El imperio austrohúngaro
En 1867, tras el reconocimiento de la autonomía del Reino de Hungría, nació el imperio austrohúngaro con la firma del llamado “Compromiso austrohúngaro” donde además se aceptaban las autonomías de Galitzia y Croacia. La casa reinante provenía de una de las aristocracias más añejas de Europa: Los Habsburgo.
Una década después, se anexaron al imperio los territorios turcos de Bosnia-Herzegovina y Novipazar. En 1878, después de esta anexión, se firman acuerdos y alianzas con el imperio alemán. Italia se uniría a la alianza cuatro años después.
El Imperio austrohúngaro estaba conformado por 11 Estados además de Austria y Hungría: Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Montenegro, Rumania, República Checa, Polonia, Ucrania y los territorios italianos de Trieste -Triestino. Hacia 1914 abarcaba una extensión 676.615 kilómetros cuadrados y su población rondaba los 53 millones de habitantes.
A partir de 1892 el Imperio austrohúngaro vive una serie de reformas importantes: comienza a circular la corona de oro, la nueva moneda del imperio y se legisla sobre el sistema de votación, permitiéndose, en 1897, que los hombres la zona de Austria votaran de manera indirecta para cargos menores; diez años después, los austrohúngaros varones de más de 24 años, podían votar de manera directa.
En 1907 se llevan a cabo las primeras elecciones en Austria, un año después se tomaba bajo el control del imperio la zona de Bosnia- Herzegovina, hecho que culminaría con la alianza entre Serbia y Bulgaria contra los afanes expansionistas del imperio austrohúngaro.
El imperio entró al panorama mundial cuando el archiduque Francisco Fernando, heredero de la reinante casa de Habsburgo, junto con su esposa Sofía Chotek, fueron asesinados en Sarajevo, en un atentado llevado a cabo por un terrorista serbiobosnio y el asunto se convirtió en el detonador de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) con la invasión del ejército austrohúngaro, con el apoyo ruso, de la independentista Serbia.
En 1915 El Imperio Austrohúngaro ofrece a Italia la oportunidad de recuperar la región de Trieste, por lo que Italia revoca su firma del Tratado de Londres en el que establecía una alianza secreta con Francia, Rusia y Reino Unido. Un año después Francisco José I muere tras haber llevado las riendas del imperio por 68 años. La guerra continuaba cuando Carlos I sube al poder buscando firmar la paz con Francia, sin éxito. Presionado, firma un armisticio entre el Imperio austrohúngaro y los países aliados.
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, el derrotado Imperio comienza a decaer hasta la capitulación. Carlos rompe la alianza con Alemania. Ese mismo año, de manera sucesiva, se proclaman repúblicas independientes Checoslovaquia, Polonia y Hungría, mientras que otros territorios que se habían ido perdiendo a lo largo de la historia eran recuperados como fue el caso de Rumania, que a finales del mismo año, vuelve a anexar Transilvania a sus territorios.
En 1919 tras la firma del Tratado de Saint-Germain y el Tratado de Trianon, el imperio desaparece y en su lugar se conforman los países de Austria, Hungría y el Reino Serbio-croata-esloveno.