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El Despotismo Ilustrado

Publicado por Hilda

El despotismo ilustradoLos monarcas absolutistas del siglo XVIII, correspondiente a la Europa atrasada, no comprendiendo a Inglaterra, Francia y Holanda, sintieron la influencia de los pensadores iluministas, con sus ideas de cuestionamiento hacia el poder absoluto del rey y el carácter divino de su poder, y debieron encauzar sus gobiernos de acuerdo a las nuevas concepciones del mundo, para mantener su posición de autoridad.

Fue un movimiento paternalista, con el objetivo de que los súbditos se sintieran merecedores de derechos, pero que escondía la finalidad real, de conservar el poder soberano, para beneficio de la clase gobernante: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.

Los mismos monarcas o sus ministros, iniciaron una serie de reformas, dentro del marco del estado moderno, caracterizado por la existencia de una considerable burocracia (funcionaros estatales), donde se trató de reactivar el comercio, la agricultura, limitar los privilegios a los nobles y a la iglesia y la supresión de la servidumbre, lo que motivó que obtuvieran el gran obstáculo de la resistencia de las clases poderosas.

El despotismo ilustrado, movimiento así denominado, por ser una fusión del gobierno despótico o absoluto de los reyes con las nuevas ideas de libertad de expresión, tolerancia religiosa y establecimiento de leyes escritas y codificadas, tuvo en la práctica ciertas variantes.

El estado prusiano, se reformó sin sentir la influencia del iluminismo, por obra de Federico Guillermo.

Catalina II de Rusia, expresó su deseo de adaptar el estado a las nuevas ideas, pero no pudo ponerlas en práctica, ya que durante su gobierno se dio muerte a numerosos polacos y se deportaron a Siberia a sus enemigos políticos.

José II fue el represente en Austria del despotismo ilustrado, prohibiendo la comunicación de sus obispos con Roma, con gran intervención estatal en los asuntos de la Iglesia, y en España con Carlos III, modernizó a Madrid, dotándola de alumbrado público, amplias avenidas e importantes monumentos. Propugnó el acceso de la clase campesina a la propiedad de las tierras, reforma que no pudo ser implementada por la oposición del clero y la nobleza, limitándose, por ejemplo, al reparto de tierras comunales en Extremadura.

Leopoldo de Toscana, atacó la inmunidad eclesiástica, fundó hospitales, erradicó la tortura y la confiscación de bienes.

Además de estos monarcas, otros líderes europeos también intentaron implementar reformas ilustradas. Federico II de Prusia, conocido como Federico el Grande, promovió la educación, la cultura y la ciencia, fundando academias y fomentando la investigación. Sin embargo, su política militarista y expansionista contrastaba con sus ideales ilustrados, lo que generaba tensiones internas y externas.

En Suecia, Gustavo III intentó modernizar el país mediante reformas judiciales y económicas, y promovió la libertad de prensa. Sin embargo, su gobierno enfrentó una fuerte oposición de la nobleza, lo que culminó en su asesinato en 1792.

En Portugal, el Marqués de Pombal, primer ministro de José I, llevó a cabo una serie de reformas administrativas, económicas y educativas. Pombal expulsó a los jesuitas, reorganizó el sistema educativo y promovió la industria y el comercio. No obstante, su autoritarismo y la resistencia de la nobleza y el clero limitaron el alcance de sus reformas.

Este movimiento fracasó pues la unilateralidad de las reformas, que partían del centro de poder, sin contar con la opinión de la burguesía ilustrada, deseosa de hacer oír su voz en los asuntos de gobierno, desembocó en los procesos revolucionarios cuyo exponente máximo fue la Revolución Francesa, siendo su ideología el logro de un gobierno republicano, donde fuera el pueblo quien ejerciera su poder soberano.