Isabel de Valois
Isabel de Valois (1546-1568) fue la hija mayor de Enrique II de Francia (1519-1559) y Catalina de Medicis (1519-1589), nacida en Fontainebleu, Francia.
La infancia de Isabel transcurrió en la Corte renacentista de Francia, con la rivalidad entre la reina Catalina de Medicis y la amante del rey, Diana de Poitiers. Catalina se esforzó por criar a sus hijos apartándolos de la influencia de la amante de Enrique II. De sus diez retoños le sobrevivieron siete, a los que transmitió una educación sólida.
Con tan solo siete años, la princesa Isabel fue prometida al rey de Inglaterra, Eduardo VI, que a la sazón era también muy joven, hijo de Enrique VIII, que había dado desde su nacimiento síntomas de una salud débil. Poco después de acordado el compromiso de matrimonio y contando quince años, el inglés expiró, provocándose a su muerte un conflicto sucesorio en Inglaterra.
El siguiente pretendiente a la mano de la princesa francesa fue el hijo mayor de Felipe II de España, el infante Carlos, pero poco después, al enviudar todavía joven Felipe II de María Tudor (1558), la prioridad volvió a ser la de casar al rey para engendrar descendencia masculina. Carlos, su hijo mayor, era de hecho un enfermo mental que conspiraba contra su padre y atentaba contra los más altos nobles del reino. Tras un accidente y la posterior operación de trepanación a la que fue sometido (1562) su locura empeoró, siendo necesario encerrarlo. En esas circunstancias, Felipe II necesitaba urgentemente un heredero, y la boda con Isabel de Valois se celebró sin esperas en la catedral de Notre Dame de París. Al no poder acudir el rey, fue en su representación el Duque de Alba, que tomó simbólica posesión del lecho conyugal colocando sobre él la pierna y el brazo. La reina llegó a España en 1560, y se encontró con Felipe II en Guadalajara.
Se dice que Felipe encontró en Isabel a una bella joven, cuya hermosura era el comentario en toda la Corte, y que fue muy feliz en Madrid. Como todavía era muy joven, la consumación del matrimonio tuvo que esperar, y no quedó embarazada hasta 1564. Sea como fuere, las circunstancias del embarazo fueron complicadas, y la reina consorte sufrió un aborto de gemelos. Isabel cayó en una profunda tristeza con la pérdida de sus hijos, y se temió por su vida, pero su posterior recuperación fue recibida con alegría y celebrada por el pueblo como si fuese un milagro.
Como se retrasaba un nuevo embarazo, se empezó a temer que la reina hubiese quedado incapaz de concebir. Para curar el mal, se recurrió a traer a la Corte los restos de San Eugenio desde Saint Denis. El caso fue que la reina quedó nuevamente embarazada en 1566, dando a luz a Isabel Clara Eugenia (1566-1633), su primera hija con Felipe II. En 1567 la reina tuvo un nuevo embarazo, del que nació Catalina Micaela (1567-1597), y que provocó accesos febriles a Isabel que hicieron temer por su vida.
Los remedios aplicados en la época fueron poco útiles para mejorar su salud. Aún así, la reina sobrevivió para volver a quedar encinta en 1568, embarazo que la supuso graves trastornos de salud, y que terminó con su muerte y la de su hijo ese mismo año, el día 3 de octubre, cuando contaba 22 años.
Felipe quedaba nuevamente viudo con 41 años, y contraía por cuarta vez matrimonio con Ana de Austria (1549-1580), con la que tendría cinco hijos, cuatro de ellos varones. Del matrimonio con Isabel de Valois, no obstante, conservó una estrecha colaboradora, como fue Isabel Clara Eugenia, futura gobernadora de los Países Bajos, hasta 1633.