Batalla de Inglaterra
La Batalla de Inglaterra se desarrolló en el contexto de la Segunda Guerra Mundial cuando Alemania intentó poner en práctica el Plan León Marino, que tenía por finalidad la invasión de Gran Bretaña.
Sucedió entre los meses de julio y octubre de 1940 y consistió en un conjunto de combates aéreos sobre el Canal de la Mancha en base a un plan del Führer Adolf Hitler y Hermann Göring, Comandante Supremo de la Fuerza Aérea alemana, llamada Luftwaffe. El objetivo de Alemania era acabar con la RAF (Royal Air Force) para lograr controlar el Reino Unido tras haber logrado la rendición de Francia.
La idea era destruir la fuerza aérea inglesa, basándose en su superioridad numérica y estratégica, para luego poder desembarcar sin problemas con sus fuerzas marítimas avanzando también con su ejército sobre el territorio inglés que no contaría ya con su respaldo aéreo.
Lo primero en ser atacado por la Luftwaffe fueron las defensas costeras, las estaciones de radar, que les daban una gran ventaja a los ingleses, y los aeródromos. Los ingleses optaron por no volar sobre el Canal de la Mancha, ni navegar por el mismo. Disfrazaron sus aviones, los camuflaron, diseñaron algunos falsos para que fueran destruidos antes de despegar (lo que nunca harían pues no eran aviones).
El 15 de agosto de 1940 comenzó la operación “Día del Águila” que desplegó más de dos mil acciones poniendo en actividad más de mil bombarderos y setecientos cazas. La RAF sufrió enormes pérdidas.
En la madrugada del 25 de agosto de 1940, el East End (zona este de Londres) fue blanco de un bombardeo involuntario, habiendo sido el objetivo las terminales de petróleo sobre el río Támesis. Como respuesta, los ingleses bombardearon el aeropuerto de Berlín, la empresa Siemens y algunas ciudades alemanas, causando algunas pérdidas a los alemanes no demasiado significativas.
Hitler comenzó a bombardear Londres, lo que aconteció entre el 7 de septiembre del año 1940 y el 16 de mayo del año siguiente. Estos ataques se conocen como “Blitz” que significa “guerra relámpago” sobre blancos civiles e industrias. Si bien los ingleses sufrieron muchos daños, Hitler no logró destruir la RAF que se continuaba rearmando, por lo cual comenzó a pensar en cancelar el Plan León Marino el 17 de septiembre de 1940, comenzando con ataque nocturnos que destruyeron la pequeña ciudad de Coventry, Liverpool, Plymouth, Mánchester, Birmingham, Bristol, Sheffield y Hull. Para esta fecha Benito Mussolini mandó cuarenta aviones a colaborar con Alemania, mientras el Reino Unido recibía refuerzos de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y la Unión Sudafricana. También recibió bombardeos, el 15 de abril de 1941, Belfast, ubicada en la isla de Irlanda, pero la RAF opuso una férrea resistencia y logró doblegar a la aviación nazi, frustrando definitivamente la invasión al Reino unido, y causando la primera derrota alemana hasta entonces durante la Gran Guerra, El Reino Unido logró posicionarse como base para el Desembarco de Normandía, que cuatro años después liberaría a Europa del flagelo nazi.