Los Sarracenos
Los primeros cristianos fueron quienes denominaron bajo el apelativo de “sarracenos” a los árabes instalados, en los comienzos, en las regiones que actualmente ocupan desde Siria hasta Arabia Saudí.
Originalmente, estas tribus árabes de características belicosas tenían en común la adoración a la piedra negra o Caaba de origen sagrado. La tribu ocupada en cuidar de esta piedra, fue la tribu de los Koreichitas , a la que pertenecía Mahoma.
Hacia el año 622, Mahoma abandona La Meca rumbo a Medina, etapa denominada “la Héjira” (la huida o emigración), fecha que se toma como el comienzo de la era musulmana. El profeta cuenta haber tenido apariciones del arcángel Gabriel quien le dice que él será el último profeta después de Jesús. En el año 632 el profeta muere y en el 634 comienza “La Yihad” o Guerra Santa, esto es, la conversión de los pueblos cristianos al islamismo y la conquista de territorios.
Posteriormente, las enseñanzas del arcángel a Mahoma serán recogidas en el Corán, divididas en “suras” (capítulos). Su organización no responde a una jerarquía determinada, allí se estructura cómo debe ser la vida de un verdadero musulmán.
En menos de cien años los musulmanes lograron conquistar territorios de manera colosal, en el 711 ingresan a España (fecha de suma importancia para los españoles, porque es el año en que comienza la reconquista que finaliza en 1492 con la liberación de Granada); en el 732 intentan conquistar Francia y se enfrentan a Carlos Martel (de la dinastía de los francos, abuelo de Carlomagno) en la Batalla de Poitiers, quien logra impedir su ingreso.
Hacia el 750, la conquista musulmana llegaba hasta el rio Indo, dirigiéndose hacia Asia Central.
Sin embargo, pese a la fuerza que habían adoptado, en el 656 comienza una guerra civil dentro del Islam que se origina por el ascenso al poder, por determinar a quién le correspondía por línea hereditaria, dando lugar a la división interna entre sunitas y chiitas. Cabe recordar, que se trataba de tribus que compartían su adoración a Alá, pero de ninguna manera tenían un carácter unitario.
En España, tuvieron su sede más importante en Córdoba, estableciéndose el Califato que determinó la ruptura de esta rama árabe con Bagdad, capital del Imperio. Así se crea el emirato de Al-Ándalus, cuyo último refugio fue Granada.
Hacia el siglo XI, la conquista musulmana se extendió hacia Oriente Medio y Asia Menor. El Imperio Romano de Oriente estaba en peligro. Alejo Comneno, que no tenía suficientes recursos para hacer frente a los moros y turcos, que estaban golpeando las puertas de Constantinopla, pidió colaboración a la Iglesia Medieval, cuyo resultado fueron Las Cruzadas. La primera cruzada fue realmente importante. Los “cruzados” fueron quieren realmente se entregaban a una guerra santa (ver su paralelo con los árabes) en post de recuperar el Santo Sepulcro para los cristianos, quienes se alistaron para luchar por la causa que tuvo una vertiente popular, al mando de Pedro el Ermitaño, y otra armada.
A lo largo de las cruzadas, siglo XI al XIII, los beneficios logrados por los cruzados fueron pocos: en ocasiones se lograron mantener los reinos cristianos, pero Jerusalén había sido tomada. Durante la Tercera Cruzada, Ricardo Corazón de León (hijo de Leonor de Aquitania) hizo un trato con los árabes mediante el cual los cristianos podrían visitar Tierra Santa. Posteriormente, el espíritu inicial se perdió y Jerusalén nunca fue recuperada. Las cruzadas en total fueron ocho.
Los estados musulmanes lograron su consolidación, deviniendo en las naciones árabes actualmente conocidas, instauradas en el Norte de África y Oriente Medio.