Cardenal Cisneros
Nació en Torrelaguna (Madrid) en 1436, bajo el nombre de Gonzalo Jiménez de Cisneros. El joven, hijo de los hidalgos, Alfonso Jiménez y María de la Torre, estudió gramática en Alcalá de Henares prosiguiendo su capacitación en Teología y Derecho, en el Colegio Mayor de San Bartolomé (Salamanca). Fue ordenado sacerdote en Roma.
Al quedar huérfano de padre retornó a España y fue designado arcipreste de Uceda, en 1471, por Paulo II, con la oposición del arzobispo Carrillo de Toledo que lo llevó a prisión, aunque con el apoyo del cardenal González de Mendoza, arzobispo de Sevilla, conservó su cargo, y una vez libre, en 1478, fue capellán mayor de la catedral de Sigüenza.
Cambió su nombre de Gonzalo a Francisco, en honor a San Francisco de Asís, cuando ingresó en la orden de los franciscanos en 1484. Realizó durante siete años vida monacal en el Convento de la Salceda.
En 1492 se convirtió en confesor y consejero de la reina Isabel la Católica, y fue elegido provincial de la orden franciscana, reformándola, lo que también hizo luego, con el clero secular.
En 1494 es nombrado vicario provincial de los franciscanos de Castilla.
En 1495, fue designado arzobispo de Toledo tras el deceso del cardenal Pedro González de Mendoza, que había a su vez, reemplazado a Alfonso Carrillo de Acuña, en ese cargo, en el año 1482.
Trató de luchar contra la relajación de las costumbres religiosas, realizando reformas por encargo del papa Alejandro VI, siendo nombrado visitador de los franciscanos en 1496 y tres años después, de las órdenes mendicantes.
En 1499 fundó la Universidad Complutense de Alcalá de Henares, que se inauguró en 1508. Participó en la conquista de Granada, donde por métodos compulsivos, logró evangelizar a los musulmanes.
En 1497 y 1498, organizó asambleas sacerdotales (sínodos diocesanos) en Alcalá y Talavera, respectivamente,
Reemplazó el templo medieval de San Justo, por la iglesia de Alcalá de Henares, un suntuoso edificio de estilo gótico.
En 1501, estableció como obligación que los hijos llevaran como propio, el apellido del padre, para evitar confusiones.
Desde 1502, en la Universidad Complutense se comenzó a trabajar en una magnífica compilación de una Biblia políglota, que recién se publicó luego de su muerte.
En 1504 falleció Isabel de Castilla, y su hija Juana la loca, su sucesora, según la última voluntad de su madre, debía entregar el mando a su padre, en caso de padecer alteraciones mentales, hecho que era evidente. Ante el retiro de Fernando hacia Aragón, asumió Felipe, esposo de Juana, que falleció en septiembre de 1506. Temporariamente, hasta que se hiciera cargo del poder Fernando de Aragón, que se hallaba ausente, el cardenal Cisneros asumió la regencia. Fernando de Aragón consiguió que Cisneros fuera nombrado Cardenal, en 1507, como compensación por el cuidado brindado a su hija durante su ausencia.
Financió la conquista de Mazalquivir (1507) y participó en la conquista de Orán (1509) enfermándose durante la campaña, recibiendo tratamiento en Almería. Orán pasó a formar parte del arzobispado de Toledo.
El Santo Oficio fue puesto a su cargo al recibir el cargo de Inquisidor General.
Nuevamente fue regente de la corona española, cuando falleció Fernando el Católico, en 1516, hasta tanto el sucesor Carlos V, que se encontraba en Flandes, asumiera el trono vacante, como Carlos I. Tenía entonces, ochenta años, pero defendió el reinado de Carlos frente a los nobles, que querían recuperar sus privilegios, y a quienes erigir rey al Infante Don Fernando, hermano de Carlos V. Creo para la defensa del estado una milicia urbana que se llamó “Gente de la Ordenanza”.
Su lucha contra los corsarios africanos no fue muy exitosa. Barbarroja asolaba el norte africano y las costas españolas, teniendo un triunfo indiscutible en 1516, contra Diego de Vera. Ese mismo año envió religiosos al territorio americano para solucionar el problema de las encomiendas. Las órdenes religiosas que se habían instalado en América eran las de los franciscanos y dominicos, y entonces, para evitar otorgar concesiones a una u otra, seleccionó para la misión a tres frailes jerónimos, para reorganizar a los aborígenes, a quienes llamó hombres libres y cristianos, progresivamente, a vivir en sus propios poblados, pagando tributos, autogobernados, y bajo la tutela de los españoles
Falleció en Roa (Burgos) el 8 de noviembre de 1517, cuando se dirigía a recibir a Carlos V. Sus restos se hallan en la Catedral Magistral de Alcalá de Henares, que él mismo mandó construir.