La Batalla de Almansa
En la actual provincia de Albacete, en la ciudad de Almansa, región muy próxima al reino de Valencia, que contaba con una población de aproximadamente 3.400 personas, con alrededor de 800 viviendas de adobe, algunos edificios religiosos, donde se destacaba la iglesia de Asunción, y otros pertenecientes a algunos nobles, se produjo el encuentro entre las tropas francesas y las de la coalición, el 25 de abril de 1707, en el contexto de la Guerra de Sucesión Española.
El trono de España había sido ocupado por Felipe de Anjou, por testamento del rey Carlos II, “El Hechizado”, que falleció el 1 de noviembre del año 1700, sin dejar herederos suyos directos. Felipe de Anjou era sobrino nieto del rey fallecido, nieto de su hermana María Teresa. Con esto, los borbones accedieron al trono español, poniendo punto final a la dinastía de los Habsbugo, pero debieron afrontar la oposición de la Gran Alianza, integrada por Austria, Dinamarca, Inglaterra y Holanda, surgida luego de la firma del Tratado de La Haya, de septiembre de 1701, a la que luego se agregaron, Portugal y Saboya. En el año 1705, esta alianza, proclamó como Rey de España y Conde de Barcelona, al Archiduque Carlos de Austria.
Habiendo Berwich, al mando de las fuerzas borbónicas, enviado una columna hacia Ayora, al mando del conde de Pinto, sus enemigos consideraron que era el momento oportuno para atacar, ya que contando con menos hombres, sería más fácil ganarles la batalla. Esa columna que estaba asediando Ayora recibió la orden de retorna,r ante la inminente batalla con los austracianos.
Así, las tropas de coalición se dirigieron hacia Almansa, en el anochecer del 24 de abril, estableciendo su cuartel general en la Torre de Boagra, en la zona de Caudete.
Avanzaron en tres frentes: A la izquierda la caballería holandesa e inglesa, ésta última acompañada también por la infantería. La infantería de todas las fuerzas aliadas en el centro. Los portugueses en infantería y caballería se ubicaron a la derecha.
El centro del ejército borbónico estaba compuesto por la infantería franco-española, el ala izquierda, por la caballería de ambas naciones, y a la derecha, se ubicó la caballería exclusivamente española. Contaban además con el apoyo de algún batallón irlandés. Partieron desde Chinchilla de Monte Aragón, a 15 km de la capital de la provincia de Albacete, adonde habían sido desplazados por las fuerzas aliadas, para dirigirse hacia Almansa, en cuyo desplazamiento cometieron saqueos, como el ocurrido en la Vega de Belén.
Eran las 15 horas del 25 de abril de 1707, cuando el duque de Berwick, que defendía a Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, de la dinastía borbónica, se enfrentó con las fuerzas lideradas por Henri de Massue y el Marquês das Minas, que representaban los intereses del archiduque Carlos de Austria, que ya había sido reconocido como Carlos III de España. La artillería francesa abrió el fuego y luego el embate de la caballería acabó muy pronto con la resistencia aliada, que tenía algo menos armamento y hombres. Estos tenían 42 batallones de infantería y 60 de caballería, con un total de 16.000 hombres, frente a los 50 y 81 que poseían respectivamente los borbones, que totalizaban 25.000 hombres. El flanco derecho de ingleses y holandeses cruzaron el arroyo del Molino, pero fueron repelidos. Luego corrió la misma suerte, el otro ala. La columna central, que al principio resistió tenazmente a sus contrarios, incluso obligándolos a replegarse, también fue vencida. La brigada “Maine” fue la que asestó el ataque final y decisivo contra la infantería inglesa. Sólo quedaba D´Asfeld, que se lanzó con un ataque desesperado sobre su adversario, pero ya todo era inútil. Las últimas resistencias fueron de los portugueses.
Comenzaba a oscurecer cuando la rendición era ya un hecho. En sólo tres horas, los defensores de los fueros de la Corona de Aragón habían perdido su posición de dominio. Los fueros eran un sistema de derecho local, que permitía a las comunidades regular sus derechos y privilegios por concesión del rey en forma más autónoma. Los borbones querían establecer un estado centralista
Luego de esta batalla, que dejó para los borbones un saldo de 2.500 bajas, y para sus enemigos unos 10.000 entre muertos y heridos, los borbones entraron en la ciudad de Játiva, que se rindió el 6 de junio de 1707 siendo incendiada 13 días más tarde por decisión de Felipe V. En su lugar fue emplazada la ciudad de San Felipe. Luego lograron ocupar Denia, Alcoy y Alicante. Aragón y Valencia quedaron en poder de los borbones, sufriendo la supresión de sus fueros. Los austracistas sólo conservaron Cataluña y las Islas Baleares.