La batalla de Bannockburn
Habiéndonos referido a las batallas que libró Escocia contra Inglaterra en las guerras por su independencia, nos referiremos ahora, particularmente, a una de singular importancia y que fue determinante para la victoria escocesa, en el marco de las primeras de esas guerras: la batalla de Bannockburn, que aseguraría la independencia hasta el siglo XVII.
La batalla de Bannockburn, tuvo lugar en un sitio cercano a la aldea de Bannockburn, situada al sur de la ciudad escocesa de Stirling, entre los días 23 y 24 de junio del año 1314.
Antecedentes
Desde el año 1306, Robert Bruce, había asumido el trono escocés como Roberto I, y, a partir de entonces, dirigió las tropas de su nación, luego de la derrota que había sufrido William Wallace, el antiguo líder que había sido derrotado en la batalla de Falkirk, el 22 de julio de 1298, y que luego fue ejecutado.
Sin embargo, los comienzos de Robert Bruce como líder, no fueron fáciles, ya que fue derrotado por los ingleses en la Batalla de Methven, por lo que se vio obligado a refugiarse en la isla irlandesa de Rathlin, desde donde preparó el contraataque. El triunfo acompañó a Bruce en Loudoun, contra las fuerzas inglesas dirigidas por Aymer de Valence, en mayo de 1307, y luego, su nuevo adversario fue el flamante rey inglés Eduardo II, que ocupó el poder a la muerte de su antecesor Eduardo I, en julio de 1307, y contra quien, Roberto I, dirigió una ofensiva de guerrillas en contra de destacamentos ingleses radicados en suelo escocés.
Eduardo I pudo reestablecer tres años más tarde su control sobre la región, pero en 1313, Roberto I, sin darse por vencido, conquistó varios castillos ingleses. Sin embargo, tras intentar tomar el castillo de Stirling, Eduardo II se preparó para resistir.
La batalla
Eduardo II comandó un ejército de unos 25.000 hombres que superaba por mucho al de Roberto I, de unos seis mil quinientos. El inglés se adentró por un camino pantanoso hacia Stirling. Ese sendero, estaba estratégicamente “preparado” por los escoceses, con fosos, para llevarlos hacia un lugar estrecho; y el 23 de junio de 1314, las fuerzas de Eduardo, atacaron con su caballería, el flanco izquierdo enemigo.
Los escoceses se dividieron en tres formaciones, siendo sus las falanges las que lograron encerrar a los ingleses, mientras se desarrollaba el combate cuerpo a cuerpo. Los escoceses, armados con lanzas y picas, resistieron las flechas inglesas. Roberto I, armado con un hacha, se enfrentó en un combate directo con Henry de Bihun, un caballero inglés, que esgrimía una lanza, y lo derrotó. El primer día terminó con la caballería inglesa diezmada y retirada para reorganizarse y con los escoceses esperanzados.
Muy temprano, el día 24, los piqueteros escoceses avanzaron, destrozando con sus picas a los caballeros ingleses, mientras avanzaba la infantería inglesa y Roberto liberaba su reserva para el ataque; hasta que Eduardo II huyó, consagrando la victoria escocesa, y el camino a la independencia, lograda en 1328 por el Tratado de Edimburgo-Northampton.
Consecuencias y legado
La batalla de Bannockburn fue un punto de inflexión en la historia de Escocia. La victoria de Roberto I no solo aseguró su reinado, sino que también reforzó la identidad nacional escocesa. La batalla se convirtió en un símbolo de resistencia y lucha por la libertad, y es recordada con orgullo en la historia y la cultura escocesa.
Además, la batalla tuvo un impacto significativo en la política y la guerra en la Edad Media. La derrota de Eduardo II debilitó su posición en Inglaterra y contribuyó a su eventual deposición en 1327. La táctica militar de Roberto I, que utilizó el terreno y la formación de falanges para derrotar a un ejército superior, fue estudiada y emulada en futuras batallas.
La batalla de Bannockburn también tuvo un impacto duradero en la literatura y el arte. La batalla ha sido el tema de numerosos poemas, canciones y obras de teatro, y ha sido representada en varias películas y series de televisión. En 2014, para conmemorar el 700 aniversario de la batalla, se inauguró un centro de visitantes en el campo de batalla, donde los visitantes pueden aprender sobre la historia de la batalla y su importancia en la historia de Escocia.
En resumen, la batalla de Bannockburn fue un evento crucial en la historia de Escocia que aseguró su independencia y dejó un legado duradero en la cultura, la política y la guerra.