Felipe III
Nació en Madrid, el 14 de abril de 1578. Fueron sus padres, Felipe II de Austria (“El Prudente”) y su cuarta esposa, Ana de Austria. A su nacimiento, contaba con los siguientes hermanos vivos: dos medio hermanas, nacidas del matrimonio de su padre con Isabel de Valois: Isabel Clara Eugenia, y Catalina Micaela; un hermano mayor, Fernando, que falleció seis meses después del nacimiento de Felipe, y Diego Félix, que en ese entonces tenía tres años, y que murió a los siete años de edad.
Felipe, apodado “El Piadoso” se destacó en las artes (teatro y pintura) siendo un apasionado de la caza, aunque en las tareas de gobierno a pesar de su capacidad intelectual, no demostró su mayor aptitud y empeño.
El 13 de septiembre de 1598, al fallecer su padre, se convirtió en rey de España y Portugal. Utilizó para gobernar, validos, personas de su confianza puestos en primer lugar en la toma de decisiones, para poder dedicarse a sus pasiones, sobre todo a la caza. El primero fue Francisco Gómez de Sandoval Rojas y Borja, el duque de Lerma, a partir de 1599, por concesión real, que a su vez tenía su propio valido, Rodrigo Calderón, hombre sin escrúpulos. El duque de Lerma, dueño de todo el poder, se propuso además de propósitos de prestigio político, metas personales de índole económicas, con lo que logró una sólida posición, sobre todo por la venta de cargos públicos, que invirtió en valores inmobiliarios, de gran esplendor.
Poco después de acceder al trono, Felipe III se casó con la archiduquesa Margarita de Autria-Estiria, su prima, de cuya unión nacieron ocho hijos. El tercero de ellos, Felipe, nacido en 1605, y el mayor de los varones, se convertiría en sucesor de su padre, como Felipe IV.
Entre 1601 y 1606, la corte residió en Valladolid, por influencia del duque de Lerma. En 1604 se selló la paz con Inglaterra, por la Paz de Londres, con Jacobo I. En 1606, la corte retornó a Madrid.
En esta etapa la característica fue la paz, y la expulsión de los moros del territorio español, sobre todo del sur y de la zona del Levante, lo que se produjo por decreto de 1609, expulsándose durante el año posterior 300.000 moriscos, alegando que era para defender el catolicismo, e impedir que este sector de la población mora, realice alianzas con los turcos y beberiscos, para intensificar el ataque a España, que ya se hallaba asediada por ellos.
Como sucesora de sus posesiones en los Países Bajos, Felipe II dejó a su hija Isabel Clara Eugenia. Era una zona sublevada, sobre todo por motivos religiosos (persecución de los protestantes) que reclamaban libertad religiosa, y se habían levantado liderados por Guillermo de Orange. El esfuerzo económico que representaba la guerra para España, a pesar de los triunfos obtenidos, por ejemplo, el de 1604, que les permitió recuperar Ostede, le obligaron a firmar la Tregua de los Doce años, luego del tratado de Amberes en el año 1609,donde tácitamente se les reconocía a los Países Bajos su independencia.
En 1598, Felipe II había firmado un tratado de paz con Francia, que se reafirmó en 1615 cuando el soberano francés, Luis XIII, contrajo enlace con una infanta de España, y el hijo de Felipe III, con Isabel de Borbón, hija del rey Enrique IV de Francia, fallecido en el año 1610, y hermana del rey Luis XIII.
Estos tratados de paz con potencias extranjeras, le valieron el nombre de Pax Hispánica a este período, que también se correspondió culturalmente con el Siglo de Oro español.
Se expandió el territorio español por el norte de África y se fundaron nuevas colonias en América, aunque el derroche administrativo y la crisis económica se profundizaban a la par de la extensión territorial
Felipe III, continuó con la burocracia administrativa establecida por su padre, utilizando los Consejos y las Juntas, creándose nuevas, como la Junta de Guerra de Indias, para proteger la carga proveniente de las colonias americanas, reestructurando el Consejo de Hacienda, para evitar la corrupción, que era cada vez más notoria, y dependiendo de las Cortes para lograr recursos financieros, para una economía en decadencia.
En 1618, el duque de Lerma fue sustituido por su hijo, el duque de Uceda, de más sólidas condiciones morales, que incluso llevó a la Corte a su propio padre. A este nuevo valido se le otorgaron, y Rodrigo Calderón fue detenido, siendo objeto de ejecución en la Plaza Mayor de Madrid, el día 21 del octubre del año 1621.
En 1618, España terminó con su política pacifista, al intervenir en la Guerra de los Treinta Años, en la que el emperador de Austria, Fernando II, recibió el apoyo de España para enfrentarse a Federico V, elector del Palatinado.
Era aún joven (43 años) cuando una intensa fiebre derivada de un cuadro de erisipela, terminó con su vida, el 21 de marzo de 1621.