El Reino de Granada
Los orígenes del reino de Granada se encuentran en el proceso de desintegración del Califato de Córdoba que se inicia con la Fitna, guerra civil concebida como castigo divino, en el año 1009 y que alcanza su punto álgido el año 1031 con el derrocamiento del último califa de Córdoba Hisham III. El resultado es la aparición de una serie de pequeños estados o reinos independientes conocidos como Taifas y que territorialmente en un principio equivalen a la división administrativa, cora, del Califato de Córdoba. Las causas que llevaron a la Fitna y la posterior desaparición del califato de los Omeya fueron principalmente las luchas familiares por el poder político. Conviene señalar que el surgimiento de los Reinos de Taifas es un proceso histórico en el cual se pueden distinguir tres etapas:
Los primeros Reinos de Taifas que abarcan desde el desmembramiento del Califato de Córdoba a inicios del siglo XI y que finaliza con la invasión de las tierras del Al-Andalus por los almorávides en 1090. Los segundos Reinos de Taifas que comprenden entre la dominación almorávide y la almohade. Y los terceros reinos que se extienden entre la dominación almohade y la refundación del Reino de Granada.
El Reino de Granada se forma dentro de un contexto de crisis del Al-Andalus. Su dimensión temporal abraza desde el año 1013 hasta el año 1492 con etapas alternas de autonomía y otras de control y subordinación almorávide y almohade. Como reino autónomo hay una primera fase desde el año 1013 hasta el 1090 donde gobierna en Granada la dinastía bereber de los ziríes originaria del norte de la actual Argelia. Se producen en esta época conflictos bélicos entre algunas taifas por intentar ejercer la hegemonía sobre otras como queda patente en la conquista por parte de Granada de la Taifa de Málaga en el 1057.
Ante el progresivo avance de los reinos cristianos y comprendiendo los reyes de las Taifas que sólo un poder centralizado podría resistir los envites de la Reconquista deciden pedir ayuda externa. Reclamados por las taifas de Badajoz y Sevilla, principalmente, aparecen en escena los almorávides, soldados-monjes nómadas de las regiones del Sahara imbuidos de un profundo sentimiento religioso que aspiran a unificar nuevamente los territorios del Al-Andalus mediante una interpretación más rigorista del Islam. La dinastía almorávide ejercerá el control de los fragmentados reinos musulmanes de la Península entre los años 1090 y 1146. Pero fracasan en su intento de conseguir una estabilidad duradera favorecida por la progresiva relajación en las costumbres religiosas, lo que da como resultado un amplio rechazo y hace que los gobernadores de las Taifas soliciten nuevamente la ayuda exterior de otro grupo religioso-militar caracterizado por realizar una interpretación del Corán más drástica: Los almohades.
Éstos establecerán un vigoroso imperio que se extenderá desde el centro de Portugal, la mitad sur de la península Ibérica llegando hasta Trípoli (Libia). El dominio de los almohades en el Al-Andalus, que desembarcan en el año 1145, empezará a resquebrajarse tras la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212 donde una coalición de reinos cristianos de la Península provocará la derrota del imperio almohade y el principio del fin de la supremacía islámica en la Península Ibérica. Como consecuencia de la derrota el imperio almohade empezará a dividirse y supondrá la irrupción nuevamente de la taifa de Granada como Reino plenamente independiente. En 1238 se refunda el Reino de Granada y se instala en el poder la dinastía Nazarí. Corresponde a este período la construcción de la mayor parte de la majestuosa fortaleza militar de la Alhambra paralelo a un desarrollo cultural y económico de primer orden del reino Nazarí. La capital del reino, Granada, llegó a albergar en el siglo XV más de ciento sesenta mil habitantes algo poco frecuente para la época siendo una de las ciudades más ricas culturalmente y económicamente de Europa. Políticamente el reino Nazarí intentó mantener la herencia organizativa del antiguo Califato de Córdoba de forma que perduraron cargos como el del malik, visir, y cadí.
La evolución del Reino de Granada a partir de la instauración de la dinastía nazarí es una lucha por mantener su integridad territorial en un una época, el siglo XIII, donde los reinos cristianos ya han conquistado más de la mitad del territorio de los actuales países de España y Portugal. Con anterioridad al definitivo avance cristiano, en 1482, el Reino de Granada se extendía territorialmente por las actuales provincias españolas de Almería, Granada, Málaga y el sur de Jaén. La toma de la ciudad durante el reinado de los Reyes Católicos, el 2 de enero de 1492, después de una guerra de 10 años que derroca al último rey Boabdil, significó el final de la reconquista y la desaparición del último enclave musulmán en la Península Ibérica.