Gabriel Sánchez
Nació en Aragón, aunque la fecha de su nacimiento no aparece asentada. Fue hijo de un judío converso y quizá a esto obedezca la ausencia de datos sobre su nacimiento, pues al convertirse, la familias procuraban borrar huellas de su pasado judío para evitarse problemas con el Santo Oficio.
Gabriel Sánchez fue administrador, tesorero general de Aragón y consejero real. Fue una de las personalidades más influyentes en torno a la figura del rey Fernando II de Aragón y figura decisiva para la realización de la expedición de Colón, de quien fue protector, a grado tal que es la primera persona a quien Colón escribe refiriéndole el descubrimiento de las nuevas tierras.
Gabriel Sánchez, alter ego de Luis de Santángel, perteneció a los círculos de judíos barceloneses, valencianos y zaragozanos. Su padre había sido banquero y recaudador de impuestos, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Calatayud.
Hizo una brillante carrera como banquero, siendo nombrado en 1475, ayudante del tesorero del reino de Aragón, ocupando el cargo de tesorero real uno años después. A pesar de sus nombramientos, como Santángel, conservó sus negocios particulares, particularmente arrendamientos de alcabalas y operaciones de crédito, lo que lo proveyó de una cuantiosa fortuna.
Sin embargo, en 1485, su buena fortuna pareció eclipsarse, pues dos de sus hermanos fueron condenados por la Inquisición, siendo “quemados” simbólicamente, condenados por el asesinato del Inquisidor Pedro de Arbués. Ambos huyeron a Aragón por lo que la condena se ejecutó “en efigie”.
Esto colocó a Gabriel Sánchez en una posición incierta, salvándose de ser condenado sólo por la protección del rey Fernando de Aragón. Sin embargo, el tesorero se vio obligado a dimitir de su cargo ante la delicada situación de sus hermanos.
Sánchez fue de vital importancia en la empresa colombina, pues como consejero del rey, pudo allanarle el camino a Cristóbal Colón, opinando favorablemente sobre los proyectos del genovés en torno a sus viajes hacia Occidente. Para ello, Gabriel Sánchez contó con la invaluable ayuda de Juan Cabrera, ayuda de cámara y uno de los favoritos del rey.
Colón tenía sentimientos de simpatía por Sánchez y Santángel, a quienes dedicó su primera carta tras el descubrimiento. Sobre su muerte sólo se sabe que esta ocurrió en Segovia, en 1505.