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Felipe V (Felipe de Anjou)

Publicado por Víctor

Felipe VFelipe V (1683-1746) fue el primer rey de España perteneciente a la dinastía de los Borbones. Su reinado se extiende desde 1700 hasta 1724, año en el que abdica en su hijo Luis, y desde ese mismo año, en el que retoma el trono a la muerte del joven rey, hasta 1746. Felipe había llegado al trono español después de un gran conflicto que enfrentó a Francia y España contra Inglaterra, Austria y Holanda, la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), y desde entonces se atrevería en todo tipo de empresas militares y diplomáticos, por alocadas que fueran. El balance de su reinado, a pesar de graves fracasos, fue bastante positivo.

Felipe había nacido en Versalles en 1683, hijo segundo del Delfín Luis y de María Ana de Baviera, nieto por tanto de Luis XIV. Todavía era un muchacho inexperto cuando toda Europa puso sus ojos sobre él, como consecuencia de su nombramiento para heredar el trono de España en el testamento de Carlos II (1700). El testamento precisaba que asumir la corona española suponía renunciar a la francesa, pero esto no convenció a las potencias europeas, que sospechaban que Luis XIV pretendía reinar en España a través de su nieto.

Muerto Carlos II poco después, en el mismo año 1700, Felipe de Anjou, Felipe V, fue reconocido rey mayoritariamente en España (a excepción de la Corona Aragonesa), lo que provocó el enfrentamiento con el Archiduque Carlos de Austria, hijo de Leopoldo I, que de hecho había reclamado el trono español para su familia merced al linaje de su abuela, María Ana de España, hija de Felipe III. La guerra se extendió durante más de diez años con una suerte oscilante para los bandos en conflicto. En España, esa guerra se convirtió en guerra civil por las fidelidades encontradas, y se prolongó en Cataluña hasta 1715. En el continente, Francia, que no quería tener oponentes de la dinastía Habsburgo al sur de los Pirineos, sufrió numerosas derrotas en los Países Bajos, pero la muerte del sucesor a la corona austríaca, José I, favoreció que Carlos fuese Emperador, y por razón de su acceso al trono imperial, renunció a la corona española a través del Tratado de Utretch (1713), en el que España renunciaba a sus posesiones europeas entregándoselas a Austria, y perdía ante Inglaterra Menorca y Gibraltar, además de posesiones coloniales. Felipe V también se comprometía a renunciar al trono francés.

Después de Utretch la guerra continuó en España, en Cataluña más concretamente, partidaria del Archiduque Carlos, que capituló en 1715. Seguidor del absolutismo monárquico imperante en Francia, como vencedor, Felipe V abolía los fueros de la corona aragonesa igualándola a la castellana, a través de los Decretos de Nueva Planta.

Empezaba así un reinado que despertaba muchas reticencias. La influencia de Luis XIV y el gobierno instaurado por Felipe V, formado entero por franceses, atraían la desconfianza de los españoles. La muerte de su primera esposa, María Luisa de Saboya (1688-1714), con la que tuvo cuatro hijos supuso un segundo matrimonio con Isabel de Farnesio (1692-1766), italiana, que ejerció una poderosa influencia sobre su esposo, cuya estabilidad mental no era demasiado brillante. De tal modo, la parmesana dirigió la atención de la política española sobre la Italia recién perdida ante Austria. Alberoni, ministro establecido por Isabel, pretendió la recuperación de Italia a través de una serie de enfrentamientos que terminaron en desastre (1717), a pesar de la conquista de Cerdeña y Sicilia, a la que tuvo que renunciar.

Abdicó dejando el trono a su hijo Luis, que murió el mismo año, algunos meses después de ser elevado a la dignidad real (1724), momento en que Felipe V retomó las riendas del reino. La segunda etapa de su reinado se caracteriza por la llegada del ministro Patiño a la corte y su inteligente gestión, que permitió la instalación de infantes borbónicos en los reinos italianos después de que España derrotase a Austria en la Guerra de Sucesión Austríaca, sacando provecho de ello. La política de reconstrucción naval de Patiño fue menos exitosa, debido a la gran superioridad británica en el mar. Ello no impidió que los británicos sufriesen una aparatosa derrota durante la Guerra de la Oreja de Jenkins (1739-1748), en la que los dominios españoles en América fueron salvaguardados por la heroica resistencia de la tropas comandadas por Blas de Lezo en Cartagena de Indias.

Limitado en el ejercicio de sus poderes por accesos depresivos y locuras transitorias, el rey Felipe V fue controlado durante buena parte de su reinado por su esposa Isabel de Farnesio. No obstante, el poder regio salió muy fortalecido de este reinado, frente a la situación que dejó Carlos II. Muchas familias de la nobleza fueron desposeídas por su apoyo al Archiduque Carlos, y las reformas estatales que llevaron a la implantación de las Secretarías Generales ahondaron en el absolutismo monárquico y en el fortalecimiento del Estado.

Felipe V murió en julio de 1746, siendo sucedido por su hijo con María Luisa de Saboya, Fernando VI (1713-1759).