Los ostrogodos
Los godos, pueblo germánico (indoeuropeo) llamados bárbaros o extranjeros por los romanos, al estar ubicados fuera de los límites del imperio, partieron en el siglo II desde el sur de Suecia hacia el norte del Mar Negro.
Hasta el siglo III, constituían un solo pueblo, que se supone, por razones geográficas, se dividió en esa fecha, en dos: los visigodos, al oeste, entre los ríos Dniéper y el Tisza, y los ostrogodos, que se ubicaron entre el río Don y el Dniéper, al este. Éstos fueron dominados por los hunos, desde el año 375, peleando a partir de entonces, en los ejércitos hunos, contra romanos y visigodos. Lograron independizarse, al morir el jefe huno, Atila, cuando vencieron a los hijos de éste, rebelándose contra su dominación, en el año 454, en la batalla de Nedao, que tuvo lugar en Panonia (oeste de la actual Hungría) liderados por Teodomiro, y ayudados por los gépidos, otro pueblo germano dominado por los hunos. A partir de esa fecha, se ubicaron en Panonia, y se constituyeron en un pueblo federado de los romanos, con la misión de defender la frontera danubiana, de la invasión de otros pueblos bárbaros. Mantuvieron con los romanos relaciones a veces cordiales, y otras hostiles.
El rey de los ostrogodos, a partir del año 474, Teodorico (454-526), se educó en Constantinopla, y llegó a ocupar el cargo de Cónsul romano. En el año 488 por encargo del emperador Zenón, consiguió el gobierno de Italia, al expulsar de allí a Odoacro, de la tribu de los hérulos, que se había apoderado de ese territorio romano. Lo venció en el año 493, y los romanos cumplieron lo prometido. Para esa época los ostrogodos se fusionaron con los visigodos, unión que terminó en el año 526, con la muerte de Teodorico. Éste había impulsado una unión entre los distintos pueblos germánicos, que consolidó a través de matrimonios. Teodorico reactivo la economía y el comercio. Respetó a sus súbditos, bajo el imperio de la ley, caracterizándose por su carácter noble y leal. Construyó un palacio en Rávena, su capital, y mandó a construir su futura tumba, o mausoleo, en mármol, en las afueras de Rávena. Impuso como colección de leyes destinadas a regir tanto para súbditos romanos como germanos, el Edicto de Teodorico, excepción al sistema de la personalidad de las leyes (que cada uno se rigiera por las propias de su pueblo) que establecieron otros pueblos bárbaros.
En el año 526, fallecido Teodorico, el territorio, bajo la influencia ostrogoda, comprendía Italia, Sicilia, Panonia, Iliria, Recia y Norico. Hacia fines de su reinado tuvo conflictos con el senado por su condición de arriano (los que no identificaban a Jesús con Dios, y lo consideraban mortal). Los godos en sus orígenes habían sido paganos pero se convirtieron en arrianos en el siglo IV.
Le sucedió Atalarico, bajo la regencia de su madre, suscitándose conflictos internos, contra el rey, que aprovecharon los romanos para reconquistar el territorio.
Cuando el emperador Justiniano asumió el mando en el imperio de oriente, se propuso volver a Roma a sus fronteras anteriores a la invasión bárbara, recuperando los territorios del antiguo Imperio Romano de Occidente. El general romano, Belisario, con el fin de recuperar las tierras en poder de los ostrogodos, invadió Sicilia, penetró en la península itálica, y se apoderó de Nápoles. Roma sería reconquistada en el año 536. Prosiguió su campaña hacia el norte, para culminarla en el año 540, tomando Milán, y la capital ostrogoda de Rávena.
Los ostrogodos vencidos, fueron tentados por el emperador Justiniano, con una generosa propuesta: Entregar a Roma la mitad de sus riquezas, a cambio de poseer tierras independientes en el noroeste italiano. Los ostrogodos aceptaron, reconociendo como su propio rey a Belisario, pero éste hizo detener a los jefes godos, y desconoció la independencia de las tierras ofrecidas. Justiniano envió a Belisario a enfrentar a los persas, y los ostrogodos se reorganizaron, al mando de Totila, recuperando su territorio.
Belisario intentó sin éxito vencer a los ostrogodos en el 545, objetivo que sí cumplió su sucesor el general Narsés, que reconquistó las tierras para Roma en el año 552. Los ostrogodos intentaron posteriormente pero sin éxito algunas sublevaciones, y paulatinamente desaparecieron, al fusionarse con otras tribus.