversarios políticos, que la convirtió en un partido ilegal y llevó a la cárcel a sus líderes, entre ellos, a Primo de Rivera, en marzo de 1936, aunque luego de distintas apelaciones en el mes de junio, fue declarada legal su actuación, aunque continuó preso.
El general Franco se alzó contra la Segunda República, el 17 de julio de 1936, pero no contó con el apoyo de Primo de Rivera que se hallaba preso, y desde la cárcel desalentó a sus camaradas a prestarle apoyo, pero los falangistas igual se unieron a Franco, y Primo de Rivera fue condenado como agitador, y fusilado el 20 de noviembre de ese mismo año.
El 19 de abril de 1937 el falangismo se unió con la derecha carlista, cuyo lema era Dios, Patria, Fueros, Rey, formándose la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S (FET y de las JONS ) por decreto de Franco, desvirtuándose los ideales originarios. En la dictadura de Franco recibieron el nombre de “Camisas Nuevas” en oposición a los que lo formaban antes de la guerra civil, que pasaron a llamarse “Camisas Viejas”. Se constituyeron en partido único entre 1939 y 1975. El resto de los partidos pasaron a ser considerados ilegales, y sus bienes incautados.
Los jóvenes del partido oficial se nuclearon en el Frente de Juventudes y las mujeres en una rama femenina, que tenía como propósito la conservación del rol de la mujer en el ámbito doméstico, alejada de la participación pública.
El Frente de Juventudes, resaltaba sobre el fondo conformado por el yugo y las flechas, un cisne blanco en memoria del cardenal Cisneros, y un tablero a cuadros.
Los ideales falangistas no fueron llevados por Franco a la práctica, y luego de su deceso, en 1975, la falange comenzó a escindirse en grupos independientes.