Historia
Inicio El Mundo, Siglo XIX Las oleadas revolucionarias

Las oleadas revolucionarias

Publicado por Hilda

La Revolución Francesa significó un gran cambio político y social, pero sobre todo mental en la Europa del siglo XVIII. Sin embargo no se tardaría en concentrar de nuevo el poder en una sola persona, esta vez, Napoleón Bonaparte, quien fue derrotado por el poder de las monarquías, que logaron nuevamente hacerse del trono francés, que fue ocupado por la dinastía de los Borbones.

El Congreso de Viena se reunió para dar firmeza a la restauración de las monarquías europeas y los privilegios de la nobleza, y se constituyó la Santa Alianza, de la que no participó Gran Bretaña, por oponerse al principio de la intervención, por la cual, un Estado aliado podía invadir a otro para defender a su rey si fuera destituido o para que recuperara su poder.

Los liberales, tanto moderados (que querían límites al poder real) como radicales (deseaban que se crearan Repúblicas) se encolumnaron, reuniéndose y armándose desde la clandestinidad, enfrentados a la Santa Alianza y a sus principios conservadores, y provocaron oleadas revolucionarias, de complejidad creciente:

La primera tuvo su primera manifestación en España, en el año 1820, y duró cuatro años. Comenzó con la sublevación contra el rey Fernando VII, de las tropas destinadas al territorio americano, logrando imponer los revolucionarios la Constitución liberal de 1812. Fernando VII recuperó su poder gracias a la intervención de la Santa Alianza. Sin embargo, el germen de la revolución logró expandirse a otras naciones, como Portugal, Grecia, y Nápoles en Italia. Solo Grecia y las colonias americanas sacaron un resultado favorable, los griegos contra los turcos, y las colonias americanas conformaron sus respectivas repúblicas.

La segunda oleada nació en Francia. Acaeció entre 1829 y 1834, y los franceses lograron hacer huir al rey Borbón, Carlos X, logrando que el ejército se niegue a reprimir a la población sublevada. Nació una etapa política de transición con una monarquía moderada (el poder real era limitado por una Asamblea elegida por el voto restringido del pueblo) colocando en el trono a Luis Felipe de Orleáns. Esta expresión revolucionaria logró hacer eco en Bélgica, Suiza, Polonia, España e Italia.

Oleadas revolucionariasEn 1848 tuvo lugar la tercera oleada revolucionaria, coincidente con la crisis del capitalismo. Esta tercera manifestación se hizo sentir además de en París, especialmente en Italia, Alemania, Suiza y el Imperio austrohúngaro.

Comenzó en la capital francesa, donde los liberales fueron apoyados por un nuevo sector nacido de los atropellos burgueses a sus obreros, quienes se vieron representados por las ideas socialistas. Ambos grupos unidos, lograron proclamar la Segunda República, logrando hacer huir a Luis Felipe de Orléans a Londres con su familia, el 24 de febrero de 1848. Sin embargo el resto de Francia aún no quería cambios tan profundos. Los republicanos moderados lograron imponerse a radicales y socialistas en los comicios; pero éstos no se dieron por vencidos y en las Jornadas de Junio se levantaron contra la Guardia Nacional, aunque con resultado nefasto para ellos.

En diciembre de 1848 Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón I, ganó las elecciones presidenciales y luego los conservadores lograron ser mayoría en la Asamblea Legislativa. El último y frustrado intento de socialistas, republicanos y jacobinos tuvo lugar también infructuosamente en julio de 1849.

Al finalizar el mandato de Luis Napoleón Bonaparte, éste no se resignó a perder el poder, y ante la imposibilidad de ser reelecto pues la Constitución no lo permitía, realizó un golpe de Estado, con el apoyo del ejército, logrando el nacimiento del Segundo Imperio, siendo proclamado emperador, hasta 1870.